Nunca pensé que fuera necesario explicar lo evidente: Doñana no es un almacén de gas.
Dices Doñana y automáticamente te vienen a la cabeza flamencos, linces, espátulas, alcornoques centenarios convertidos en ruidosas pajareras, elanios azules, águilas imperiales, yeguadas marismeñas, grullas y campos inmensos de dunas enterrando pinares, pero almacén, gas, energía, industria, zanjas, pozos no caben en esta definición de Doñana. Qué triste que tengamos que recordárselo a nuestros políticos y a nuestros conciudadanos ingenieros, gestores, empresarios. Señoras y señores: Doñana no es un almacén de gas.
Pero Doñana va a convertirse en un gigantesco almacén subterráneo de gas.
El proyecto de Gas Natural Fenosa ya ha sido autorizado por el Gobierno central en el Espacio Natural de Doñana. Una decisión que pone en riesgo la biodiversidad y el futuro de este lugar protegido. Es como si se quisiera hacer un almacén de hidrocarburos bajo la mezquita de Córdoba o la Giralda de Sevilla ¿También lo autorizarían?
Lo de que por ser bajo tierra no tendrá efectos secundarios no se lo cree nadie. Viene precedido por casos como el del almacén subterráneo Castor en Castellón que produjo más de 500 terremotos y una indemnización con dinero público a la empresa de casi 1.400 millones de euros.
Y supone la industrialización de un área protegida considerada patrimonio mundial. Además, denuncian todos los grupos ecologistas, supone seguir apostando por un modelo energético basado en combustibles fósiles que alimentan cual suicidas desesperados el insostenible cambio climático.
Esta semana concluyó el plazo dado por la Unesco a España para informar sobre las medidas que va a tomar para cumplir con sus recomendaciones para proteger Doñana. De no ser suficientes, el Parque Nacional de Doñana podría perder su figura de protección de Patrimonio de la Humanidad y ser incluida en la lista de Patrimonio Mundial en peligro en 2017.
Perder la medalla de la Unesco es lo de menos. Lo peor es perder esta joya de la corona de la naturaleza mundial para triste beneficio espurio de una empresa privada. Porque este almacén de gas servirá tan sólo para que Gas Natural Fenosa tenga reservas que le garanticen la venta de gas natural de forma regular a lo largo de todo el año, evitando tanto las fluctuaciones estacionales como geopolíticas ya que el gas a almacenar procede en su práctica totalidad de Argelia. Es decir, se cede el subsuelo de un espacio protegido con el más alto valor ecológico y patrimonial del mundo para garantizar los beneficios especulativos exclusivos de una empresa, poniendo en peligro a las personas de las muchas poblaciones cercanas (incluidas Huelva y Sevilla) y las riquezas naturales de Doñana.
Yo hace ya mucho tiempo que no entiendo nada.
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Informe de Greenpeace “Extracción y almacenamiento de gas en Doñana. Diez razones para decir NO”. Descargar aquí.
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