Entradas etiquetadas como ‘Rusia’

#ComunicacionNoVerbal Reaparece un Putin asombrosamente debilitado

Últimamente la comunicación no verbal del líder ruso, Vladimir Putin, ha sido extraña. Desde que comenzara su guerra con Ucrania no han cesado los rumores sobre un posible problema de salud y en su última aparición pública parece que aumenta esta hipótesis por sus inusuales gestos.

Vladimir Putin siempre ha estado muy interesado en lo que se proyecta sobre su apariencia, controlando al más mínimo detalle que todo en él sea energía, fuerza, vitalidad y masculinidad.

Pero hay elementos de nuestro cuerpo que no se pueden controlar a voluntad y algunos medios de gran relevancia internacional, como The Telegraph o The Sun, ya han publicado, contando con la opinión de médicos expertos, las señales físicas de que Putin podría padecer una grave enfermedad.

Destacando por ejemplo sus cojeras ocasionales, su rostro notablemente hinchado como posible consecuencia de una fuerte medicación o el uso de las exageradas distancias con otros líderes políticos por el miedo a contagiarse dada la deficiencia de su sistema inmune.

Pero además, en el último vídeo saltaron todas las alarmas porque, a pesar de estar sentado en una mesa de reunión con su ministro de Defensa, de inmediato todos pudimos detectar que sus piernas estaban en constante movimiento y parecía experimentar algún tipo de incomodidad o dolor mientras se agarraba literalmente a la mesa durante al menos un cuarto de hora.

Desde el punto de vista de la comunicación no verbal, esta postura corporal es del todo poco habitual, si fuera un gesto que se realiza durante pocos segundos o escasos minutos podría suponer cierta incomodidad, estrés, ansiedad, contención, desagrado… Todo dependería del contexto y del contenido de la conversación.

Pero lo curioso es lo que ese gesto perdura estático en el tiempo, es muchísimo para que signifique algo de lo anteriormente expuesto, realmente da la sensación de que se está sujetando…

Tampoco parece que sea nerviosismo o simplemente una postura rígida inconsciente, recordemos que Putin está altamente entrenado en el manejo del lenguaje corporal por su pasado en la KGB, donde este aspecto del comportamiento era prioritario en la fase de adiestramiento militar.

Desde luego, estas imágenes solo refuerzan los rumores sobre su comentado estado de salud y más que demostrar su fortaleza y autoridad parece que ha conseguido el efecto contrario dejando en evidencia sus propias debilidades.

Seguiremos observando…

La comunicación es el arma que convierte a Zelenski en un héroe

En un contexto de guerra, Volodomir Zelenski ha sido capaz de fabricar una extraordinaria estrategia de comunicación, consiguiendo así erigirse como un ejemplo de liderazgo político para los suyos pero también para el mundo.

Volodímir Zelenski.Henar de Pedro

El inesperado líder se ha convertido en pura inspiración a través de unas claves concretas de su personalidad, actitud y comunicación. Muchos ya le nombran como un héroe de carne y hueso de la era moderna y ciertamente la descripción no se aleja de la realidad.

Socialmente se considera héroe a aquel personaje que posee habilidades y ciertos rasgos que le permiten llevar a cabo hazañas extraordinarias para salvar a las personas de un peligro.

Siempre necesitan un antagonista, un villano que represente todo lo contrario a él, en este caso Zelenski destaca aun más porque, tal y como analizamos recientemente, Putin resulta totalmente opuesto en su estilo de liderazgo (agresivo) y en rasgos de personalidad (menos emocional, frío, distante, hierático…)

La figura heroica debe ser valiente, honesta, pensar en los demás, tener valores, ser seguro de sí mismo, y perseguir sus objetivos sin importar los obstáculos. Esta descripción del héroe coincide con la consideración que Zelenski proyecta públicamente a través de sus palabras pero también de su acciones y actitudes.

El héroe se sitúa a sí mismo, y a pesar de su superioridad, al mismo nivel de la gente común a la que aquejan los problemas. Esto es lo que hace que el héroe nos atraiga y nos identifiquemos con él. Zelenski dijo en una de sus intervenciones: «Usted es presidente de Ucrania como lo soy yo. Y yo soy un soldado más al servicio de Ucrania como los son todos ustedes».

No se esconde, se graba diariamente en Ucrania, no ha huido, se queda, lucha, como hacen todos. Esta acción es la que le dota de la fuerza del ejemplo, la coherencia y la autenticidad.

*Te puede interesar:

 

 

 

 

 

¿Por qué Putin camina con el brazo derecho pegado al cuerpo?

Hace ya años que la extraña forma de caminar de Putin llamó la atención en el mundo de la neurología.

El patrón de movimiento es excepcional: una marcha firme, segura, con el brazo izquierdo oscilante de manera natural pero el brazo derecho permanece estático, totalmente pegado al cuerpo.

Siendo esta postura bastante atípica al andar. El balanceo de ambos brazos en la marcha es propio de los seres humanos y algunos mamíferos, ya que la función principal de este movimiento es el de mantener el tronco equilibrado.

Por tanto, lo primero que pensaron los investigadores de la Universidad de Radboud (en Holanda) fue que Putin podía padecer algún tipo de enfermedad, como un Parkinson incipiente, cuyas características iniciales son compatibles con esta asimetría en el caminar.

