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La ilusión de Albert Rivera frente a la resignación de Mariano Rajoy en el pacto de investidura

(EFE)

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En el día de ayer se reunieron los líderes de PP y Ciudadanos para la firma de un acuerdo de cara a la próxima investidura. Para detectar las emociones reales tenemos que ir más allá de la foto, una instantánea en la que, por supuesto, ambos aparecen con una sonrisa social, posada, como haríamos todos para transmitir positivismo de cara a la galería. Analizando la secuencia completa podemos apreciar diferentes detalles espontáneos que señalan estados emocionales más auténticos.

Albert Rivera estaba como un niño con zapatos nuevos, no paraba de moverse inquieto, impaciente, deseoso de culminar el acuerdo. En su comparecencia individual sus sonrisas eran genuinas, en algunos momentos incluso reprimidas, estaba tan alegre que debía intentar serenarse y no dejarse llevar por la euforia (no entiendo por qué), en definitiva, estaba contento, ilusionado, de hecho fue el responsable de explayarse algo más en las explicaciones sobre el acuerdo.

Rivera transmitía pasión desgranando los detalles del proceso, se regocijaba en cada palabra, su prosodia emocional (velocidad, ritmo, tonalidad de la voz, etc) ha sido en esta ocasión especialmente intensa, el canal paraverbal ha sido el que más ha transmitido este entusiasmo y optimismo.

La disposición de Mariano Rajoy ha sido justamente la contraria, serio, desganado, muy neutral y poco comprometido en su discurso. Utilizaba constantemente los pronombres indeterminados, distanciándose así de su participación directa en el proyecto («creo que se ha trabajado bien», «que se ha hecho con intensidad»).

Además, su expresión facial no era coherente con lo expuesto, afirmó estar «muy contento» con un rostro absolutamente inexpresivo, más bien serio y sutilmente enfadado. Su lenguaje corporal así como la intensidad vocal eran totalmente planas y carentes de emoción.

Parece ser que estamos ante dos actitudes muy opuestas frente a un mismo propósito común; el deseo y la ilusión frente a la necesidad y la resignación. 

[Nota: No me olvido de la prometida segunda parte de mi último post: ¿Por qué interrumpimos a los demás? La actualidad manda, pero mañana continuaremos con las posibles soluciones para evitar estos cortes a nuestro interlocutor y trabajar más y mejor la escucha activa. Gracias a tod@s por vuestro interés. 🙂 ]

Mariano Rajoy elude su responsabilidad (no verbal) ante la posibilidad de terceras elecciones

(Captura de archivo)

(Captura de archivo)

Hay una parte muy interesante en comunicación no verbal que analiza el contenido de un discurso; los pronombres, los tiempos verbales, los adjetivos, e incluso el orden de las palabras que elegimos no son azarosas. A este estudio se dedica la Psicología del Testimonio, a través de este tipo de análisis podemos identificar ciertos patrones de pensamiento filtrados que pueden ser muy reveladores para, por ejemplo, detectar ciertos indicadores de engaño, pero también para identificar las emociones, actitudes o posturas reales sobre lo que se está declarando.

Lo primero para ello es establecer una línea base, no hay indicadores verbales/no verbales que por sí mismos signifiquen algo concreto, pero sí serán clave los cambios en la manera de expresarse o comportarse de uno mismo. Justo esta alteración del patrón ha ocurrido en las últimas declaraciones de Mariano Rajoy tras su reunión con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

En esta última intervención nos encontramos a Rajoy más nervioso e incómodo que en la cita anterior con el representante de Ciudadanos, ahora está más tenso, más inquieto, sus gestos automanipuladores son incesantes (se coloca el traje, se toca el reloj, se agarra sus manos, etc) filtran el estrés y la ansiedad de su estado emocional actual.

Lo más significativo, tal y como recoge también mi colega experto en comunicación no verbal J.L Martín Ovejero, es un detalle que se transmite a través de las palabras elegidas. Mariano Rajoy es una persona que habitualmente se compromete y deja constancia de su protagonismo en todo lo que dice, y en esta comparecencia también lo hace, «YO he convocado está reunión, «MI partido», tanto es así que llega a decir «El Comité Ejecutivo de MI partido me ha autorizado a MI y a la dirección nacional del partido a negociar con Ciudadanos». Se adjudica la iniciativa y los intentos de negociación a sí mismo de forma tajante y absoluta, pero además, en esta última frase incluso se cita a él mismo por delante de la Dirección.

