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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Conoce la monarca alada que ha conquistado Canarias

Foto: Kenneth Dwain Harrelson / Wikipedia

Que Canarias son las Islas Afortunadas está fuera de toda duda. Afortunadas por sus paisajes, sus gentes y por una naturaleza endémica tan sorprendente y hermosa como variada.

Su posición en medio del Atlántico convirtió a este archipiélago en envidiable puente entre tres continentes, Europa, África y América. Puente que desde sus orígenes comunica personas y especies en alegre mixtura.

Canarias es muy americana. Su influencia es patente, y no solo por sus guaguas cubanas o sus arepas venezolanas. También por la presencia de una increíble especie de mariposa llegada desde el otro lado del charco: la mariposa monarca (Danaus plexippus). Uno de los pocos insectos capaz de realizar travesías transatlánticas.

Famosa por la extraordinaria migración que cada otoño emprenden entre 100 y 140 millones de ejemplares volando más de 4.000 kilómetros desde Estados Unidos y Canadá hasta México para pasar el invierno dormidas (aletargadas), y que en primavera hacen el viaje de regreso como si de grullas o gansos se trataran. Pero nunca llegan al lugar donde nacieron. Te lo cuento más adelante.

 

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Esta efímera belleza alada es la mariposa monarca (Danaus plexippus), la famosa de asombrosas migraciones de hasta 4.000 kilómetros para llegar desde Canadá hasta los bosques de oyameles en México🦋🦋🦋🦋 Pero lo más increíble es que esta maravilla vive y se deja fotografiar (a veces) en la reseca #Fuerteventura. Cuando aparece en mi jardín causa siempre la sorpresa de su tamaño y su colorido. Y lo asombroso es saber qué pinta en Canarias una mariposa norteamericana. La respuesta, como diría Bob Dylan, está en el viento. The answer, my friend, is blowin’ in the win. Los huracanes nos las trajeron ya hacia 1880, y desde entonces las puedes disfrutar aquí durante todo el año, pues crían con cierta facilidad. Cuando la veo me acuerdo también del famoso poema de Federico García Lorca: Luz de candil… Mariposa del aire, quédate ahí, ahí, ahí.

Una publicación compartida de César-Javier Palacios (@cesarjpalacios) el 20 Nov, 2018 a las 4:06 PST

El republicano más monárquico

Su apodo “monarca” se lo inventó en 1874 el entomólogo Samuel Hubbard Scudder al considerar que es “una de las más grandes de nuestras mariposas y cubre un vasto dominio”, como se supone hacen los grandes soberanos. Curiosa esta flema monárquica en un norteamericano que, para más sorpresa, le dedicó el mariposón al rey Guillermo III de Inglaterra.

Más popular es el nombre con el que se conoce en México, «mariposa cosechadora«, pues cual calendario biológico, su llegada al centro del país coincide con la época de cosecha, en pleno otoño.

Atracción solitaria en Canarias

Esta viajera inquieta llegó a Canarias en 1880, donde puede verse durante todo el año en zonas ajardinadas y parques del litoral de todas sus islas salvo Lanzarote. En 1840 ya había colonizado Nueva Zelanda y en 1870 se instaló en Australia. A partir de 1980 ha empezado también a criar en el sur de la península ibérica.

Se las suele ver en vuelo solitario, tan grandes que parecen un pájaro, revoloteando incluso por las calles más atestadas de tráfico de las ciudades. Imposible confundirla con otra mariposa (salvo la mariposa tigre, más pequeña), pues sus vivos colores naranja y negro la hacen fácilmente reconocible.

Yo la disfruto muy a menudo en Fuerteventura. Cuando aparece por el jardín de mi casa dejo cualquier cosa que esté haciendo y salgo a contemplarla. Es un regalo. Muy inquieta, pasa poco tiempo libando antes de salir volando hacia el jardín de los vecinos, pero para mí es suficiente. Su presencia me alegra el día.

Las que emigran nunca regresan a casa

Cuando llega el otoño nace en Norteamérica una supergeneración muy especial de monarcas que puede vivir hasta ocho meses. Son las llamadas Matusalén. Gracias a su longevidad y al uso de las corrientes de aire son capaces de volar hasta México, con etapas cercanas a los 120 kilómetros diarios.

Pero cuando llega la primavera no se repite el ciclo. Las monarcas no son capaces de regresar a casa. Se quedan a mitad de camino. Lo harán sus hijas y nietas, al estilo de la vanesa de los cardos. Necesitan entre cuatro y cinco generaciones para completar el viaje de regreso a Canadá. Son generaciones efímeras que completan sus ciclos vitales en apenas cinco o siete semanas.

Lo más increíble es que esta sorprendente migración es un descubrimiento relativamente reciente, realizado gracias a ciencia ciudadana. Hasta 1985 el mundo científico no descubrió sus lugares de hibernación en el centro de México. El trabajo del zoólogo canadiense Fred Urquhart y su esposa Nora R. Urquhart lograron entusiasmar a más de 5.000 voluntarios para poner minúsculas etiquetas en las alas de las mariposas y poder documentar así su ruta migratoria.

Aunque todavía quedan muchos misterios por resolver. Por ejemplo: ¿Cómo logran orientarse en sus migraciones?

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2 comentarios

  1. Dice ser Santi

    Gracias al artículo sé que vi a esta especie en Santa Cruz de Tenerife, de eso hace más de 40 años.
    Pensé que se trataba de una muy parecida.
    Me sorprende que esto no lo difundan más. Ni

    26 noviembre 2018 | 02:06

  2. Dice ser Sistemas

    Las fotografías son muy buenas. Sin duda, Canarias es un paraíso.

    27 noviembre 2018 | 13:10

Los comentarios están cerrados.