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‘Justicia auxiliar’ de Ann Leckie, el problema de las expectativas incumplidas #UnoAlMes

imageLos pasados reyes magos me trajeron como regalo esta novela de ciencia ficción escrita por una mujer, una ópera prima que lo ha ganado todo el año pasado, incluidos los premios Hugo y Nébula. Y yo feliz como una súperlombriz de arena de Dune, ya que había leído algo de ella (siempre favorable) y era imposible que no me resultara atrayente: inteligencia artificial cobrando conciencia de sí misma, naves espaciales, colonización de planetas alejados… Parecía pensado para mí, está claro que todos esos temas me interesan porque están incluidos en mi propia novela, Galatea.

Tal vez haya sido un caso típico de expectativas excesivas que se vieron incumplidas (hype fallido que dicen ahora), puede que en la traducción me perdiera gran parte de su mérito (aunque Elia Barceló la leyó en inglés y me lo descartó en una conversación por Twitter), es aún más probable que sencillamente sea uno de esos casos de «este libro será maravilloso para muchos otros, pero no es libro para mí».

A todos los que le damos a la letra impresa (o a la tinta electrónica) nos ha pasado con frecuencia con libros que gustan a una mayoría y con grandes clásicos. Por ejemplo, a mí se me atragantó Proust en segundo de carrera, tal vez debería volver a intentar leer hoy día la obra del señor de la magdalena que tiene méritos sobrados. Otra muestra, en mi adolescencia fanática por la fantasía épica (y la ciencia ficción y Herman Hesse), no pude digerir ni el primer libro de la Dragonlance.

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‘Mujeres’, un precioso álbum ilustrado con el que presentar a nuestros hijos a Clara Campoamor, Concepción Arenal…

imageUn día de mediados de diciembre fuimos con los niños al centro de Madrid y vimos la iluminación de Navidad y él aluvión de gente intentando abrirse paso por el centro. Lo vimos, pero realmente no era lo que íbamos a ver. Nuestro destino era Corazonarte, una exposición benéfica de ilustraciones.

Allí fue dónde conocí a Isabel Ruiz Ruiz y caí enamorada al instante de las ilustraciones y la idea de Mujeres, un proyecto que ha visto la luz gracias al sistema de crowdfunding de Verkami. Cuando unos días más tarde lo tuve entre mis manos y pude leerlo con Julia, el flechazo se convirtió en amor verdadero. Mujeres es ya una de las joyas de nuestra pequeña biblioteca.

No es realmente un cuento, es un álbum ilustrado de calidad en el que a un lado vemos las maravillosas y cargadas de personalidad ilustraciones de Isabel, a modo de retrato de cada mujer, y al otro encontramos una cita significativa y una breve explicación sobre la vida y logros de esa mujer en concreto.


Con Julia, que tiene seis años, no lo he leído entero. Nos sentamos juntas, pasamos las páginas y paramos en el rostro que llama su atención. Leemos la pequeña biografía y eso sirve como pie para hacer y contestar preguntas, para descubrir a Concepción Arenal, a María Montessori, a Gertrude Ederle, a Virginia Woolf, a Marie Curie, a Clara Campoamor, a Hipatia de Alejandría, a Margaret Bourke-White, a Hellen Keller, a Dian Fossey o a Frida Kahlo.

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Sé que leer cuesta, sé que aprender a leer no es fácil

Sé que cuesta Julia, sé que leer no es fácil. Si lo fuera, no seríamos el único animal sobre la tierra capaz de hacerlo. Si lo fuera, el hombre no hubiera tardado tantos miles de años en lograrlo. Si lo fuera, hoy en día todos en el mundo leeríamos, y aún hay muchos millones de personas que cuando miran algo escrito solo ven manchitas sin sentido.

