¿Qué se puede hacer en un viaje de fin de curso en Mallorca? Ir a la playa, a bares, a discotecas, intentar ligar, volver a la playa de día o de noche… Cualquier cosa menos dormir. Desde que mi hijo ha vuelto de Mallorca casi no le he visto el pelo. Ayer se fue directo a la cama nada más aterrizar. Y durmió más de 14 horas.
Hoy ha estado unas horas despierto, pero ha vuelto a coger la cama con las mismas ganas que cuando llegó. Y ahora todavía se está desperezando, con el tiempo justo para ver la final de la Eurocopa.
Ha llegado bastante más moreno de lo que se fue, con el mismo pelo que llevaba -lo de raparse era, como yo imaginaba, una apuesta que depende de los resultados del partido de hoy- y asegura que se han cumplido sus expectativas y que, como esperaba, éste ha sido el mejor viaje de su vida.
Pero además de todo eso, también dice que ha echado mucho de menos su casa. Ha repetido varias veces que como en casa no se está en ningún sitio. Aunque creo que se refiere exclusivamente a su cama. Tengo la sensación de que la del hotel mallorquín la usó muy poco.