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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Mucho cuidado: el viejo aparato de aire acondicionado nunca va a la basura

Con estos calores, y los que aún faltan por llegar en este tórrido verano sin fin, la instalación de aparatos de aire acondicionado se ha disparado; incluso en ciudades del norte español donde hasta ahora este electrodoméstico era  más innecesario que un paraguas en el Sáhara. Lo cierto es que se han hecho imprescindibles para regular la temperatura del ambiente en las casas y soportar mucho mejor las subidas de los termómetros.

Y ya sea porque muchos se han quedado viejos, se han estropeado o gastaban demasiada electricidad, el caso es que su renovación también se ha disparado.

Pero mucho ojo, no se te ocurra tirar el aparato viejo de aire acondicionado a la basura, y menos aún al contenedor del plástico. Debe ser retirado por un experto y llevado a un Punto Limpio. Porque tiene muchas cosas que se pueden reciclar y muchas mierdas que si no se controlan la pueden liar parda.

15 años de vida útil

Por lo general, el tiempo de vida útil de un aparato de aire acondicionado suele ser de quince años, tiempo aproximado que varía dependiendo de factores como su uso, cuidado o mantenimiento que reciba.

¿Qué hay que hacer después? El Real Decreto 110/2015 determina que estos productos pasan a convertirse en Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) cuando quedan en desuso, clasificándolos en la categoría 1 de Aparatos de intercambio de temperatura. Es la misma categoría a la que pertenecen frigoríficos, congeladores, aparatos que suministran automáticamente productos fríos, equipos de deshumidificación, bombas de calor, radiadores de aceite y otros aparatos de intercambio de temperatura que utilicen otros fluidos que no sea el agua.

Contiene gases muy contaminantes

La normativa hace especial hincapié en que una vez finalizado su ciclo deben ser gestionados correctamente debido a la peligrosidad ambiental de los materiales que los componen. Estos sistemas suelen proporcionar frío gracias a la acción de gases refrigerantes y condensadores, que pueden resultar muy contaminantes si se liberan a la atmósfera y que hay que extraer antes de retirar un aire en desuso.

Según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (WMO), los gases refrigerantes (CFC y HCFC) contribuyen en un 11% en el total de emisiones de gases de efecto invernadero.

Personal especializado para quitarlos

Según explica RAEE Andalucía a través de un comunicado, debido a la peligrosidad de estos gases, los aparatos de aire acondicionado que no están herméticamente sellados (bombas de calor y aparatos AC tipo Split, aquellos que constan de una unidad externa y una interna) necesitan la instalación y desinstalación de personal autorizado.

Los aparatos de aire acondicionado portátiles (tipo pingüino), por el contrario, sí pueden ser gestionados por los propios usuarios, que pueden llevarlos a puntos limpios, establecimientos comerciales y redes establecidas por productores y gestores autorizados.

Responsabilidades y sanciones

Los instaladores de aire acondicionado tienen establecidas una serie de responsabilidades en relación al reciclaje de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos:

  • Entrega del residuo retirado al realizar una instalación, bien sea a través de un centro de la distribución, a través de un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) o directamente en un gestor autorizado.
  • Emisión de justificantes de recogida al comprador que entregue un RAEE, indicando la fecha, el tipo de aparato, la marca, el número de serie y el destino (reciclado o reutilización).
  • Identificación de los RAEE mediante etiquetas electrónicas, para asegurar el traslado de los residuos hasta su destino final.

Como recuerda RAEE Andalucía, los usuarios y distribuidores que no empleen instaladores acreditados, así como aquellos instaladores que incumplan las obligaciones recogidas en el RD 115/2017 se pueden enfrentar a multas y sanciones importantes.

Pero a la inversa. Si la gestión se hace de una manera correcta es posible un reciclaje de un 93% al 95% de la totalidad de los componentes de un equipo de aire acondicionado.

En ellos encontramos materiales como el plástico y metales (acero o aluminio) que pueden ser gestionados en plantas especializadas para fabricar nuevos productos, impulsando así un modelo de Economía Circular que repercuta en la protección del planeta.

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