Sé que leer es difícil. Es difícil… hasta que se convierte en muy fácil. De repente, un día, se produce una magia maravillosa, un clic que hace que tu cerebro vea las letras que forman sílabas, las sílabas que forman palabras, las palabras que forman frases, las frases que forman historias, y, sin esfuerzo ninguno, las interprete, las lea de corrido y entendiéndolo bien todo.
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Con algunos niños esa magia tiene lugar antes, con otros después. Es verdad que algunos, como tu hermano Jaime, tal vez nunca lo consigan. Pero tú lo lograrás enseguida. Tú ya lees, en mayúsculas y en minúsculas, tienes que concentrarte y recorrer ese camino por el que primero ves letras, que forman sílabas, luego las sílabas que forman palabras, y, por último, las palabras que forman frases e historias. A veces necesitas ayuda, a veces titubeas, confundes alguna letra o te imaginas lo que pone en lugar de leer lo que pone y no aciertas. Sé que cuesta, que leer no es fácil. ¿Ya te había dicho eso, verdad? Pero esa chispa mágica está a puntito de suceder, esa que hará que leer sea sencillo, que no cueste. Lo veo.

Pero para que se produzca esa magia es preciso que sigas leyendo todos los días, aunque ahora cueste, aunque aún no resulte fácil, pese a que sea más divertido y sencillo escuchar a mamá o a papá leyéndote los cuentos que te gustan, pese a que veas que otros niños lo hacen mejor y te desanimes un poco. No me dices nada, pero yo lo noto. Y es normal. ¿Recuerdas a Harry Potter? Has visto las películas y te he leído el primero de sus libros. Era un gran mago, pero tuvo que ir a muchas clases, estudiar mucho en Hogwarts y practicar un montón para conseguirlo.

Mientras llega ese clic mágico yo te prometo que seguiré ayudándote, que buscaremos los momentos que más te apetezca para leer, que elegiremos los cuentos más chulos, sobre todo que haré lo que esté en mi mano para mostrarte lo divertida y útil que es la lectura, que para nada es una obligación aburrida; y también que jamás te compararé con otros niños para los que leer ha sido fácil mucho antes, simplemente me alegraré sinceramente por ellos.

Porque aunque es guay que esa magia se produzca con tres o cuatro años, pero lo importante no es ser el primero en leer con fluidez, lo realmente importante es seguir leyendo toda la vida, seguir pasándolo bien con los libros, aprendiendo de ellos, incluso escribiéndolos si tienes mundos propios que compartir con los demás, cuando seas mayor, te falte el tiempo y flaqueen las ganas.

Leer toda la vida y disfrutar con ello es probablemente la magia más grande al alcance de nuestra mano.

‘Azul, el poder de un nombre’, entretenimiento y evasión de planeta en planeta #UnoalMes

Mi #Unoalmes, esa iniciativa para recomendar un libro que hayamos leído al final de cada mes se me ha ido en esta ocasión a comienzos del mes siguiente, por suerte es algo que las normas permiten. Os animo a sumaros a esta idea que anima a la lectura desde vuestros blogs o redes sociales.

Cubierta AzulMi primera recomendación de 2016 es una novela de ciencia ficción que es pura evasión, ese tipo de ciencia ficción alejada de la lógica y la ciencia e inmersa en la magia y la fantasía Azul, el poder de un nombre, de Begoña Pérez Ruiz, que con ese libro da el salto de librera y bloguera literaria a escritora.

El título no engaña, Azul es la protagonista absoluta del libro. Se trata de una guerrera de una fortaleza y destreza prodigiosa, pero también de una mujer sencilla que aspira a que su vida transcurra tranquila, sin complicaciones, y que encuentra sorprendida a un hombre que resulta ser uno de esos amores mas grandes que la vida. También una predestinación extraordinaria.

La épica que impregna el libro es colosal y se masca un tono de fatalismo constante durante la lectura. La acción es casi continua y hay una cantidad ingente de personajes, todos dibujados con esmero, entre los que destacan media docena de secundarios recurrentes.

Leer las aventuras de Azul, de Semarak, a lo largo de casi novecientas páginas, fue como transportarme a mi adolescencia y estar viendo al capitán Kirk recorrer mundo tras mundo, a cual más extraño, a bordo de la Enterprise.

En la novela hay una federación planetaria que tiene a sus naves recorriendo a la velocidad de la luz un universo en el que hay alienígenas con aspecto de reptil, otros felinos y empáticos casi en exceso, demiurgos, consejeras doradas, dinastías guerreras, combates por honor, profecías oscuras, amor entre especies, aspectos que recuerdan a la mitología grecolatina, seres que necesitan del silencio, culturas robóticas, criaturas con poderes místicos…

Azul, igual que Kirk, no recorre esos mundos guiada por la sabiduría, ni siquiera por la fría inteligencia de un Spock. La intrépida Azul, como el capitán de la Enterprise, se mueve impulsada por su instinto, su valor, por lealtad a los suyos y una férrea moral.

