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Cinco motivos por los que el pastoreo en extensivo es clave para proteger a las aves

Rebaño de ovejas entre garcillas bueyeras. Foto: Fundación Global Nature

Desde las aves esteparias a las palustres, son variadas las especies migratorias cuya supervivencia tiene una relación directa con la ganadería en extensivo. Y no sólo ellas, también otras especies animales y botánicas cuya población va en disminución. Los beneficios de esta actividad tradicional, un pastoreo planificado es fundamental en la conservación de sus hábitats. Pero está en proceso de desaparición.

La iniciativa Naturaleza Pastoreada promovida por la Fundación Global Nature ha detectado esta relación y ha puesto en marcha medidas para monitorizar estas acciones.

Por una parte, el mantenimiento de una carga ganadera adecuada es vital para estructurar la vegetación, lo que favorece a poblaciones de numerosas aves esteparias. Pero no solo de las más emblemáticas como la avutarda, el sisón, las gangas o los aguiluchos, sino también de los pequeños aludidos como las alondras, calandrias, terreras o el bisbita campestre.

Por otra, un pastoreo adecuado a su ecosistema asegura una mayor disponibilidad de alimento en forma de invertebrados, base de la alimentación de determinadas aves, esenciales por ejemplo para la cría de la prole o para reponer sus reservas de grasa.

Cinco motivos por los que el pastoreo en extensivo es clave para proteger a las aves

  1. Conserva la estructura del hábitat. Desde el cortejo hasta el refugio, las aves necesitan unos lugares específicos para poder realizar estas acciones. Es el pastoreo extensivo, pastizales, rastrojeras, barbechos, baldíos y otros paisajes permiten el mantenimiento de estos ecosistemas de espacios abiertos. Las aves esteparias tienen unos requerimientos de hábitat muy específicos que el pastoreo ayuda a mantener. Un ejemplo es la alondra ricotí, que depende del pastoreo ovino en extensivo para mantener la estructura de hábitat que necesita para vivir, zonas llanas con matorral de muy bajo porte y elevado porcentaje de suelo desnudo, aspecto esencial para disponer de una alta disponibilidad de alimento ya que buena parte de su dieta se compone de artrópodos de hábitos coprófagos. Esos terrenos despejados también son clave para los cortejos de otra especie catalogada En Peligro como el sisón común.
  2. Evita la matorralización excesiva. Reduce la extensión de la cobertura de plantas leñosas (matorrales) en espacios donde tradicionalmente el suelo se cubría exclusivamente por formaciones herbáceas. Si no hay pastoreo, se favorece esa matorralización excesiva y el riesgo de esta tendencia, cada vez más global, no es sólo el más evidente, los incendios, sino también la falta de esos espacios abiertos para que determinadas aves sobrevivan.
  3. Evita la acumulación de vegetación muerta. Este caso es más sencillo de entender en ecosistemas como los humedales, el ganado realiza al controlar el excesivo crecimiento de extensas y densas formaciones vegetales monoespecíficas como el carrizo y la espadaña. Estas se han visto favorecidas por la elevada carga de nutrientes que llegan debido a la contaminación difusa procedente de las actividades agroganaderas y de los vertidos urbanos no tratados adecuadamente. El ganado evita la acumulación de vegetación muerta que se va acumulando en las cubetas lagunares y que favorecería procesos de eutrofización y de colmatación, cuya principal consecuencia es la pérdida de la calidad del agua y de la biodiversidad que albergan estos ecosistemas. Los humedales ibéricos, en concreto, son fundamentales para la conservación de muchas especies de aves en el planeta, como es el caso del carricerín cejudo, que en la actualidad es el paseriforme más amenazado de Europa.
  4. Mantiene vivos los ecosistemas. El ganado puede ayudar a evitar el avance o el impacto de amenazas que pueden acabar con determinados hábitats como la intensificación de actividades agrarias o las consecuencias del cambio climático como las temperaturas extremas, falta de lluvia o lluvias torrenciales. Cuando el ganado está bien gestionado deja estiércol en el suelo, alimentándolo para mantenerlo vivo y ayudando a descomponer la materia orgánica para que sea eficiente y se integre de nuevo. Cuando come, potencia el proceso de transformación de esa materia orgánica en nutrientes y permite que el ciclo continúe. Y cuando pisa ayuda a semillar, son tractores y sembradoras naturales, desbrozadoras y mantenedores de corredores biológicos.
  5. Ofrece una mayor disponibilidad de alimento en forma de invertebrados, base de la alimentación de la comunidad de aves palustres, ya sean especies reproductoras y sedentarias como el escribano palustre o el bigotudo para garantizar la cría de sus polluelos, o exclusivamente migrantes como el carricerín cejudo, que necesita sobrealimentarse en los humedales donde descansa para reponer sus reservas de grasa y reanudar con éxito sus viajes migratorios.

Alondra ricotí. Foto: Fundación Global Nature

Promoviendo la ganadería como mejora ambiental

La iniciativa Naturaleza Pastoreada, que quiere fomentar y poner en valor el pastoreo como herramienta de conservación de la naturaleza, realiza seguimientos periódicos mediante censos y anillamientos científicos de estas especies esteparias y palustres como indicadores valiosos para conocer el estado de salud de los ecosistemas donde viven, las estepas y los humedales.

El trabajo que la Fundación Global Nature realiza en nueve territorios situados en diferentes comunidades autónomas (Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Extremadura) con 15 explotaciones ganaderas en nueve espacios protegidos, tiene en muchos casos como gran objetivo demostrar que con este tipo de ganado, pensado para las características de cada territorio, se pueden proteger especies como los sisones, la alondra ricotí o el carricerín cejudo.

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