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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

El estrés de las ciudades hace a los pájaros genéticamente más valientes

Carbonero común. Foto: Pixabay

La vida estresante de las ciudades nos afecta a todos, personas, plantas y animales. A estos últimos incluso genéticamente, como acaba de descubrirse científicamente. Esa reciente diferenciación genética de las aves urbanas las hace más valientes, más exploradoras e incluso más agresivas que sus primas del campo.

Así lo demuestra un estudio que publica la revista Nature Communications, después de comprobar que algo así ya sucede en Europa con los populares carboneros comunes (Parus major). 

Carbonero común en un árbol. Foto: Pixabay

Investigación europea

La investigación, que se ha llevado a cabo en nueve ciudades europeas, entre ellas Barcelona, Madrid, París y Milán, la han liderado Caroline Isaksson, de la Universidad de Lund (Suecia), y el investigador español actualmente en la Universidad de Glasgow Pablo Salmón, y ha contado con la colaboración de siete centros de investigación europeos, entre ellos el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.

Los investigadores han comparado los genes de los carboneros comunes de ciudad con los de entornos rurales próximos y han comprobado que en todos ellos hay pequeñas diferencias genéticas.

El estudio muestra cómo las aves de ciudad cuentan con genes que regulan las capacidades cognitivas y los comportamientos que son importantes para sobrevivir en entornos con contaminación acústica y atmosférica, luz nocturna y proximidad constante de personas.

Pájaros sin miedo en las ciudades

«La ciudad favorece individuos más proactivos, más valientes, más exploradores o más agresivos», ha explicado a EFE Joan Carles Senar, ornitólogo del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y colaborador del estudio.

Senar ha puesto como ejemplo que «los pájaros de ciudad tienden a perder el miedo, ya que no les ayuda a la hora de encontrar nuevos recursos, mientras que para las aves de campo esta emoción sigue siendo muy útil para escapar de los predadores».

Según el investigador, este estudio es el más importante y ambicioso sobre cómo los entornos urbanos afectan al genoma y, por tanto, al material genético de los animales que viven en ellos. En total, han examinado 192 carboneros comunes entre las poblaciones de las nueve ciudades. Los científicos extrajeron muestras de sangre de las aves y las analizaron genéticamente.

«Hemos analizado más de medio millón de genes repartidos por todo el genoma, y hemos encontrado unos cuantos que han cambiado claramente en respuesta al medio urbano», ha resumido Caroline Isaksson.

Por su parte, Pablo Salmón ha declarado que «es sorprendente que las ciudades, que son un fenómeno reciente desde una perspectiva evolutiva, dejen su huella en el genoma de las aves».

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