Una diferencia sustancial con la mítica serie de televisión es la historia de amor que sostiene toda la novela. Azul ama y es amada con locura por el capitán Lazarus Roberts, que deja de ser un Casanova galáctico para caer a sus pies, igual que otros muchos, igual que le hubiera pasado al apuesto Kirk de haberse encontrado frente a esta guerrera de intensos ojos azules. Azul no deja indiferente a nadie, muy a su pesar.

Es una novela de fantasía ambientada en la ciencia ficción, es una novela de aventuras, pero sobre todo es una novela de amor. «Háblame del amor, cuéntame qué, cómo transforma… cómo duele», pide en un momento dado uno de los personajes principales, tal vez mi favorito. Unas pocas palabras que resumen gran parte del espíritu del libro.

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‘Escarlatina, la cocinera cadáver’, un libro infantil de cadáveres parlantes y recetas para niños

imageCuando era niña y dedicaba gran parte de mi tiempo a leer cuentos, hubo algunos que me gustaron especialmente, cuyo recuerdo apenas se ha visto alterado y que miro con cariño, esperando el momento de sacarlos de la estantería para abrirlos y que Julia los descubra, tras tenerlos tres décadas durmiendo.

Entre los libros que más disfruté y aprecio están los de El pequeño vampiro. La historia de amistad entre un vampiro, Rüdiger von Schlotterstein, y un niño, Antón, estaba llena de sentido del humor y de un tipo de terror que no da ningún miedo.

Estos últimos días he estado leyendo con Julia Escarlatina, la cocinera cadáver (Anaya). Me ha resultado imposible no recordar la obra de la alemana Angela Sommer-Bodenburg mientras avanzábamos por las páginas escritas por la gallega Ledicia Costas, que además nació en 1979, el mismo año que se publicaba por primera vez El pequeño vampiro.

escarlatinaEscarlatina comparte el mismo espíritu. Esta vez no son vampiros los que nos acompañarán, son cadáveres parlantes que se van descomponiendo (no, no son zombies aunque nos los recuerden) y a los que les gusta comer cosas realmente asquerosas. El reto de Román, el niño protagonista al que le encanta cocinar y desea ser chef de mayor, es ayudar a Escarlatina, que murió hace 150 años, a cocinar un plato que le guste tanto a los vivos como a los muertos, para que él pueda salir del inframundo y ella resucitar al mundo de los vivos. Por supuesto, habrá malvados en el inframundo que querrán impedírselo, también difuntos (alguno bastante jurásico) que les ayudarán. Y un gato pasota que se llama Dodoto y una araña francesa, con la que Julia se partía de risa cada vez que hablaba.

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‘Tiffany Dolorido’, una saga de Terry Pratchett para niños y para adultos #Unoalmes

mundodisco2Vaya por delante que soy una lectora entregada a Terry Pratchett desde que lo descubrí hace dos décadas. Es un escritor cuyo sentido del humor y reflexiones intercaladas entre magos, guardias, brujas y pícaros en el universo inventado de Mundodisco que sirven para dar un repaso a todo, dese el periodismo hasta la guerra o la religión, pasando por los clichés de distintos géneros, Australia o la civilización egipcia, no encajan con todo el mundo. Ahí está mi santo, por ejemplo, que no acaba de verle la gracia. A mí me encanta pero obviamente también a otros muchos, ya que es uno de los autores más vendidos del mundo.

Este prolífico escritor tiene cuatro libros que me gusta recomendar sobre todo a aquellos que tienen niños adolescentes, los de la saga de Tiffany Dolorido: The wee free men, Un sombrero de cielo, La corona de hielo y Me vestiré de medianoche. Como me he leído de nuevo, esta vez en ingles, el último libro de la saga, he decidido que sean los protagonistas de mi #Unoalmes, la recomendación literaria que cada vez más blogs hacemos la última semana de cada mes.

