Síntomas de que tu hijo adolescente está enamorado
Habla por teléfono cuatro horas al día («Me llamó ella»).
Decide tirar esas zapatillas y comprarse unas nuevas (Glup!).
Usa pulseritas o alguna de esas cosas que jamás se pondría (… Nada, es un regalo).
Va al cine a ver comedias románticas (¿Sabes que no era tan mala?).
Tiene la cabeza en otra cosa (No hay nada en Internet).
Se baña (¿Tienes perfume?).
El texto pertenece a una tira cómica de Maitena. Está colgada en la habitación de mis hijos y tiene una curiosa historia. El mayor es un gran fan de la dibujante argentina y le hacía mucha gracia compararme con alguna de las mujeres alteradas o superadas de sus viñetas. Siempre se reía a mi costa mientras las leía.
Un buen día el retratado fue él, con esta tira que a mi me pareció hecha a la medida de sus hormonas y que a él también le hizo sonreir, y sonrojarse, al verse identificado.
Le buscamos un marco y la colgamos en la pared de su habitación. Allí sigue desde entonces. Mis hijos han crecido: ahora esas frases retratan más al pequeño -el mayor ya cuenta cuando está enamorado además de seguir dejando pistas inequívocas– pero sigue siendo un buen reflejo de las actitudes de ambos. ¡Tierna y contradictoria adolescencia!