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Barbacana, la película sobre lobos que gusta a ecologistas y ganaderos

El próximo 19 de octubre se estrena en los cines de España Barbacana, la huella del lobo. Dirigida por el biólogo, director de documentales e investigador Arturo Menor, la película tiene la infrecuente característica de gustar por igual a defensores del lobo y ganaderos. Porque curiosamente, y salvo excepciones extremistas, ambos grupos están de acuerdo en que la convivencia es posible.

«No hay un conflicto real entre el lobo y la ganadería extensiva sino más bien entre ganaderos y lobos conflictivos», puntualiza Arturo Menor. Y lo demuestra con su largometraje. Con él persigue dar a conocer esa realidad a través de dos vías: la prevención y la concienciación

El biólogo y cineasta Arturo Menor.

Barbacana, la huella del lobo rebate la creencia de que el lobo es un animal peligroso para el hombre y de que es imposible la convivencia pacífica entre ambos.

En lo relativo a la prevención, la película muestra datos reveladores sobre métodos para evitar que su presencia genere problemas a pastores y ganaderos: el uso de grupos de mastines (una raza de perro de la que huye el lobo) para cuidar al ganado, medidas de confinamiento nocturno para protegerlo, vallados anti-lobo para proteger a hembras lactantes, etc.

Como explica en la película el ganadero Juan Mateos, “el buen ganadero no quiere indemnizaciones por daños, hay que ayudarle para que pueda tener buenos mastines y cercas para evitar los ataques”.

Un viejo engaño que funciona

Una de esas medidas disuasorias y muy barata es la barbacana. Se trata de una cuerda que incluye trozos de plástico o tela resistente de color vivo y que desconcierta, al menos temporalmente, a los depredadores. Su uso se recomienda como medida disuasoria temporal, coincidiendo con las parideras, para evitar ataques en las épocas más sensibles.

Estudios llevados a cabo en Estados Unidos indican que ésta es útil durante un periodo de hasta noventa días, especialmente si va acompañada por otras medidas disuasorias, como alertas sonoras disparadas por detectores de presencia.

Aliado del ganadero

En lo relativo a la concienciación sobre la relevante aportación del lobo al ecosistema, el largometraje ofrece claves inéditas de educación ambiental. La aversión de la sociedad hacia el lobo tiene un origen cultural. Por primera vez el film desvela su necesaria interacción con el ser humano.

Muestra, por ejemplo, cómo el lobo es vital para el pastor y su ganadería en el proceso de control de la tuberculosis y de la propagación de parásitos en especies que después servirán de alimento a las personas (ciervos, jabalíes).

También ayuda a controlar la superpoblación de herbívoros silvestres que pueden resultar una amenaza para el hombre, pues destrozan cultivos y transmiten enfermedades a los seres humanos.

Recurso turístico

La figura del lobo también se ha convertido un gran reclamo turístico en determinadas zonas de la Península. La cinta muestra que no hay que temerlo, sino respetarlo, entenderlo y amarlo.

La película que ha rodado el biólogo y cineasta Arturo Menor es una crónica de esfuerzo y superación que aspira a dar a conocer la importancia del lobo en los ecosistemas ibéricos y sus problemas de conservación.

Un lujazo de película

Rodada con cámaras 4K, la cinta ofrece además un espectáculo audiovisual que va directo a los sentidos y para el que se han grabado más de 40 especies, la mayoría de ellas en estado salvaje.

Es cine independiente, rodado sin el apoyo de las Administraciones públicas ni de las grandes productoras televisivas, en el que han participado algunos de los más importantes expertos y naturalistas de este país.

Es cine emocionante que va más allá del documental, entra directamente en la vida de quienes lo han realizado, en los entresijos del rodaje, casi como si fuera un making-of.

Pero lo más importante es que da voz a los ganaderos, quienes por fin pueden hablar de sus problemas sin nervios ni manipulaciones.

He tenido la fortuna de ver esta película y solo puedo decirte una cosa: vete a verla. Te emocionará tanto como a mí.

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2 comentarios

  1. Dice ser Cazador de Torrelavega

    Los lobos no son malvados, pero tampoco son benévolos. Son animales salvajes, depredadores y sus instintos son cazar presas, y si son presas fáciles mejor. Por eso hay que tomar las medidas oportunas para mantenerlos a raya del ganado, que tampoco exterminarlos.

    Hay que recordar que los lobos pertecen al bosque, a la montaña. Son territoriales, por lo que si no se controla la población, los nuevos lobos reclamarán nuevos territorios. Cuando en el monte ya no tienen sitio buscan zonas más cerca de la población y el ganado. Es por esto que hay controlar los cotos y la población de lobos.

    A parte de eseto también andan buscando presas fáciles, por lo que hay poner vayados igualmente.

    Es que es de sentido común. A día de hoy parece que hay que dejarles hacer y deshacer lo que quieran o exterminarlos a todos… ¿No hay término medio?

    Sentido común.

    12 octubre 2018 | 13:11

  2. Dice ser Chorejo

    El depredador que mas aporta y elimina en nuestra flora y fauna,hasta la fecha con muy mala prensa. Los ganaderos del sur del Duero tienen que entender,que no pueden seguir con el mismo manejo ganadero en extensivo, que cuando no había un depredador en el campo, poniendo todos un poco de nuestra parte , haremos compatible , a los ganados y los lobos, es precioso verles en plena naturaleza

    12 octubre 2018 | 21:38

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