Sentíos libres de sumaros recomendando algún libro. No es preciso tener un blog, desde vuestras redes sociales podéis hacerlo usando ese hashtag.

Tiffany Dolorido (Tiffany Aching en inglés), es una aprendiz de bruja en una tierra caliza, áspera, de la que ella saca su poder. En el primero de los libros tiene nueve años y en el último dieciséis, en todos ellos tendrá que enfrentarse a distintas amenazas y a su propio crecimiento y conocimiento personal.

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#Unoalmes va de fantasmas: ‘La sombra blanca’, de Carlos Fidalgo, y ‘Fantasma’, de Laura Lee Bahr

imageLa última semana de cada mes hay siempre un día en el que me salgo de los temas habituales del blog para recomendar uno de los libros que he leído. La iniciativa, que se llama #UnoAlMes está abierta para que cualquiera que lo desee participe desde su blog (de la temática que sea) y desde sus redes sociales.

Juro que la novela que voy a recomendar hoy no ha sido elegida por la proximidad de Halloween. Pura casualidad.

La sombra blanca, obra del periodista y escritor leonés Carlos Fidalgo y editada por El reino de Cordelia, es una historia de fantasmas ambientada en las trincheras de la Primera Guerra Mundial.

En ella seguimos la pista dejada por pétalos de amapola por un jovencísimo soldado escocés, también a una mujer que camina sobre las tormentosas aguas del Canal de la Mancha, surcadas por hombres camino a los campos de batalla franceses, al dolor y la muerte. Distintas voces se suceden, voces de soldados que caen, se levantan y, en algunos casos, vuelven a caer y se vuelven a levantar.

Aquí tenéis las primeras páginas en PDF. Y a continuación su sinopsis:

Relato de fantasmas, La sombra blanca propone un juego de voces ambientado en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Esta historia comienza en un lago invadido por el mar, atraviesa un país movilizado por la guerra y se extiende sobre un laberinto de trincheras, a espaldas de un río que sirve de frontera con un mal sueño. Se narra un misterio; el del soldado escocés Elgin Gairloch, reclutado para combatir en Francia, y cómo volvió a casa después de la última batalla del Somme, fechada en la primavera de 1918. Hay personajes que pierden la voz, soldados ciegos que nunca recuperan la vista, un hospital de puertas cerradas, y un destello fugaz que cruza la ventana de una casa, en una ciudad devorada por el fuego.

Un tono fatalista recorre todo el libro, que es de una gran riqueza poética por mucho que sea prosa. Está escrito en un elegante staccato, semejante a la sucesión de disparos de una ametralladora en una escena de cine mudo.

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‘Si yo fuera un león’, un cuento estupendo para los niños más pequeños

imageHoy cumple un año mi sobrina, probablemente el último bebé que habrá en la familia durante mucho tiempo (¡felicidades preciosa!). Aquí os contaba, una mañana similar a ésta hace justo un año que, vestida de medianoche, llego el alba.

Ayer celebramos en familia su primer cumpleaños, unos días antes fui con Julia a la librería de nuestro barrio, que tiene una zona infantil agradable y cuidada, para elegir algún buen cuento para ella. Acabamos con dos envueltos en una bolsa, pero el que os quiero recomendar es el primero que vimos: Si yo fuera un león, de Isabel Pin (editorial Lóguez).

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Es un libro resistente, de esos ideales para ver distintos tipos de animales y jugar a imitar los sonidos que hacen. La gran novedad es que viene con dos asas a los lados que permiten abrirlo por completo, introducir el rostro en el hueco que correspondería a la cara del animal y jugar a que nosotro somos ese sapo, ese pajarito o ese gato.

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‘Lectores aéreos’, la imaginación descabellada de Gabriella Campbell en #Unoalmes

image Conocí a Gabriella Campbell gracias a mi amiga, periodista y escritora (y también madre reciente y amante de los gatos ¿qué nos pasa a las mujeres que nos gusta escribir con los gatos?) Arancha Serrano. Arancha compartió un post del blog de Gabriella que me hizo inmediatamente soltar alabanzas. «¡Pero bueno! ¿No conocías a Gabriella Literaria?», me soltó atónita Arancha. Pues no, las redes sociales y la blogosfera están divididas en numerosos submundos y yo bastante había tenido hasta la fecha navegando por los universos digitales del periodismo, la maternidad y la protección animal, además de por ese otro mundo tangible que no deberíamos supeditar a los anteriores.