Bien, hasta aquí como vemos, todo corresponde a un patrón repetitivo y usual en él, ¿dónde viene el cambio? Justo cuando se refiere a la repetición de unas terceras elecciones, aquí transfiere y diluye su protagonismo, y por tanto, la responsabilidad de este acontecimiento al Partido Popular en general. En este instante ya de repente desaparece la figura de Mariano Rajoy para adjudicarle el fracaso de la investidura a la formación política en el sentido amplio del concepto, sin autor de los hechos. Juzguen ahora ustedes mismos: «Si el Partido Popular no consiguiera sacar adelante la investidura lo más probable sería la repetición de elecciones«.

De esta forma podemos inferir cómo el líder del Partido Popular se atribuye directamente los méritos y éxitos de su grupo político, pero evita la responsabilidad directa de su persona ante el posible fiasco en la próxima sesión de Investidura.

Las claves no verbales de la reunión entre Mariano Rajoy y Albert Rivera

Tal y como apuntaban ayer los compañeros de Gonzoo en 20 minutos, «Mariano Rajoy se viste de Ciudadanos para su entrevista con Rivera», y yo añadiría el viceversa, Albert Rivera se viste con la formalidad propia de Rajoy para este encuentro. Y es que nada queda a la improvisación, de estos pequeños detalles se pueden extraer singulares interpretaciones.

Es curioso que no se pongan de acuerdo, ya que en la anterior ocasión era Rivera quien se quitó la corbata y Rajoy quién la mantuvo, si bien es cierto que a lo largo de este último año el líder del PP ha roto el protocolo, con la ausencia de esta prenda, en varias ocasiones significativas tal y como analizamos en su primer vídeo de la precampaña electoral. Evidentemente la apariencia que proyecta Rajoy está más rejuvenecida con este estilo muy de Ciudadanos (camisa blanca, americana y sin corbata), es más distendida y cercana. Está claro que ambos quieren acercar posturas y esto también se aprecia en sus atuendos.

La expresión facial de Rivera en la reunión de ayer nada tenía que ver con la mostrada el día anterior, cuando exponía sus seis condiciones para votar favorablemente al Partido Popular en la sesión de investidura, en la que se mostró serio, tenso, intenso en su expresión, e incluso en algunos momentos con ira. En la cita de ambos, permuta su conducta por una gestualidad más relajada, sonrisas amplias y espontáneas, tiene un ánimo mucho más positivo. Aún así antes de la reunión se le ve tragar saliva con dificultad, removerse ansioso en su silla y con algunos gestos manipuladores (se frota las manos, se toca la chaqueta, etc) que dan cuenta de la importancia del momento para él.

El saludo entre ambos es muy correcto y horizontalmente en sintonía, no hay rol de dominancia/sumisión en ninguno de los dos, se estrechan la mano de igual a igual, no hay lucha de poder, hay conexión entre ambos. En ocasiones anteriores sí vimos una cierto halo de superioridad en Rajoy y más docilidad en Rivera (tal y como se muestra en el fotograma anterior). Parece que sus posiciones se acercan y su lenguaje corporal también lo hace.

 

Las diferentes conductas no verbales en las reuniones de Rajoy con Rivera, Iglesias y Sánchez

Mariano Rajoy ya ha culminado su primera ronda de reuniones con los principales líderes políticos del país ante la inminente sesión de investidura. Ya sabemos que en estas ocasiones nada queda a la improvisación, todos son muy conscientes de que son observados con lupa e intentan controlar al máximo cada movimiento. Aun así, esto no es del todo posible, por esto podemos observar distinciones notables que hacen peculiar cada uno de los encuentros.

Fotografía de agencia EFE

Fotografía de agencia EFE

En primer lugar Mariano Rajoy se reúne con Albert Rivera, en esta cita se observa, en general, buena sintonía, afecto, saludo distendido… Pero no estuvo exento de controversia no verbal, y es que el candidato de Ciudadanos se negó a repetir el protocolario apretón de manos ante la petición expresa de los medios de comunicación. ¿Cómo podemos interpretar esta contrariedad? Hay que tener siempre muy en cuenta la personalidad del individuo en cuestión, ya que es una variable siempre presente que condiciona cada una de las conductas que realizamos. En este caso, son sobradamente conocidos los rasgos de impulsividad, ansiedad e impaciencia de Rivera, por ello, yo apostaría más a interpretar esta negativa como producto de su ímpetu y prisas por cumplir el objetivo que por una aversión o hastío hacia ese contacto.

