¿A qué contenedor van los bolígrafos gastados?

Mira dentro de cualquier cajón de casa o del trabajo. Seguro que hay algún bolígrafo dentro. Intenta usarlo. Seguro que ya no pinta. Haz limpieza. Te vas a encontrar con varias decenas de bolis, rotuladores y correctores inútiles. Así que decides tirarlos. Y surge la pregunta del millón: ¿a qué contenedor de reciclaje se tiran?

Pensarás que al amarillo, donde van «las cosas de plástico», pero estás equivocado. Necesitas llevarlos a contenedores específicos. En España, el reciclado de bolígrafos lo gestiona TerraCycle, una empresa que se encarga de la gestión de residuos difíciles de reciclar.

¿Contenedores para bolígrafos? Pues sí que los hay, aunque son más raros de ver que un unicornio verde.

Por eso, en su inmensa mayoría, los contaminantes bolígrafos acaban en el cubo de la basura. Y son decenas de toneladas al año.

Pocos bolígrafos gastados se reciclan en España, pero en Canarias ninguno. Hasta ahora. Jóvenes estudiantes de Química Ambiental del IES Politécnico Las Palmas han puesto en marcha el Proyecto ARBol (Acción para el Reciclaje de Bolígrafos y otros instrumentos de escritura inservibles).

Quieren evitar que los bolígrafos, rotuladores, correctores, subrayadores y demás elementos de escritura de plástico y/o metal, gastados o estropeados, generados en el archipiélago canario, acaben en los vertederos de las islas, que es actualmente su destino final, o en las playas y espacios naturales, que es donde con más frecuencia te los encuentras.

Gracias al entusiasmo de muchos voluntarios, la campaña se ha extendido por prácticamente todas las islas con el apoyo de los Cabildos, que están repartiendo cientos de contenedores por centros educativos y de oficinas.

El material de escritura inservible recogido se almacena en los diferentes complejos ambientales insulares para su posterior envío a Gran Canaria. Desde allí, en colaboración con TerraCycle, se trasladarán en barco a plantas de la Península especializadas en su recuperación y reciclado.

También cuentan con la ayuda de la productora de bolígrafos BIC, que se ha hecho cargo de parte del material para ser tratado en una planta recicladora específica situada en el sur de Francia.

Pero este servicio es todavía muy incompleto. Como señala en su página web TerraCycle, «por el momento no hemos encontrado una solución satisfactoria en cuanto al transporte de los paquetes desde las Islas Baleares, Islas Canarias, Andorra, Ceuta y Melilla. El coste financiero y medioambiental del transporte desde estas zonas geográficas no nos permite recoger sus instrumentos de escritura, pero le informaremos en cuanto encontremos una solución».

Queda claro que hasta el humilde bolígrafo «de usar y tirar» es un grave problema ambiental de esta nueva sociedad nuestra del derroche.

Decenas de toneladas contaminantes

Después de décadas de producción masiva empezamos ahora a valorar qué podemos hacer para evitar que tanto plástico y tintas contaminantes acaben intoxicando la naturaleza, nuestro entorno más vital.

España tiene más de ocho millones de alumnos escolarizados. Suponiendo que cada uno de ellos gastara al año tan solo un único bolígrafo de 10 gramos de peso, como mínimo 80 toneladas de residuos plásticos y tintas acaban ahora mismo y con mucha suerte en la basura. Es para pensárselo.

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