El blog de Gabriella, que se dedica a escribir y a intentar vivir de ello (traducciones, informes de lectura…), es una maravilla indispensable para cualquier interesado en los procesos creativos de la escritura, y basta ver la comunidad que aloja para darse cuenta que somos muchos los que pensamos lo mismo. Entusiasmada con sus posts, no dudé en comprar Lectores aéreos, una colección de relatos cortos que salió a la venta la pasada primavera y en la que parpadean la ciencia ficción, la cotidianidad, la fantasía, el sentido del humor y el horror.

Una de las virtudes del libro es que todos los relatos son muy distintos. El nexo de conexión entre ellos diría que es el hecho de que la magia, lo fantástico, es el aliño de un mundo muy semejante al nuestro, con personajes sin épica ni azúcar que podemos reconocer como plausibles sin esfuerzo. Dragones, delfines nacidos de humanos, mantícoras moribundas, regresiones que cuestan vidas ajenas… están ahí para sorprendernos, pero lo que nos atrapa es lo que les pasa, lo que piensan esos seres humanos que siempre tienen coherencia.

No soy yo de leer libros de relatos. Y la verdad es que no tengo ni la más remota idea del motivo, porque siempre que me he atrevido con alguno he salido satisfecha y porque con pocos libros en mi vida he disfrutado tanto como con la colección de relatos de Chejov. Esa capacidad de condensar en pocas páginas un mundo, una personalidad entera, y dejarte con buen sabor de boca, no está en manos de tantos.

Gabriella Campbell lo logra con maestría. Lectores aéreos es variado, preciso, imaginativo y escrito con mimo, uno de los libros más entretenidos que han pasado por mis manos este año.

Tras su lectura me he quedado con ganas de más, deseosa de leer una novela de Gabriella que se extienda a lo largo de centenares de páginas.

Es posible que no tenga que esperar mucho. Los hados nos sonríen a todos los que gustamos de dejarnos llevar por los que saben soñar y plasmarlo en un papel.

Estoy corrigiendo mi primera novela en solitario, que todavía no tiene título (me cuestan una barbaridad los títulos a veces) y un par de novelas cortas que escribí el año pasado. Y estoy escribiendo otra novela. Que es un monstruo, por cierto. Un monstruo inmenso, caótico e incontrolable.

Gabriella, sé que no tienes ningún motivo para creer que soy una buena lectora cero, de esas que ayudan a los que escribimos, pero si en algún momento te apetece confiar en mí en ese sentido, soy toda tuya. Al menos cuéntanos de qué van. ¿Encontraremos desarrollado alguno de los mundos de tus relatos?

Para terminar, y dado que no es una lectura accesible desde cualquier librería, os dejo los enlaces en Amazon y en Lektu tras los que podréis encontrarla por 2,99 euros. Y aquí podéis leer un avance gratuito.

Con Lectores aéreos mantengo la nueva costumbre que inicié en abril de sumarme a otros blogs para recomendar uno de los libros que he leído este mes. Estáis todos invitados a participar con vuestros blogs y redes sociales. El hashtag es #Unoalmes.

Estos son los anteriores:

 

 

‘La chica del león negro’, de Alba Quintas Garciandía, porque la inspiración llega trabajando #Unoalmes

RESEG4131albagrafimeAlba Quintas Garciandía (como Alba Nightray la conocí yo) nació en 1994. Al tiempo que ella abría los ojos al mundo, yo tenía 18 años y empezaba a salir con el que no sospechaba que sería el padre de mis hijos. En aquella época ni siquiera tenía claro que quisiera ser madre algún día, tampoco que fuera a escribir libros. Me limitaba a leerlos y a descubrir lo que era aquello de empezar periodismo procurando pasarlo bien en el proceso.

En 2011, con treinta y cinco años, comenzaba a escribir mi primera novela: Galatea. Alba, con diecisiete, estaba publicando su primer libro: Al otro lado de la pantalla, una novela coral sobre el ciberacoso ganadora del Premio Jordi Sierra i Fabra en 2012.

