La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Vocabulario canario para entender el volcán de La Palma

Nuevo volcán de La Palma. Foto: Carlos de Saa / EFE

La explosión del nuevo volcán de La Palma, se llame de Cabeza de Vaca o de Cumbre Vieja o como al final se bautice, es una catástrofe mayúscula, de eso no hay duda. Lo de espectáculo de la naturaleza viene después, viéndolo desde la tranquilidad del sofá a miles de kilómetros de distancia. Pero no olvidemos que hay muchísimo sufrimiento detrás de esas imágenes tan bellas que nos hipnotizan.

Una vez más la naturaleza nos demuestra lo vulnerables que somos. Nos pone en nuestro sitio. Pero somos una especie social y estamos trabajando y colaborando todos juntos para que nadie se quede desamparado. La solidaridad es sin duda lo más grande del ser humano. Todo mi ánimo desde aquí para los palmeros.

Volcán Teneguía, surgido en La Palma en 1971. Foto: Wikimedia Commons

Canarias es un volcán

Los tiempos geológicos no son los humanos. Nos sorprende la aparición de un nuevo volcán, pero es algo absolutamente normal para un archipiélago que solo existe gracias a los volcanes. Así de claro. Todas sus islas e islotes han nacido de volcanes, unos encima de otros, hasta lograr asomar y crecer por encima del Atlántico.

Y la isla de La Palma no es una excepción, todo lo contrario. Es además muy jovencita, geológicamente hablando. Frente a los 23 millones de años de Fuerteventura, la isla con menor actividad volcánica del archipiélago, La Palma apenas tiene 2 millones de años y está todavía en proceso de formación a golpe de volcán.

Caldera, un afortunado fallo alemán

Muy pocos saben que, por influencia del habla canaria, los científicos de todo el mundo denominan al cráter caldera, así, en español. Os voy a contar su historia porque es muy curiosa.

La palabra caldera fue popularizada por el geólogo alemán Leopold von Buch en 1825, a raíz de sus estudios en la Caldera de Taburiente, de donde tomó el nombre. Curiosamente, esa caldera, hoy hermosísimo parque nacional, no es la boca de un volcán como se pensaba entonces. Ahí el científico metió la pata.

La Caldera de Taburiente es en realidad un gigantesco hundimiento que luego ha sufrido una intensa erosión del agua. Pero ha regalado su nombre a toda la comunidad científica, así que no le pongamos pegas.

Viñedos sobre lapilli en La Geria, Lanzarote. Foto: Wikimedia Commons

¿Cómo se dice lapilli en canario?

Unamos geología con filología. Porque toda la historia y geología de los volcanes está concentrada en el habla canaria. Por ejemplo, estamos escuchando estos días hablar mucho de los piroclastos. Es todo ese material sólido que lanza la erupción. Piroclasto procede del griego y significa “fuego roto”.

Un tipo de piroclastos es el lapilli. Es esa grava de lava negra o rojiza que se usa en Canarias para cultivos tan espectaculares como los viñedos de La Geria, en Lanzarote. ¿Para qué sirven? Absorben la humedad del aire pero impiden al mismo tiempo su evaporación, conservando así los suelos húmedos.

Pero lapilli es palabra culta que procede del latín. Significa «piedras pequeñas». Pero en Canarias no se llama así. Tenemos hasta tres maneras diferentes y muy propias de denominarlo. La más extendida es picón, algo que está muy picadito, en trozos, como esas rocas. En Fuerteventura se llama arena, pues se emplea en los cultivos para hacer los típicos enarenados. Y en Lanzarote recibe el nombre de rofe.

La destrucción que enriquece

Es así de paradójico. La erupción de La Palma está causando graves daños en casas y cultivos, pero esas mismas cenizas volcánicas son las que sustentan toda la agricultura canaria.

Cenizas y lavas originan tierras muy fértiles, con muchos minerales, sobre las que se asientan los cultivos. Que unas veces el volcán te da y otras, desgraciadamente, te quita, como ahora.

Canario de Normandía

Otro canarismo precioso es denominar malpaís a los campos de lava. Curiosamente procede del francés antiguo, de los primeros conquistadores normandos que llegaron a Canarias en el siglo XV.

En Fuerteventura todavía se conserva el nombre menos evolucionado de esta palabra. Se dice malpey. Como el Malpey de Guriamen, cerca de Corralejo.

El delta lávico es una fajana

Lo del «delta lávico» para denominar la nueva tierra ganada al mar por la lava nos ha sorprendido a todos, pero especialmente en Canarias, donde existe una palabra específica para esta formación geológica. Y también tiene un origen muy curioso. Es el canarismo ‘fajana‘, evolución del portugués hablado en Madeira «fajã«. Define un terreno llano al pie de un acantilado producido por la llegada de una colada de lava al mar. En La Palma hay varios topónimos muy populares con este nombre, como la Fajana de los Franceses y o la Fajana de Barlovento.

También se utiliza la denominación «isla baja«. La más famosa es la comarca que recibe este nombre al noroeste de Tenerife, en los municipios de Buenavista del Norte, Garachico, Los Silos y El Tanque.

¿Por qué este volcán nos parece tan diferente a los que vemos en los libros de texto?

Porque no existen dos volcanes iguales. Y el modelo simplificado de los libros es el más raro e infrecuente de todos ellos.

El típico canario es el de los denominados volcanes fisurales. La chimenea volcánica no es vertical, asociada a un cono volcánico definido como nos han enseñado en el colegio. Es lineal y la lava puede salir por cualquier grieta. En el nuevo de La Palma ya hay casi una decena de fisuras abiertas.

Tipos de volcanes

Otras islas han dado directamente su nombre a los tipos de erupciones volcánicas. El nuevo palmero es del tipo estromboliano, pues se comporta como el que hay en la isla italiana de Stromboli, al norte de Sicilia. La lava es menos fluida que en los del tipo hawaiano y por eso baja relativamente despacio por la ladera. Y se dan explosiones y emisión de nubes de gases abundantes y violentas pero cuyas columnas no superan el kilómetro de altura.

Por suerte, los volcanes canarios no son del tipo vesubiano, del Vesubio, muy violento tanto en explosiones como en lluvias ardientes de cenizas. Como la que arrasó a la ciudad romana de Pompeya y se llevó por delante a Plinio el Viejo.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interesen estas otras:

4 comentarios

  1. Dice ser Miguel Santos

    En La Palma, o en algunas zonas, Valle Aridane, al picón se le llama granzón

    26 septiembre 2021 | 16:14

  2. Dice ser a ver si termina pronto

    Desgasificación. Ese proceso puede durar…

    27 septiembre 2021 | 15:30

  3. Dice ser Lola

    Mi apoyo a todos mis paisanos.

    28 septiembre 2021 | 09:53

  4. Dice ser Vlaloca

    esta es una tierra hermosa! somos invitados aqui

    29 septiembre 2021 | 14:00

Los comentarios están cerrados.