Dicen que la adolescencia es la etapa en que uno deja de hacer preguntas y empieza a dudar de las respuestas

Espejo, espejito…

No hay nada que le guste más a un adolescente que un espejo. No lo admitirán nunca, claro, pero se pasan horas muertas ensayando gestos, guiños, poses, probando ese último gel de peinado que les ha recomendado un amigo, primero con cresta, luego sin ella, con el pelo peinado como para ir de boda y, dos minutos después, con un estudiado despeinado.

Al verles me vienen a la cabeza los tiempos en los que yo hacía lo mismo. Me encerraba en el cuarto de mis padres, donde había uno de esos clásicos tocadores con un enorme espejo. Allí probaba a hacerme la raya a un lado, luego al otro, una trenza, me ponía todos los sombreros que encontraba… Después abría el armario que había a un lado, para enfrentar el espejo de la puerta con el del tocador. Así podía verme por detrás y por delante, no sólo el pelo sino también la ropa -y mi imagen mil veces repetida, eso me encantaba-. Creo que a esa edad nunca salía a la calle con algo nuevo sin antes pasar la prueba del doble espejo.

La situación se repite, pero con una diferencia: ellos rara vez cierran la puerta del cuarto de baño cuando van a probarse algo y, en lugar de esconderse suelen llamarme para que les dé mi opinión. Eso sí, siempre creen que en lugar de una hora han pasado sólo dos minutos desde que empezó su sesión de estilismo.

Lo más curioso de todo es que, después de una de estas sesiones intensivas, al día siguiente parecen haberse olvidado de todo y son capaces de salir a la calle con ese chándal viejo y raído que ya no debería servir ni para andar por casa.

5 comentarios

  1. Dice ser carlos_murcia

    Por supuesto, somos adolescentes ^^ Cada uno llama a la persona con la que tenga más confianza, algunos al padre, otros a la madre, a algún herman@ o a la pareja, como yo, por ejemplo.Y lo del chandal raído… es para no gastar el conjunto, y sacarlo cuando vaya a ir de fiesta :p Además de que hay dias que por falta de humor pillo lo que primero encuentro en el armario… si pilla chandal viejo, mala suerte, otra vez sera :p

    10 diciembre 2007 | 2:38

  2. Dice ser PABLITO

    Buen post el de hoy.Hasta el mas minimo detalle, sin duda…¿y lo de «Oye tio, ¿tu como vas a salir hoy?»xDPABLITO

    10 diciembre 2007 | 2:48

  3. Dice ser Gotardo

    Un matiz: lo peor de todo esto es el pestazo a colonias con olor a sucedáneo de frutas que se queda en el baño. Buagh

    10 diciembre 2007 | 9:58

  4. Dice ser abeledo

    Ayyyyyyyyy!!Churri yo por esa regla de tres sigo siendo un adolescente.¡Qué edad más mala! Aunque se es muy feliz haciendo esas cosas. Yo, por el contrario a los tuyos, nunca le pedía consejo a mi madre y nunca le confesé a nadie que me mojaba las pestañas con saliva antes de salir.

    10 diciembre 2007 | 17:53

  5. Dice ser Ana

    Pues los míos… se prueban siete camisetas diferentes, seis de las cuales irán directas a la lavadora desde el estante (¿para qué volverlas a doblar?) y luego te piden opinión de cómo les queda, pero me temo que normalmente para hacer justo lo contrario a lo que a tí te parece normal… ¡¡qué edad!! Yo me ponía las camisas de mi padre, que me quedaban tobilleras, pero no recuerdo que me dejaran probarme seis o siete…En fin, eso es que ellos, ahora, tienen más ropa (espero).Pero aquí, que no me oyen, yo les veo guapos hasta vestidos de buzos.

    10 diciembre 2007 | 21:40

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