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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Este pájaro parecía mudo pero le canta a la Luna

Macho de hubara canaria cantando. Foto: Inmaculada Abril-Colón

La creíamos muda, incapaz de cantar. Algunos habían registrado su reclamo con mucha paciencia y sofisticados sistemas de grabación, pero prácticamente nadie la había escuchado en el campo, como se puede oír a la madrugadora alondra, el vocinglero alcaudón o la machacona abubilla. Y sin embargo, la rara y muy amenazada hubara canaria, Chlamydotis undulata fuertaventurae, canta. Pero lo hace sobre todo en noches de Luna llena, cuando el silencio permite llevar muy lejos sus quejidos amorosos.

La hubara es la prima del desierto de la castellana avutarda. La canaria es una subespecie endémica de las islas Canarias, que logró dar el salto desde los desiertos de África. Esta especie de pavo de las estepas es muy grande, pero tan tímida y huidiza, tan invisible gracias a su traje de camuflaje, que resulta prácticamente invisible a los ojos humanos. Y eso que es un ave diurna y que vive en llanuras peladas donde parece imposible que nada ni nadie pueda esconderse.

Espiando desde un satélite

Ocupa zonas áridas de Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa, cuya supervivencia está amenazada. Se sabía que estas aves eran especialmente activas durante el crepúsculo, pero gracias al estudio que investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) acaban de publicar en Animal Behaviour, se ha podido comprobar que esta especie aumenta su actividad reproductiva durante las noches de luna llena.

El trabajo se apoya en el uso de emisores GPRS que registran ondas de aceleración del individuo marcado según los tres ejes del espacio, lo que permitió identificar y cuantificar por primera vez los movimientos y actividades de las hubaras marcadas durante la noche, sin necesidad de observarlas. El estudio, que se prolongó durante cinco meses, tres en época de reproducción (enero-marzo de 2019) y dos en la estación no reproductiva (octubre-noviembre del mismo año), se realizó sobre una muestra de 19 machos y 12 hembras.

Bailes y canciones de amor

La exhibición de los machos de hubara en la estación de apareamiento tiene dos componentes, uno visual, la carrera de exhibición en la que muestran su vistoso plumaje de celo, y otro acústico, un sonido de muy baja frecuencia apenas perceptible por el oído humano pero fácilmente audible para las hubaras a distancias de hasta 1 km.

“Hasta ahora se sabía que la exhibición vocal de los machos alcanza su máxima intensidad durante el amanecer y el anochecer. En este estudio hemos descubierto que los machos vocalizan también por la noche y hemos detectado que la frecuencia es máxima en noches de luna llena, cuando igualan los valores registrados durante el crepúsculo”, explica el investigador del MNCN y director del estudio, Juan Carlos Alonso.

“Los machos vocalizan de noche porque el sonido se transmite mejor debido a la menor intensidad de viento, la baja temperatura y la ausencia de cantos de otras aves que durante el día se mezclan con las vocalizaciones de las hubaras haciéndolas menos audibles”, continúa.

Macho de hubara en celo

Seleccionar a los mejores cantantes

Estos sonidos también informan a las hembras de la calidad del macho que las emite. “La investigación nos ha permitido comprobar que las series acústicas son más largas que las diurnas, lo que sugiere que contienen más información. Este dato nos hace pensar que la noche permite a estas aves perfeccionar la comunicación que intercambian durante el día”, matiza la investigadora del MNCN Inmaculada Abril-Colón.

Más allá de la mejora comunicativa que ofrece la noche, el estudio apunta a que el hecho de que los machos aumenten su actividad durante la luna llena puede deberse a que la luz lunar les permite detectar el acercamiento de depredadores, contrarrestando su mayor vulnerabilidad mientras se exhiben y vocalizan.

Además, la iluminación lunar es suficiente para que el macho pueda exhibir su plumaje nupcial blanco frente a las hembras que se acercan a ellos, facilitando de esta forma la cópula nocturna, algo que hasta ahora era desconocido en esta especie.

Por último, no hay que olvidar que, al aprovechar la noche, los machos aumentan el tiempo que tienen para exhibirse cada día, incrementando así sus posibilidades de atraer hembras.

Carreras (y cópulas) a oscuras

El uso de emisores con acelerómetro permitió detectar carreras de exhibición nocturnas en dos ocasiones, ambas en noches de luna llena, y protagonizadas por dos de los machos sexualmente más activos, uno de los cuales llegó a realizar movimientos precopulatorios.

La frecuencia de dichos movimientos fue seis veces mayor que al amanecer, momento del día en el que las hubaras alcanzan la máxima intensidad de celo. “Esta notable frecuencia de comportamientos reproductivos nocturnos sugiere que las hubaras pueden aprovechar las noches de plenilunio para copular, beneficiándose de la ventaja que supone no ser molestadas por machos vecinos que de noche no alcanzan a ver esos apareamientos, mientras que a plena luz del día podrían interrumpir el cortejo”, aclara Alonso.

Futuros estudios deberán determinar si este mismo comportamiento de exhibición nocturna, y en especial a la luz de la luna, se da también en otras aves que tradicionalmente han sido clasificadas como diurnas.

En peligro de extinción

La hubara canaria está en las últimas. Necesita tranquilidad, espacios inmensos sin casas, coches, gentes, ruidos, perros, tranquilidad cada día más imposible en unas islas, Lanzarote y Fuerteventura, entregadas al turismo masivo más destructor.

La banda majorera de reggae “Abora” ha compuesto para ella «Hubara Ciao«, una versión de la conocida canción «Bella Ciao», que nace con el único fin de concienciar a la población de Fuerteventura y extensión a la de Canarias, de los graves problemas que amenazan a esta hermosa especie que canta a la Luna.

Referencia: J.C. Alonso, I. Abril-Colon, C. Palacín (2021) Moonlight triggers nocturnal display in a diurnal bird Animal Behaviour. DOI: https://doi.org/10.1016/j.anbehav.2020.11.011

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