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Descubren un pajarito que se disfraza de serpiente para proteger a sus pollitos

Carboneros comunes en la rama de un árbol. Foto: BUITEN-BEELD Alamy

Este titular tan sorprendente, que un pájaro se disfrace de serpiente para proteger su nido, parece mentira pero es el resultado de una curiosa investigación científica de alto nivel. Quizá solo falla por que no estamos hablando de una única especie de aves sino de todo un género de pajaritos muy populares.

La familia Paridae, a la que pertenecen nuestros queridos carboneros y herrerillos, emiten siseos similares a los bufidos de las serpientes para defender sus nidos. El estudio, publicado en la revista Current Zoology, demuestra que este mecanismo de defensa habría evolucionado en las aves por la ventaja que supone producir un sonido mimético al de las serpientes. Por la evidente razón de que al igual que a muchas personas, infinidad de pájaros sienten terror por culebras y víboras.

Es un sorprendente caso de mimetismo acústico. Que para hacerlo aún más interesante, parece ser exclusivo de las hembras, y no de todas.

Ejemplar de carbonero común, Parus major, en uno de los nidos estudiados en el experimento. Foto: Wei Liang

¿De verdad hay pajaritos que imitan a las serpientes?

“Cuando un depredador se acerca a los nidos de algunos páridos como los carboneros y herrerillos, las aves responden emitiendo un fuerte bufido, estirando la cabeza y chasqueando las alas”, explica Diego Gil, investigador del MNCN participante en el estudio.

“Quisimos comprobar la similitud acústica entre estos bufidos y los que emiten las serpientes. Para ello, comparamos más de 40 grabaciones de seis especies de la familia Paridae con los bufidos de 14 especies de serpientes pertenecientes a las familias Viperidae, Elapidae y Culebridae. Lo que encontramos fue que los perfiles acústicos eran muy parecidos, pero solo en el caso de los bufidos emitidos dentro del nido, ya que otras vocalizaciones de alarma no presentaban esa semejanza”, puntualiza el investigador.

Es el caso del popular carbonero común. Cuando un depredador se acerca a su nido, y podremos ser perfectamente nosotros, la hembra levanta la cabeza eriza las plumas de la cabeza, pone los ojos “salientes” y las alas levantadas. El pájaro se eleva repetidamente sobre sus tarsos, emitiendo un silbido explosivo mientras la cabeza se empuja hacia adelante como una serpiente, cerrando violentamente sus mandíbulas. Simultáneamente, las alas bajan bruscamente, a menudo golpeando contra los lados de la cavidad del nido, mientras que la cola se abre en abanico y las plumas más externas de la cola se exhiben de manera llamativa.

¿Y funciona?

En una segunda fase del estudio, los investigadores se hicieron esta misma pregunta. Quisieron comprobar si los sonidos eran realmente eficaces ante la llegada de un depredador o solo era un intento inútil de las aves por defender a su prole. Para demostrarlo echaron mano de un curioso personaje.

“Habituamos a varios ejemplares de ardilla rayada de Swinhoe (Tamiops swinhoei hainanus), que frecuentemente se alimenta de huevos y crías de estas aves, a acudir a una fuente de comida a alimentarse. Después, les pusimos las grabaciones de los bufidos de alarma para observar su reacción y comprobamos que, cuando esto ocurría, los animales evitaban acercarse a la comida”, señala Gil.

Vamos, que les funciona. “Los resultados de este estudio muestran que los bufidos emitidos por las aves en los nidos son resultado de un mimetismo acústico y que funcionan como mecanismos de defensa eficaces», reconoce Diego Gil.

Resulta lógico. Ante este despliegue salvaje de amenazas visuales y auditivas de tan magistral imitador de serpientes, la mayoría de los depredadores se retiran, por si acaso. Y ello aumenta las posibilidades de supervivencia del pájaro disfrazado de serpiente, que es precisamente lo que persiguen estos bichos.

Macho de carbonero común. Foto: Wikimedia Commons

¿Cómo han podido a desarrollar esta técnica de falsificación sonora tan asombrosa?

Dado que las aves y las serpientes no tienen un antepasado directo común, los investigadores aventuran que este comportamiento habría evolucionado por convergencia evolutiva. Esto quiere decir que gracias a la chiripa de los cambios evolutivos, a lo largo de decenas de miles de años se ha seleccionado en las aves unas llamadas que imitan a las de las serpientes.

Lo más curioso es que no todos los páridos tienen este comportamiento. Ni siquiera los ejemplares de una misma especie. En una población idéntica, pongamos por caso los bosques de Guadarrama, hay ejemplares que imitan a las serpientes y otros que no tienen ni idea de cómo se hace.

Estudio de referencia: Møller, A. P., Gil, D., & Liang, W. (2021). Snake-like calls in breeding tits. Current Zoology. DOI: https://doi.org/10.1093/cz/zoab001

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