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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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¿Conoces el árbol más viejo y legendario de Madrid?

Ciprés calvo

Cuenta una vieja leyenda madrileña que este monumental árbol de extraño aspecto es hijo del situado en Popotia (México), bajo el cual Hernán Cortés lloró en la Noche Triste. Ese 30 de junio de 1520, los aztecas pasaron a cuchillo a la mitad del ejército español y les expulsaron de Tenochtitlán, la actual capital mexicana. Las lágrimas de amargura del conquistador habrían regado así el retoño antes de llegar a España.

Pero para algunos jardineros del Parque del Retiro (Madrid), donde se yergue majestuoso, su origen es más antiguo. Incluso los hay que piensan que lo trajo Colón después de uno de sus primeros viajes a América. “Así siempre se dijo”, ratifica una tradición oral sin duda equivocada.

En realidad no lo pudo traer ni Colón ni Cortés porque el Retiro es posterior. Más de un siglo. Aunque el misterio se mantiene, pues no se sabe con exactitud ni de dónde vino el árbol, ni quién lo trajo, ni cuándo se plantó.

Oficialmente se considera que fue de los primeros ejemplares plantados en 1633, cuando el conde duque de Olivares crea el parque madrileño como lugar de descanso y recreo para la corte de Felipe IV.

Especie originaria de México (Taxodium mucronatum), donde se conoce como ahuehuete, también recibe el nombre de ciprés calvo por ser una de las pocas coníferas de hoja caduca; pero las de este ejemplar, en lugar de caer, se mantienen secas en el árbol hasta la primavera.

Otra antigua leyenda madrileña señala la horcadura de este viejo árbol como el lugar sobre el que las tropas francesas instalaron un cañón durante la guerra de la Independencia, desde donde disparaban contra la ciudad. Esta historia podría ser cierta, pues se sabe que los soldados napoleónicos establecieron en esta zona del Parque del Retiro su cuartel general y convirtieron en leña la mayor parte de sus árboles, respetando el ciprés sólo por su utilidad artillera. Aunque los botánicos también la ponen en duda, pues su madera es muy blanda y un cañón puesto encima lo hubiese destrozado.

Pero poco importa si todas estas leyendas son verdaderas o falsas. El ciprés calvo del Retiro está considerado el árbol más viejo, monumental e histórico de la ciudad de Madrid, un símbolo viviente apreciado por todos. O por casi todos.

Desde hace varios años, una reja lo protege de los vándalos que en varias ocasiones han intentando acabar con él arrojando sal sobre sus raíces. Y hasta de los alucinados que lo eligieron como altar para supuestos ritos de magia negra.

También está protegido legalmente, pues es uno de los 255 ejemplares incluidos en el Catálogo de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre de la Comunidad de Madrid.

Lo puedes ver (y disfrutar), estos días de maravillosa primavera, en el parterre francés del parque, cerca de la puerta de Felipe IV y la calle Alfonso XII.

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La tragedia de Haití también es ambiental

Pobre Haití. Dicen que «la pobreza nunca alza cabeza», pero en el caso de este malaventurado país podríamos señalar el viejo refrán colombiano:

Cuando el pobre va de culo, no hay barranca que lo ataje.

O siguiendo con el refranero popular, «a perro flaco todo son pulgas». Las pulgas haitianas son tan antiguas como su propia historia. Descubierta la isla por Cristóbal Colón en 1492 y bautizada La Española, nuestra desidia patria dejó en total abandono al sector occidental. Desde la famosa isla de La Tortuga, piratas, bucaneros y otras gentes de mal vivir, en su mayoría oriundas de Francia, se fueron instalando en esta zona, donde desarrollaron un fortísimo sistema esclavista. Ante la evidencia, en 1697 España cedió la mitad de la isla al Estado galo, convirtiéndose así en su primera colonia de Ultramar. En 1804 será el primer país latinoamericano que logrará la independencia, pero al estar integrado mayoritariamente por esclavos libertos (el 95% de la población es de ascendencia africana), recibió el rechazo internacional. Aislado del mundo, satanizado, se radicalizó, acabando con todas las grandes haciendas que simbolizaban el viejo dominio blanco. Luego aparecieron los dictadores (nunca se fueron) y todo fue a peor.

Y es aquí donde, tras el desastre social, llega la tragedia medioambiental de la que emana la terrible pobreza histórica de Haití. Más seco que su vecina República Dominicana, rápidamente sus selvas fueron eliminadas para abastecer los ingenios de caña de azúcar. En la actualidad, con tan sólo un cuatro por ciento de sus bosques originales, la falta de árboles protectores ha provocado una pérdida dramática de suelo fértil. Su agricultura de subsistencia apenas da para escapar del hambre. Y como pobres, el único combustible para sus paupérrimas cocinas proviene de una leña cada vez más escasa. También por no tener árboles, los efectos de los huracanes y las inundaciones son aquí más devastadores que en el país vecino.

>>¿Cuáles son a largo plazo las necesidades de Haití?

Está claro. Más allá de las ayudas urgentes, Haití necesita cambios profundos en su economía que pasan por una recuperación social y ambiental de país. Atajar el problema desde la raíz, logrando su desarrollo a largo plazo.

>En primer lugar es necesaria una profunda e intensa campaña de reforestación que deberá mantenerse durante décadas. Con árboles volverá el agua y el suelo fértil a la isla.

>En segundo lugar necesita una reforma agraria. El país y las ayudas deben centrarse en el desarrollo de una agricultura sostenible que permita alimentar a sus habitantes y producir excedentes con los que poder comerciar en el extranjero, pues para cubrir sus necesidades mínimas Haití necesita ahora importar más de la mitad de los productos agrícolas que consume. Lo ha dicho el responsable de la FAO:

«La prioridad es el suministro de semillas, fertilizantes, pienso para el ganado y vacunas, así como aperos agrícolas».

>También debe darse prioridad al desarrollo de las energías renovables, a ese sol y a ese viento del que tanto tienen y tan poco utilizan.

>Y por supuesto, la mejor manera de que este país pueda salir algún día de la pobreza pasa por cancelar de forma inmediata su deuda externa, que ahora mismo asciende a casi 2.000 millones de dólares.

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Las diferentes fotografías que ilustran este post están hechas en la frontera entre Haití y la República Dominicana. No existe ningún otro lugar en el mundo donde la deforestación tenga tan marcados contrastes políticos (Fotos de Yann Arthus Bertrand, ImageShack y Getty Images).

Pero no quiero terminar sin una visión positiva. Por ejemplo el gran bálsamo de este país, su maravillosa y desconocida cultura, especialmente su música. Para ello, nada mejor que escuchar el programa de Radio3 ‘Cuando los Elefantes Sueñan con la Música‘ donde se rinde justo homenaje al pueblo haitiano.

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