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¿Cuál es el origen del término ‘carcajada’?

El término ‘carcajada’ hace referencia a la risa ruidosa e impetuosa y también puede ser conocida como risotada.

¿Cuál es el origen del término ‘carcajada’?

Antiguamente se tenía el convencimiento de que reírse a carcajadas se trataba de algo que era hecho especialmente más por individuos trúhanes que por filósofos y así se recoge en el Diccionario de Autoridades de 1729.

En esa misma obra se le daba un par de posibles orígenes etimológicos: por una parte, dice que provenía del latín cachinnus (rugido, risa fuerte) y, por otra, del griego charchero (estruendo).

El diccionario de la RAE indica que procede de una onomatopeya y algunos etimólogos señalan que proviene del portugués gargalhada y este del vasco karkailla, ambos vocablos referidos al acto de reírse ruidosamente.

 

 

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El curioso origen del término ‘chulo’

El término ‘chulo’ es uno de esos vocablos que, con el tiempo, hemos acabado adaptando en nuestro idioma para referirnos a múltiples y diferentes cosas y personas.

El curioso origen del término ‘chulo’

Por un lado están aquellos personajes que se comportan de un modo fanfarrón, arrogantemente, en plan valentón y desafiante e incluso graciosamente. Conocemos como ‘chulo’, ‘chulapón’, ‘chulapo’ (o chulapona) a los individuos originarios de algunos barrios castizos de Madrid. También se usa el término como sinónimo de proxeneta o rufián (el vulgar macarra).

Hay quien usa el vocablo ‘chulo’ para referirse a alguna cosa que le ha gustado (‘¡Qué chulo es esto!’, ¡Qué chulo ha sido venir aquí!’).

El hecho de que existan tantas acepciones y usos para este término proviene de muy atrás, debido a que antiguamente ya se le dio varios significados.

Etimológicamente llegó al castellano desde el italiano ‘ciullo’, utilizado para referirse a los niños. De hecho, esta voz italiana era apócope del término ‘fanciullo’, de exacto significado.

Existen constancias de que la forma ‘chulo’ ya se utilizaba en castellano en el siglo XVII, aunque no se incorporó al Diccionario de Autoridades hasta el año 1729; donde ya por entonces se le daba diferentes usos y acepciones:

Persona graciosa y con donaire; el que asiste en el matadero para encerrar y matar las reses; y, según la germanía (jerga utilizada por rufianes y malhechores) también se utilizaba para referirse a un muchacho o muchacha.

Y fue precisamente esa referencia a los jóvenes pícaros que solían delinquir y se las arreglaban para sobrevivir mediante el engaño, usando su ingenio, agudeza y gracia lo que dio su acepción más conocida.

 

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¿De dónde proviene el término ‘chanchullo’?

El curioso origen del término ‘chanchullo’

Conocemos como ‘chanchullo’ a aquel acto ilícito que se hace con intención de conseguir un fin, habitualmente lucrativo, como hacer algún tipo de negocio algo turbio. Un ejemplo de su uso en una expresión podría ser: ‘Fulanito se gana la vida haciendo chanchullos’.

El término chanchullo aparece por primera vez en el Diccionario de la Rae de 1853 dándole la acepción de ‘acción de mal género hecho de oculto, estafa y robo’.  El vocablo provenía de ‘chancha’ (Embuste, mentira, engaño. Incorporado en el Diccionario de Autoridades de 1729) y éste de ‘chanza’ (Dicho burlesco, festivo, y gracioso, a fin de recrear el ánimo u de ejercitar el ingenio. Que también fue incorporada por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1729). Aquel que habitualmente hablaba en broma (como los pícaros) era llamado ‘chancero’ (todavía en uso) Al que hace chanchullos se le conoce como chanchullero.

Y para encontrar el origen del término chanza debemos dirigirnos al italiano, ya que derivó del vocablo ‘ciancia’ de idéntico significado. Al italiano llegó desde el germánico ‘zänseln’ utilizado para referirse a aquel que habla con familiaridad.

 

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¿Sabías que decimos incorrectamente la expresión ‘quedar en aguas de borrajas’?

¿Sabías que decimos incorrectamente la expresión ‘quedar en aguas de borrajas’?

Quién no ha escuchado o dicho en alguna ocasión una frase del tipo: ‘Estaba esperanzado en conseguirlo pero al final todo ha quedado en agua de borrajas’. Estas expresiones suelen utilizarse para referirse a aquello que finalmente no ha salido como uno esperaba y a un desenlace que ha resultado ser decepcionante (cuando las expectativas eran buenas).

Se dice que su significado se debe a lo insípida que resulta la infusión de la planta de la borraja, la cual se utilizaba desde la antigüedad como remedio para hacer sudar (sudorífica). También se tenía la vieja creencia (y superstición) de que si se una mujer pisaba una hoja de borraja quedaría embarazada.

Pero en realidad, por muchas veces y tiempo que llevemos escuchando la frase ‘quedar en aguas de borrajas’, ésta no es del todo correcta y con los años ha variado de como realmente se decía en sus orígenes.

Inicialmente  la hierba utilizada para esta expresión era la ‘cerraja’, una planta semejante a una lechuga silvestre (así la definía el Diccionario de Autoridades de 1729) cuyas propiedades de las hojas, flores o jugo lechoso se aplicaba como estimulante del apetito, el tratamiento de la ascitis o para trastornos hepáticos (entre otros). Pero sin embargo su agua infusionada resultaba insulsa y sin propiedades, de ahí que, originalmente, la expresión fuese ‘quedar en agua de cerrajas’: esta agua en comparación a los atributos del resto de la planta se quedaba en nada.

Sebastián de Covarrubias en su ‘Tesoro de la lengua castellana o española’, de 1611, ya menciona el ‘agua de cerrajas’ como sinónimo de algo que no llega a buen término.

Muchos son los lexicógrafos que culpan a una corrupción de la expresión cuando ésta pasó de ser utilizada en los ambientes rurales a las poblaciones más grandes e importantes, siendo prácticamente desconocida la cerraja y mucho más común la borraja, por lo que se adoptó este término para aplicárselo a la frase. El propio José María Iribarren en ‘El porqué de los dichos’ alude al provincialismo a la hora de haber modificado el modismo para que les resultase mucho más fácil fonéticamente a la hora de decir y recordar.

Para finalizar, cabe destacar que la propia web del Diccionario de la Rae redirige a ‘agua de cerrajas’ cuando se realiza la búsqueda ‘agua de borrajas’.

 

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Fuentes de consulta: Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias / ‘El porqué de los dichos de José María Iribarren / Diccionario de Autoridades de 1729 / cvc.cervantes / Diccionario de la Rae
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