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¿De dónde proviene del término ‘bobalicón’?

Según encontramos en la actual edición del diccionario de la RAE la acepción que le da al término ‘bobalicón’ es la de ‘adjetivo aumentativo coloquial de bobo’. Pero este no es un neologismo o vocablo de reciente incorporación, sino que encontramos que ya quedaba recogido en los primeras publicaciones de la academia, entre ellos el Diccionario de Autoridades de 1726, donde, aparte de señalar que se trataba de un aumentativo o una voz vulgar, indicaba que era lo mismo que ‘bobazo’ o ‘bobalías’, utilizados siglos atrás para hacer referencia a aquel que es muy bobo, siendo éste una ‘persona necia, de poco entendimiento y capacidad’.

¿De dónde proviene del término ‘bobalicón’?

Por su parte, el término ‘bobo’ proviene etimológicamente del latín ‘balbus’, utilizado para referirse a una persona con problemas en el habla (que balbucea, de ahí el significado y origen de balbucear) y también a los tartamudos. Antiguamente se tenía la errónea creencia que la tartamudez estaba estrechamente relacionada con la falta de intelecto, la ingenuidad o con padecer algún tipo de retraso intelectual.

Cabe destacar que algunas publicaciones explican erróneamente que el término bobo proviene del vocablo ‘baba’, debido a que una de las características de esas personas era babear (expeler continuamente saliva).

 

 

 

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Fuente de la imagen: theoskingdead

El curioso origen del término ‘chulo’

El término ‘chulo’ es uno de esos vocablos que, con el tiempo, hemos acabado adaptando en nuestro idioma para referirnos a múltiples y diferentes cosas y personas.

El curioso origen del término ‘chulo’

Por un lado están aquellos personajes que se comportan de un modo fanfarrón, arrogantemente, en plan valentón y desafiante e incluso graciosamente. Conocemos como ‘chulo’, ‘chulapón’, ‘chulapo’ (o chulapona) a los individuos originarios de algunos barrios castizos de Madrid. También se usa el término como sinónimo de proxeneta o rufián (el vulgar macarra).

Hay quien usa el vocablo ‘chulo’ para referirse a alguna cosa que le ha gustado (‘¡Qué chulo es esto!’, ¡Qué chulo ha sido venir aquí!’).

El hecho de que existan tantas acepciones y usos para este término proviene de muy atrás, debido a que antiguamente ya se le dio varios significados.

Etimológicamente llegó al castellano desde el italiano ‘ciullo’, utilizado para referirse a los niños. De hecho, esta voz italiana era apócope del término ‘fanciullo’, de exacto significado.

Existen constancias de que la forma ‘chulo’ ya se utilizaba en castellano en el siglo XVII, aunque no se incorporó al Diccionario de Autoridades hasta el año 1729; donde ya por entonces se le daba diferentes usos y acepciones:

Persona graciosa y con donaire; el que asiste en el matadero para encerrar y matar las reses; y, según la germanía (jerga utilizada por rufianes y malhechores) también se utilizaba para referirse a un muchacho o muchacha.

Y fue precisamente esa referencia a los jóvenes pícaros que solían delinquir y se las arreglaban para sobrevivir mediante el engaño, usando su ingenio, agudeza y gracia lo que dio su acepción más conocida.

 

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Fuente de la imagen: pxhere