Irene Nemirovsky y su ‘Suite Francesa’, cuando la vida y la literatura se cruzan #unoalmes

imageA Irene Nemirovsky le gustaban los gatos. Yo soy de las que piensan que no hay mejor compañía para leer o escribir que la de un gato, y estoy convencida de que ella hubiera estado de acuerdo conmigo.

Irene era inteligente, políglota y sensible. Una escritora veloz e inspirada que nos legó un buen número de obras, por desgracia no todas traducidas. Escribía en francés pese a ser ucraniana, la ama que la crió era francesa y vivió en ese país desde los 16 años. Allí se casó, allí tuvo dos hijas, pero no murió allí, sino a los 39 años, la edad que tengo yo ahora, en Austwitch. Era judía hasta que el antisemitismo la hizo convertirse en 1939, ojalá hubiera huido de una Francia que no supo o no quiso protegerla a América y se hubiera salvado. Ahora tendríamos muchas más novelas suyas, aunque no existiría la maravillosa Suite Francesa.

De Irene Nemirovsky había leído El baile por recomendación de una amiga. Una novela excelente y breve sobre la adolescencia (simplificándola muchísimo). Quedé con ganas de más, pero hasta finales de mayo no había cogido otra de sus obras. Suite Francesa llegó a mis manos tras ver la película que inspiró esta obra que escribió justo antes de morir, que habría continuado si no la hubiéramos perdido.

Ojalá supiera francés para leer las verdaderas palabras que escogió Irene.

Suite Francesa es una película terrible y hermosa, una historia de amor de verdad, de las miserias y grandezas humanas, con personajes complejos, emociones soterradas y poderosas y muchas preguntas sin respuestas. Bien hecha, que deja poso, con un contenido teniente alemán que sí que es un hombre enamorado y dispuesto a todo, con aristas y contraluces, no como otros absurdos iconos románticos del cine masivo.

La novela es diferente, es todo eso y mucho más. Tras salir del cine me lancé a sus páginas. He descubierto bastantes buenos libros gracias a las películas (buenas, malas y regulares) que han hecho de ellos.

O0iwsAQEs una perspectiva femenina de la guerra, de la ocupación, con pocos disparos y desde el interior de muchos y distintos seres humanos. Pocos escritores he leído que realicen retratos psicológicos con tanta destreza. Y no desde una cómoda década (o incluso siglo) posterior; Suite Francesa fue escrita mientras la ocupación tenía lugar, ante las narices de la autora que acabo asesinada por aquello que contaba mientras pasaba.

En la primera mitad de esta novela coral, ambiciosa y humilde al mismo tiempo, seguimos a distintas personas, de toda condición y catadura moral, que huyen de París cuando la amenaza alemana es inminente. De esa primera mitad, Tempestad en junio, hay una novela gráfica destacable, aunque no llega ni de lejos al texto en el que se inspira.

En la segunda parte, Dolce, nos encontramos en un pueblo al que llegan unas tropas alemanas a las que corresponde hospedar, algo que Irene y su familia también tuvieron que hacer cuando huyeron de la capital. En ella se centra la película. Es sorprendente la clarividencia de la autora, que ve a los hombres que hay tras los uniformes invasores, que constata las mezquindades de muchos de los invadidos, que augura lo que acabará pasando.

¿Conocéis esa sensación de haber perdido a un amigo para siempre al terminar un libro? Seguro que sí, si es que de verdad sois lectores. Pues al terminar Suite Francesa esa sensación es aún mayor. El libro acabó porque a ella la asesinaron. La historia habría seguido durante otros dos volúmenes, otros libros espléndidos nos habrían deslumbrado salidos de sus manos de mujer inteligente y sensible si el hombre no fuera cruel y sádico con sus semejantes con frecuencia.

Su final es aún más estremecedor porque nos presenta primero las notas de la autora sobre como seguiría el argumento, con sus reflexiones sobre sus escritos, y luego tenemos una serie de cartas de su marido intentando desesperadamente salvar a su mujer, localizarla y reunirse con ella, tener noticias suyas, luego sabemos de la muerte del marido y vienen otras cartas de esos amigos intentando salvar ahora a sus dos niñas pequeñas, a las que tuvieron que ocultar y finalmente lograron preservar.

Es un milagro que Suite francesa viera la luz, la novela pasó décadas guardada sin ser leída. Su hija mayor creyó que era un diario personal y que sería demasiado doloroso leerlo, en los noventa lo hizo y descubrió que era una novela. Una magnífica. Acabaría publicándose en 2004 y cosechando merecidos premios y buenas críticas.

Nunca conoceremos las historias que aguardaban en el interior de Irene, pujando por salir y asombrarnos, pero los que la mataron no lograron silenciar lo que ya había escrito.

No lo lograrán mientras la sigamos leyendo.
9788416131150

*Mantengo la nueva costumbre que inicié hace dos meses de sumarme a otros blogs para recomendar uno de los libros que he leído este mes. Estáis todos invitados a participar en esta iniciativa en vuestros blogs y redes sociales. El hashtag es #Unoalmes.

4 comentarios

  1. Me dejas con un nudo en la garganta, hay temas que tocan la fibra y por lo que cuentas este libro lo hace no sólo por la historia que cuenta sino por la vida a la que no dejaron contar más historias. Como tantas otras vidas.
    Tomo nota aunque esa sensación de que «se ha muerto un amigo» cuando terminas un libro es muy desasosegante… al menos a mí me deja un tiempo incapaz de coger otro y meterme de lleno en un nuevo mundo, es como si tuviera que guardar el duelo y superarlo.
    ¡Un gusto leerte en cada recomendación literaria que nos ofreces!

    24 junio 2015 | 09:39

  2. Dice ser Urban&Mom

    La recomendación no es de las consideradas -al menos por mi- lecturas de verano. El tema y como lo aborda parece que te hace sentir la dureza del enfrentamiento más cerca, de un modo más profundo. Lo dejo pendiente para el otoño con una taza de te caliente.

    24 junio 2015 | 11:05

  3. Dice ser Noelia - Golosi

    Uff, pues me has despertado ganas de leerla y lo haré preparada para que aparezca cualquier tipo de sentimiento.
    Pedazo de crónica, por cierto 😉
    Un beso

    25 junio 2015 | 12:41

  4. Dice ser Marta

    Me quedo con ganas de leer la novela. Me la apunto para comprar en estos días.

    26 junio 2015 | 09:48

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