Sí, también hay vacas felices. Retozan en praderas de alta montaña, manteniendo un paisaje y una cultura con más de 5.000 años de historia.
Ya sabes que yo no como carne desde hace más de 10 años, pero si tuviera que hacerlo seguramente sería de explotaciones ganaderas ejemplares, en extensivo, en ecológico y procedentes de razas autóctonas en peligro de extinción.
Te parecerá algo imposible o carísimo, pero ni lo uno ni lo otro. Lo he comprobado personalmente visitando la granja de Luis Lascorz en Aínsa (Huesca), gracias a un viaje organizado por Hecho en los Pirineos.
Ganado mimado de la muy amenazada raza pirenaica, criado en ecológico con pastos naturales de la comarca del Sobrarbe, sin antibióticos, que se puede comprar por Internet a precios competitivos y cuyos restos no comercializables mantienen un comedero de aves carroñeras tan igualmente amenazadas como quebrantahuesos y alimoches. Sabrosa carne sostenible de kilómetro cero.
Te lo cuento todo en este nuevo «videoblog» que espero te guste.
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Algün maño quiere vender mucha leche de sus vacas.
01 octubre 2020 | 22:21