Lo descartaron enseguida al comprobar que no solo Putin ejecutaba este tipo de marcha, también lo hacían otros dirigentes rusos, pero…

¿Qué tenían en común?

Todos ellos habían recibido una férrea instrucción militar, eran diestros y tenían muy interiorizado este peculiar gesto, visible por las numerosas apariciones públicas en las que fueron grabados de tal modo.

Los investigadores descubrieron un antiguo manual de entrenamiento de la KGB, el cuál obligaba a que los soldados soviéticos siempre marcharan con el arma pegada al cuerpo, en el lado derecho (o dominante) y que su brazo siempre cubriera esta arma con la doble función de protegerla y también de poder utilizarla rápidamente en caso de amenaza.

Los autores lo bautizaron oficialmente como ‘el andar de pistolero‘. Parece que este adiestramiento militar ha desembocado en una costumbre adquirida y aunque no porte un arma (o eso espero) su cuerpo mantiene esta postura en el caminar habitual.

(Sergei Ilnitsky / EFE)

*Fuente: BBC News

 

Comunicación no verbal: Zelenski vs Putin

Las formas importan en el liderazgo. A través de la voz, apariencia, palabras y escenarios elegidos, gestos, actitudes, expresiones, etc, podemos transmitir emociones, intenciones, expectativas, estilos de personalidad…

Todo ello también comunica y todo ello también puede provocar influencia, empatía, admiración, o todo lo contrario. El caso de Putin y Zelenski es ejemplar precisamente para advertir estas diferencias radicalmente opuestas.

Ya analicé hace unos días al Putin como simio agresivo, desde una perspectiva etológica y en sus comparecencias para el mundo.

Pero además, en las relaciones con su propio equipo, lo que nos llega de Putin son intentos de humillación a sus ministros, se ríe de ellos con sonrisas maquiavélicas en el rostro bien definidas, les ridiculiza y disfruta haciéndolo, le interroga, infunde miedo a quien muestre una opinión diferente.

Recrea atmósferas frías, impone sus propios protocolos para los encuentros, se reúne con líderes de otros países en ambientes surrealistas, con mesas de 6 metros de largo de por medio.

La constantes proyecciones de poder, dominancia y superioridad de Putin contrastan la emocionalidad, cercanía y la actitud agradable de Zelenski, a pesar de todo.

En la batalla mediática e imagen mundial, gana por mucho un Zelenski que, como líder, pone en valor la inteligencia emocional e induce al respeto en lugar de miedo. Se muestra, al mundo y a los suyos, como uno más, lucha y resiste como uno más, no le importan las apariencias.

El estilo político de Putin es muy agresivo, tóxico, basado en el sometimiento, recuerda a dictadores pasados. Y tal y como apuntaba la periodista Patrycia Centeno: «Putin es un abusón, y este hecho realmente revela miedo, no poder». Gran apunte.

Putin vencerá o no en esta guerra, pero no convencerá jamás en la batalla mediática. Ya no hay vuelta atrás.

Captura de video / Wikimedia

No soporto saber de la guerra Rusia-Ucrania… ¿Eso está mal?

Hace unos días, veía por redes sociales cómo algunos usuarios exigían a personajes conocidos que se posicionaran y subieran a sus redes algún post sobre el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, es más, les recriminaban que siguieran con sus vidas como si nada mientras saltaban las noticias del ataque ruso.

Fotografía CCO

Como si ellos no lo hicieran también. Todos nosotros miramos a nuestro alrededor y nos encontramos un día soleado, con el tráfico habitual, seguimos con nuestra rutina (trabajo, casa, compras, niños) y en estos momentos pensamos: «Bendita normalidad«.

Lo extraño del contraste. Una guerra lejana en distancia pero a la vez muy presente en nuestro día a día.

Porque abrimos nuestras redes sociales, leemos la prensa y vemos las noticias, y entonces en nuestra tranquila monotonía se mezcla el horror de una guerra que nada tiene que ver con la «normalidad»…

Sirenas que alertan de bombardeos, gente escondida en búnkeres, bebés que nacen en condiciones muy precarias, mujeres y niños que huyen, hombres que se quedan a luchar, muerte, miedo, sangre, destrucción…

Y esa incongruencia puede hacer que nuestro cerebro se contagie de esa experiencia, y que entonces empaticemos, lloremos, nos movilicemos y queramos ayudar, ser útiles.

Pero también puede hacer que nuestro cerebro se proteja, que toda esa información nos cause tal rechazo que no queramos ver, ni saber, ni sentir, que simplemente elijamos ‘seguir’.

Y ambas opciones están bien. Porque nada de lo que ocurre en este contexto caótico depende de nosotros, no somos responsables de lo que pasa, solo podemos entender y colaborar en la medida de nuestros posibles.

Las dos posturas son entendibles, no nos hacen ni más buenos ni más malos, o fríos, o insensibles. No sabemos nada de las guerras internas de cada uno.

Respetemos que haya gente que se implique y esté al tanto y que haya otros que necesiten distanciarse porque no soportan la ansiedad de estar en contacto continuo con esta guerra.

Porque no les hace bien y también es lícito que queramos salvaguardar nuestra salud mental y el auto-cuidado.

No colaboremos en crear ‘bandos’ y en responsabilizar y juzgar a las personas que no debemos.

Exijamos acciones en otras esferas, políticas, por ejemplo.