La noticia no puede ser más sorprendente: el aloe de Susana (Aloe suzannae), una de las plantas más raras y amenazadas de la gran isla africana de Madagascar ha florecido en la isla canaria de Fuerteventura. El mérito es de Stephan Scholz y del personal del Jardín Botánico de Fuerteventura, en el Oasis Wildlife de La Lajita, que tan sabiamente él dirige.
La foto de esta primera y rara floración debería de ser portada en televisiones y periódicos, pero como nuestra sociedad sufre de ceguera botánica nos perdemos la belleza de tan espectacular evento natural.
Este aloe no tiene nada que ver con el típico Aloe vera cultivado en Fuerteventura; el que allí se conoce como sábila y tiene unas propiedades extraordinarias para proteger la piel. En realidad, existen más de 500 especies diferentes del género Aloe en el mundo, repartidas por África y Oriente Próximo.
Susana es un Aloe
El Aloe de Susana es una de las especies más raras de aloe, una de las cerca de 80 exclusivas de la gran isla de Madagascar. En 1921 la descubrió en los bosques espinosos malgaches el botánico francés Raymond Decary, quien aprovechándose del privilegio «epónimo» que solo los grandes científicos tienen, la bautizó Suzannae en honor de su hija Susana.
Pero lo más extraordinario (y triste) es que este aloe está prácticamente extinguido. Los únicos ejemplares viables que sobreviven en el mundo son los que se cuidan con cariño en un puñado de jardines botánicos. En ellos es muy difícil que lleguen a florecer y tener descendencia.
Pero Stephan Scholz acaba de conseguir la floración de uno de los seis ejemplares que atesora en el jardín botánico majorero. Sus especiales cuidados y el clima tan especial de Fuerteventura están detrás del éxito.
Un botánico que hace de abeja
Se supone que en la naturaleza las flores de este aloe se abren solo de noche para que puedan ser polinizadas por pequeños seres nocturnos como lemures, murciélagos o mariposas. Pero en Fuerteventura, donde todo es tan extraordinario, han encontrado flores abiertas también de día. Una oportunidad que no ha desaprovechado el botánico. Stephan Scholz las ha polinizado a mano, una a una, cual abeja con pincel, para intentar obtener semillas que le permitan poder reproducir esta rara planta.
Con el tiempo, el Aloe de Susana seguirá creciendo en altura, ramificándose después de cada floración igual que hacen los dragos. Puede llegar a los seis metros de altura.
Con forma de pitera
Como explica Scholz, «a primera vista podemos tomar esta planta por una pitera (Agave), porque sus hojas son de color gris y tienen una forma larga y delgada. Incluso la inflorescencia, que es simple y no ramificada como en muchos otros aloes, se parece mucho al pitón de una pitera. Sin embargo, Aloe suzannae es una verdadera especie de aloe, y posiblemente su savia tenga también propiedades medicinales como la del Aloe vera«.
La sección de Madagascar del Oasis Wildlife es la mayor colección de plantas malgaches al aire libre de Europa y se está ampliando continuamente. Cuenta con 40 especies, entre ellas varias de aloe, cinco especies diferentes de flamboyán, varias de baobab y también diferentes plantas de la familia de las didieráceas, casi exclusiva de Madagascar, aunque unas pocas especies viven en África oriental.
Y las colvilleas dan sus frutos
Otro evento importante registrado este año en el Jardín Botánico de Fuerteventura es la fructificación, por vez primera, de varios ejemplares de Colvillea racemosa. Una noticia que tampoco abrirá noticiarios, pero que alegra a todos los amigos de la botánica y la jardinería.
Este árbol también es propio de los bosques espinosos secos del oeste y el sur de Madagascar. Y al igual que el Aloe de Susana también se encuentra en peligro de extinción. Es pariente de los flamboyanes, de los que no solo existe el típico flamboyán de flores rojas (Delonix regia) que se encuentra en muchos jardines de Canarias y Andalucía, sino que hay otras siete especies distintas.
La colvillea desarrolla enormes inflorescencia en la punta de las ramas repletas de flores naranjas que se abren principalmente en diciembre. En su patria de origen son polinizadas por pequeñas aves, pero en Fuerteventura de momento no se conoce la identidad de su polinizador.
Es la única especie que pertenece al género Colvillea, así bautizada en honor de Charles Colville, antiguo gobernador de Mauricio.
El doctor Scholz también se muestra muy orgulloso con estos árboles. «En el jardín botánico de Oasis Wildlife hemos plantado más de 30 colvilleas, seguramente el mayor número que existe en un jardín europeo», asegura.
Es una especie de crecimiento rápido. Los ejemplares mayores, que en este jardín ahora alcanzan 6 metros de altura, tan solo tienen 9 años de edad.
El director del jardín explica sus peculiaridades: «Algunos llevan floreciendo con regularidad desde hace cuatro años, pero siempre caían todas las flores y hasta ahora nunca habíamos observado la formación de vainas fructíferas. Este invierno por primera vez uno de los árboles tiene cinco vainas, y esperamos poder recoger semillas en la primavera para seguir reproduciendo esta bellísima especie, que además se da muy bien en Fuerteventura y merece ser plantada en más jardines y como árbol de calles y avenidas».
Un dato importante: el Jardín Botánico de Oasis Wildlife ofrece visitas guiadas por el propio director. Más información en este enlace.
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