Boca del nuevo volcán islandés. Foto: Agencias
El periodismo es pura pasión por comunicar, contar aquello que miles de personas quieren conocer y que tú tienes la suerte de poder ver, contrastar y relatar. Fui a La Palma en noviembre de 2021 para sentir de cerca la furia de ese volcán maldito que tanto daño y dolor llevó a mi querida isla canaria. Y contarlo.
Acabo de llegar ahora de Islandia, también para conocer de cerca, de muy cerca, cómo es ese nuevo volcán de Fagradalsfjall, abierto en la ladera de la montaña Litli Hrutur, en la península de Keykjanes.
He podido estar a menos de un metro del río de lava que desciende lentamente por la colada dejada por la erupción de hace apenas tres años, escucharlo atentamente, olerlo, casi tocarlo. Lo confieso: ha sido alucinante.
En este vídeo que acabo de grabar y subir a mi canal de YouTube [¿ya te has suscrito?] explico qué se siente frente a tamaña enormidad de la naturaleza.
¿Dónde está el volcán Fagradalsfjall?
Este nuevo volcán se encuentra a unos 40 kilómetros de Reikiavik, la capital islandesa, y muy cerca de su aeropuerto internacional. Por suerte, de momento no ha afectado al tráfico aéreo. De hecho, tanto cuando aterrizas como cuando despegas pasas por encima de él, una imagen absolutamente única que por sí misma justifica el viaje.
El cráter se ha abierto en la ladera de la montaña Litli Hrutur, en un respiradero del sistema volcánico denominado Krýsuvík y bautizado con el difícil nombre de Fagradalsfjall. En esta ocasión es un brote de lava a través de una fisura que de momento no provoca grandes explosiones o columnas de ceniza.
¿Se puede ver de cerca?
El gobierno islandés ha cerrado una amplia zona debido al peligro de gases volcánicos tremendamente tóxicos. Se han dejado abiertos para el turismo tan solo dos senderos, que parten de dos zonas acodicionadas como aparcamiento. El que te permite acercarte más al volcán y su río de lava obliga a realizar una caminata a pie de unos ocho kilómetros solo de ida, a los que hay que añadir otros tantos de vuelta, pero merece la pena pues permite observar el espectáculo desde una distancia segura.
Durante las dos semanas que estuve en Islandia, debido a los cambios de viento esos senderos fueron cerrados en varias ocasiones, lo que impedía acercarse al volcán. Para tener información actualizada de la situación de los accesos es importante entrar en esta página informativa y en Safe Travel Icleland.
¿Durará mucho tiempo la erupción?
La erupción comenzó el pasado 10 de julio a las 4:40 p. m. (hora local), no muy lejos de las anteriores de 2021 y 2022. Es una erupción de fisura y los científicos han explicado que este tipo de erupciones normalmente son más poderosas al principio y luego disminuyen antes de terminar de manera brusca.
Todo apunta a que va a ser una erupción breve y que está a punto de finalizar. Las últimas observaciones muestran que el flujo de lava es cada vez más bajo.
El volcán emite ahora alrededor de tres a cuatro metros cúbicos de lava por segundo, una cantidad que los expertos consideran muy pequeña para mantener abierto un canal de erupción. De hecho, por debajo de los tres metros cúbicos es muy probable que el río de fuego acabe deteniéndose. Ahora está muy lejos de los 16 metros cúbicos de los primeros días.
Un turista se acerca peligrosamente a la colada de lava que surge del nuevo volcán islandés. Foto: C.J. Palacios
¿Es muy diferente este volcán islandés al de La Palma?
Nada que ver. El palmero era un volcán de tipo estromboliano, caracterizado por erupciones explosivas que lanzaban material piroclástico, mezcla caliente de gases, ceniza y fragmentos de roca. Las explosiones eran esporádicas pero continuas, muy fuertes, de tal manera que casi se podían oír en toda la isla.
El volcán islandés es de tipo hawaiano, emite una lava poca viscosa, bastante fluida, ya que no tiene muchos materiales piroclásticos. Los gases se van liberando poco a poco, y por eso las explosiones son mínimas. Visto desde la distancia, es lo más parecido a un gran caldero donde burbujea la roja lava casi como si fuera sangre.
No hay emisión de cenizas y como siempre se observa con el viento de espaldas, no te llegan olores ni gases.
Como te explico en el vídeo, lo que sí huele es al incendio de cientos de hectáreas de brezos y musgos árticos que la lava está quemando en la zona.
Así de impresionante es el nuevo cráter del volcán. Foto: S. Palacios
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