La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

¿Y si cuidar el suelo también ayudase a luchar contra el cambio climático?

Ganado pastando en una zona tropical. Foto: Save Soil

Una nueva investigación de Save Soil, el movimiento ecologista mundial dedicado a concienciar sobre la creciente crisis del suelo, ha mostrado la que consideran «una valoración cuantitativa del gran y poco conocido potencial que tiene el suelo para secuestrar carbono».

Este trabajo, a decir de los ecologistas, «ofrece una solución prometedora en la mitigación del cambio climático (reducción de las emisiones carbono), ya que se calcula que las tierras agrícolas por sí solas, poseen un potencial de captura del 27%, lo cual es necesario para poder mantener las temperaturas por debajo de un aumento del 2 °C».

Fertilidad de los suelos europeos. Fuente: Save Soil

Un gran sumidero de carbono

La disminución de la capa superficial del suelo, supone una amenaza existencial para la especie humana. El suelo es uno de los mayores sumideros de carbono del mundo, alberga biodiversidad y es un sistema de filtración de agua. Sin embargo, debido a las prácticas
agrícolas insostenibles y al consumo excesivo, hasta el 40% del suelo mundial ya está degradado. La investigación subraya la necesidad de mantener los niveles requeridos del 3-6% de materia orgánica en nuestros suelos y profundiza en la capacidad incomparable del
suelo para actuar como sumidero natural de carbono.

La investigación demuestra en términos numéricos claros, la escala de tales capacidades de secuestro de carbono, mostrando el potencial del suelo para absorber y almacenar dióxido de carbono de la atmósfera de manera eficaz. Revela que, incluso según las medidas científicas más conservadoras, el potencial de secuestro de carbono de las tierras de cultivo del mundo es de aproximadamente del 10%, mientras que el de las praderas y pastizales asciende a un 17%. En conjunto, el potencial de secuestro de carbono de todas las tierras gestionadas por agricultores (que podría incrementarse mediante mayores incentivos) representa un asombroso 27%, de los objetivos de reducción de emisiones de carbono, para evitar un calentamiento global superior a 2°C por encima de la media preindustrial.

Además de su impacto en el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París a 2 °C, un suelo sano y vivo también desempeña un papel importante en la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La investigación de Save Soil revela que el suelo desempeñará
un papel esencial en el éxito de al menos 12 ODS, y contribuirá indirectamente en la consecución de los 17 ODS establecidos.

La importancia de tener suelos sanos

En todo el mundo, la superficie agrícola representa el 38% de la superficie terrestre (aproximadamente 5.000 millones de hectáreas). A la luz de cifras tan asombrosas, la investigación cuantitativa de Save Soil, hace hincapié en el impacto global de la salud del suelo agrícola, presentando un caso concluyente, para la incorporación de medidas de conservación del suelo, en las estrategias de mitigación del cambio climático en todo el mundo.

En los últimos años, los líderes mundiales y la comunidad científica en general, son cada vez más conscientes de la necesidad de abordar la degradación del suelo, para prevenir el cambio climático. Tres iniciativas de alto nivel -la iniciativa 4por1000, los talleres de Koronivia y el
programa RECSOIL de la FAO (lanzados en la COP 21 de la CMNUCC, en la COP23 y en 2019, respectivamente)- han hecho hincapié en los suelos sanos como solución potencial para mitigar el cambio climático.

Iniciativas como éstas, subrayan el mensaje crucial, de que aumentar el contenido de carbono orgánico del suelo, tiene un enorme potencial para facilitar esta capacidad de secuestro y almacenamiento de carbono que tiene. Sin embargo, dado que la degradación del suelo sigue
acarreando costes tanto medioambientales como monetarios, es necesario adoptar nuevas medidas para que su preservación ocupe un lugar prioritario en la agenda política de esta Conferencia de las Partes.

Tractor arando un campo de cultivo. Foto: Soil

Encrucijada medioambiental

Praveena Sridhar, directora técnica de Save Soil, comenta la nueva investigación y la necesidad de cambio: «Ahora que nos encontramos en la encrucijada de los retos medioambientales, es imperativo que demos prioridad a la crisis silenciosa que tenemos bajo nuestros pies: la degradación de nuestros suelos. Estos resultados muestran exactamente eso, y refuerzan el papel fundamental del suelo vivo como solución para mitigar el cambio climático. La COP28 representa una oportunidad única para que la comunidad mundial reconozca y aborde dicha solución».

Y concluye: «Ha llegado el momento de cambiar el paradigma de cómo percibimos y tratamos nuestros suelos, no sólo como un recurso, sino como un poderoso aliado en nuestra batalla contra el calentamiento global. A través de investigaciones como ésta, que pone de relieve la crisis mundial del suelo y su potencial para ser una parte sustancial de la solución al cambio climático y foros mundiales como la COP28, podemos impulsar acciones significativas y fomentar un futuro en el que nuestros suelos prosperen, apoyando la biodiversidad, la seguridad alimentaria y un clima estable. Expondremos estos argumentos con la mayor firmeza posible en la COP28 desde nuestro pabellón en la Zona Azul».

Por su parte Muralee Thummarukudy, director de la Oficina de Coordinación de la Iniciativa Global de Tierras del G20, CLD, afirma: “La tierra y el suelo son una solución importante contra el cambio climático, particularmente en el secuestro de carbono, además de reducir la
contaminación y restaurar la biodiversidad. Necesita una atención mucho mayor. Como podemos ver en este análisis, existe un enorme potencial aquí para evitar un aumento de la temperatura global a 2 grados”.

En este sentido, Paul Luu, secretario ejecutivo de la iniciativa internacional «4 por 1000 Suelos para la seguridad alimentaria y el clima» añadió: «el objetivo es demostrar que la agricultura, y en particular los suelos agrícolas y forestales, pueden proporcionar soluciones concretas al desafío del cambio climático y al mismo tiempo afrontar el desafío de la seguridad alimentaria. Sabemos que las prácticas agroecológicas mejoran la salud del suelo, y que los suelos sanos garantizan sistemas de producción de alimentos sostenibles. Como muestra este análisis, el suelo es un factor importante en el secuestro de carbono. Por ello Luu considera fundamental su conservación. «Los suelos sanos almacenan mucho más carbono. Es vital que el tema de la salud del suelo se coloque en el primer plano de los debates sobre el cambio climático, la biodiversidad y la desertificación, y que esto se refleje urgentemente en las políticas nacionales. Es una solución clave».

Si te ha gustado esta entrada quizá te interesen estas otras:

Los comentarios están cerrados.