En la primavera de 2014 yo supe que esa primera novela que había escrito sería publicada, ella vio su segunda obra, escrita con dieciocho años, impresa: Globe. Ahí fue cuando la descubrí, porque en ese libro compartimos editorial (Lapsus Calami). Compré esta novela juvenil de fantasía y descubrí a una escritora magníficamente dotada para crear un mundo propio, rico y original, inspirado en el teatro.

Apenas un año después, en 2015, ambas hemos coincidido firmando en la Feria del libro. Alba con veintiún años y su tercera creación: La chica del león negro, premio extraordinario de la 3ª edición del premio literario La Caixa/Plataforma. De nuevo una novela de fantasía juvenil en la que ambienta con maestría un mundo completamente original. Y este es el libro del que quiero hablar para la iniciativa de #Unoalmes.

leonComprenderéis que considere a Alba una ‘niña prodigio’ de la escritura en nuestro país. No tengo ni idea de si a ella le gustará o no esta denominación, que seguro que ya se ha encontrado más veces, pero es que con tres libros que hacen disfrutar al lector publicados a los 21 años merece el calificativo. Es cierto que no son libros perfectos, pero es que nadie hace nada perfecto independientemente de la edad que tenga. Y Alba no solo promete, creedme.

Imaginad un mundo en el que los artistas pudieran acudir a una suerte de dimensión paralela en la que habitan, personificados, la Melancolía, la Locura, los Celos, el Odio, la Euforia, la Cólera y el Pánico. Un mundo terrible de ángeles caídos, narradores que se implican en la historia, peligros desconocidos y pérdida de cordura. ¿Por qué ir allí, a Némesis? Para lograr el genio que hace alumbrar obras de arte tomando el atajo que sortea el trabajo duro y constante y que desemboca irremediablemente en la pérdida de uno mismo, o en uno mismo. Los artistas acuden a ese lugar terrible para buscar a los delirantes capaces de invocar en otros la inspiración y, a la postre, el delirio.

Imaginad un hombre con tal fortaleza mental que es capaz de entrar y salir de ese mundo para curar a sus pacientes. Imaginad que tiene una hija que aspira a ser escritora y que se convierte en una visitante asidua a ese mundo, aunque nunca para buscar a las musas. Imaginad que la persona a la que ama esa chica camina por la cuerda floja del trastorno maníaco depresivo y puede ser salvado en ese otro mundo paralelo. Eso es lo que nos ofrece La chica del león negro a lo largo de sus 256 páginas, que resultan ser pocas: la imaginación desbordante de Alba Quintas, que utiliza las enfermedades mentales y su vinculación a las artes al modo que usaba el teatro en su anterior libro. Una reflexión sobre la necesidad de buscar la inspiración y el talento en el trabajo diario. Y un canto a la fortaleza mental y la serenidad.

Como estoy segura que ella hace.

Tal vez la protagonista tenga demasiados protectores, tal vez se agradeciera mayor desarrollo de los personajes secundarios, más tiempo en ese mundo inquietante, menos recrearse en la historia de amor y más en lo que realmente de original tiene el libro.

Ya os dije que nadie es perfecto, que nadie hace nada perfecto. Y ganas me dan de añadir que ni falta que hace.

Si os gustan o tenéis al lado a gente que disfrute con sagas como Cazadores de sombras, Fallen, Firelight, Cazadores oscuros, Medianoche… (que confieso no haber leído pero sé que tienen muchos seguidores), os recomiendo leer o que les animéis a leer La chica del león negro. Y si no os interesan esas sagas es una buena excusa para sacudirse de encima los prejuicios y darle también una oportunidad.

La próxima vez que vayáis a despotricar sobre los adolescentes o los jóvenes, por lo mal educados, poco preparados, carentes de planes o principios, haced el favor de pensar en Alba y mordeos la lengua. En Alba y en miles que son como ella, escriban o no.

Vamos a mejor, por mucho que nos guste quejarnos de aquello que los jóvenes de ahora no hacen (o no creemos que hacen) como los de ayer.

*Mantengo la nueva costumbre que inicié de sumarme a otros blogs para recomendar uno de los libros que he leído este mes. Estáis todos invitados a participar con vuestros blogs y redes sociales. El hashtag es #Unoalmes.