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Moda baño 2018: chapuzón de tendencias para todos los gustos (y tallas)

Tu cuerpo no pide salsa, pero playa y vacaciones un rato. Y sino que te lo digan hoy que es lunes y te toca volver a aguantar al jefe/profesora de Redacción Periodística/X.

Pero como yo soy maja y me solidarizo con todas en este día de la semana, quiero abrirte el apetito con las tendencias que vienen directas a nuestra bolsa de la piscina.

Bikinis y bañadores que nos acompañarán en nuestras maratones de sol de vuelta y vuelta como si fuéramos un San Jacobo (siempre bien untadas en crema factor de protección 50) y en nuestros baños en el mar con el moño bien apretado, que ninguna quiere que se le moje el pelo.

Con la bola de cristal de las tendencias a mano, estas son las novedades veraniegas:

Estampado tropical: el clásico. El Barça-Madrid o la cerveza y tapa de las tendencias veraniegas, el que nunca falla. El giro de esta temporada son los escotes bajos y los volantes anchos que nos vendrán genial a las que tenemos poco (o nada) de pecho.

Abstracto: si en tu interior se esconde una dadaísta convencida, los estampados coloridos te encantarán. Si no te parece lo bastante surrealista puedes ponerte unas pinzas de tender la ropa como pendientes, al más puro estilo de la Baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven.

Marinera millennial: las que van a pasar el verano de puerto en puerto pueden optar por la interpretación náutica de otro de los clásicos de la temporada.

Mezcla de estampados: ya lo decía tu abuela, en la variedad está el gusto. Es posible que ella se refiriera a que te terminaras las lentejas con pescado, pero lo puedes aplicar a bañadores y bikinis perfectamente.

Minimalismo: que no, que a ti no te lían. Nada de estampados ni volantes ni gaitas. Tú eres amiga de lo poco artificioso, del minimalismo puro y duro, de las líneas sencillas y las formas simples. Vamos, que tú ves los edificios de Ludwig Mies Van Der Rohe y babeas.

Étnico: «Porque esto es África» nos cantaba Shakira hace unos años. Aunque lo más cerca que estamos de África es de Wakanda después de ver Black Panther, el estampado étnico también se cuela en la lista.

Amarillo: perfecto si estás algo morena. Horrendo si te lo pones el primer día de verano en el que estás más blanca que el gotelé de la pared de tu casa. Date unas semanas y sácalo cuando tu piel no se confunda con la leche.

Estampados fotográficos: igual no has estado nunca en Cuba o en Malibú, pero tranquila, que ya se encarga tu bañador de traerte los paisajes.

[Todas las fotos son de BRAZILIANBIKINISHOP]

El pelo y el verano, el drama de todos los años

Tu melena. Esa mata orgullosa y resplandeciente que mimabas con cariño las gélidas noches invernales vigilando cada grado de la temperatura del secador como el mismisimo Heisenberg  haciendo la anfetamina. Era una maravilla de la naturaleza: fuerte, voluminoso y se desenredaba solo con mirarlo.

Pero llega el verano y esa melena leonina tras sesiones maratonianas de bronceado, chapuzones en el mar y el cloro de la piscina se convierte en los cuatro pelos ralos de Gollum. ¡Con lo que te había costado cuidarlo!

El verano es más nocivo para el pelo que los Lannister para la casa Stark. A partir del 21 de junio debe comenzar la batalla contra la deshidratación.

Según Yolanda Valencia, peluquera de Marco Aldany en Francos Rodríguez, la sal del mar y el sol «deshidratan el cabello. Al igual que protegemos la piel, debemos protegernos el pelo ya que podemos quemarnos el cuello cabelludo. Por su parte, la sal arrastra las proteínas del cabello al igual que el cloro, que es un producto químico. La deshidratación se nota en el aspecto, no está saludable, está opaco y sin brillo».

¿Que sería lo recomendable? «No mojarlo» afirma Valencia, aunque claro, a ver quién es la guapa que por mucho amor que le profese a su pelo aguanta sin darse un baño cuando hace 40 grados a la sombra. «Cuidarlo con tratamientos para que no se seque tanto como un baño de proteínas o productos solares para el pelo. Lavarlo con champú y acondicionador solar que arrastran los excesos de la piscina, la sal y la arena».

Mi gran duda es hasta qué punto nos perjudica lavarnos el pelo a diario, porque todas hemos vivido eso de salir de la ducha, tener el pelo seco a los 5 minutos y que se convierta en un gurruño de cabellos bañados en sudor cuando vuelves a casa. «Puedes lavar el pelo a diario pero con productos que no te perjudiquen, que sean suaves ya que el lavado es una agresión, es decir que no tengan fósforo ni sulfatos, que sean naturales» dice Valencia.

Y es que las que tenemos melena no sabemos ya cómo hacer para sobrevivir en verano sin cortárnosla de tajo. Mi última estrategia: hacerme un moño más grande que una hogaza de pan gallega, y llevarlo día y noche es un ataque contra la meleba, ya que como asegura Valencia «recogerse el pelo siempre es malo en general tanto de día como de noche. Durmiendo encima se enreda más. En todo caso se pueden utilizar pinzas y gomas específicas para que el pelo no se rompa». Algo me dice que mis pinzas del chino y mis coleteros del Primark no están incluidos en esta categoría.

Que llegue el verano, no significa que debamos olvidarnos de cuidarlo hasta septiembre. «Es bueno hacerse tratamientos a lo largo de todo el año, para mantenerlo sano. Con exceso de sol con mayor motivo. Para ayudarlo contra los factores estivales tratamientos de proteínas hidratantes y reparadores, llevar una alimentación sana o tomar suplementos como levadura de cerveza, que es buenísima para el pelo, la piel y las uñas» dice Valencia.

Vamos, que después de leer el post ya no tienes excusa para descuidar la cabeza este verano.