Fotografía de Juan Carlos Hidalgo/EFE

Fotografía de Juan Carlos Hidalgo/EFE

En el caso de Pablo Iglesias de nuevo hay que aludir a la tipología de personalidad para entender las diferentes posturas que adoptan ambos en su aparición pública. Pablo Iglesias se sienta en el sillón como si fuera el de su propio salón, si bien es cierto, que no es la primera vez que lo hace. Normalmente esta es la figura que adopta en estos encuentros, distendida, cómoda, informal, algo desaliñado mostrando la suela del zapato. Es algo que el líder del PP nunca haría, porque su condición le incapacita a perder la solemnidad, las formas reglamentarias de la política clásica. ¿Se trata entonces de un desdén hacia Rajoy? La respuesta sería afirmativa solo si estos gestos los hiciera con él, pero es que este ademán forma parte de su ser, Iglesias es indisciplinado, nada tradicional o protocolario en general y es por ello que esta pose no adquiere mayor relevancia.

Por último, lo más esperado, la cita entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, ya que en su anterior encuentro fue polémico el rechazo (con orgullo) del presidente en funciones al estrechar la mano del candidato socialista. Solo hay que ver las dos fotografías ilustrativas para corroborar que nos encontramos ahora un panorama totalmente dispar al descrito previamente. Rajoy significativamente más condescendiente y amable. Ambos líderes políticos se muestran mucho más sonrientes, relajados, con menos tensión y una postura entre ellos bastante similar, sincrónicos en sus movimientos y posiciones. Justo antes de estrechar sus manos ante los numerosos medios de comunicación se puede detectar, durante un par de segundos, una mirada y sonrisa cómplice entre los dos, parecieran que evocan en su foro interno la controversia desatada por justo aquel gesto que ahora afrontan con humor.

Cómo podemos observar el lenguaje corporal es una muestra de la personalidad pero también va evolucionando con el devenir de los acontecimientos, experiencias, motivaciones, intereses…

 

 

 

 

 

 

 

‘La buena mano’ de Obama en su visita a España

Manifestaba hace pocos días la ‘envidia carismática’ que emana Barack Obama en cada una de sus apariciones públicas. Ahora le toca el turno a España, en su breve visita, el presidente estadounidense se reunió con el monarca y principales representante políticos de nuestro país. Es curioso observar con detenimiento este tipo de encuentros y establecer las diferencias que se generan entre unos y otros en base a las distancias, gestos, posturas, etc.

La sintonía más notable la encontramos en el recibimiento de Felipe VI. Obama tiene ‘muy buena mano’ a la hora de gestionar cualquier interacción; al estrechar la mano del jefe de Estado acompaña su saludo de un toque con su mano izquierda, casi más bien, le coge el brazo. Tal y como apunta mi siempre acertado colega, Martín Ovejero: «El empleo del tacto, cuando se hace correctamente, tiene un efecto directo y muy positivo en la otra persona. En este caso, transmite interés, afecto, cordialidad, sintonía… Y como vemos en el vídeo, lo hace en dos ocasiones, primero con su mano izquierda y, al concluir el saludo, con la derecha: doble ración de afecto».

Captura de pantalla 2016-07-10 a la(s) 21.48.54En este encuentro los gestos, posiciones y distancias denotan comodidad, sincronía, armonía en la conducta corporal de ambos, pero, ¿y en el que se produce con Mariano Rajoy? Ahí la mano de Obama refleja un estado diferente y adquiere un significado más dominante que afectuoso. En el fotograma vemos como a la entrada de Moncloa tras posar ante los medios, es Obama quien ‘empuja’ sutilmente con su mano a Rajoy para invitarle a entrar, ¿no debería ser al revés? 

Captura de pantalla 2016-07-10 a la(s) 21.51.06Ya en el interior, ambos se sientan, y de nuevo pareciera que es Obama quién está en ‘su casa’, se muestra relajado, sereno, con gestos de apertura e ilustradores contantes, sin embargo fijaos en la postura que adopta Rajoy, es una posición casi imposible, no es un gesto rápido capturado, sino de una postura prolongada en el tiempo, ésta refleja la tensión del momento.

Para alternar con la anterior postura decide colocar sus manos en forma de ojiva (juntando los dedos formando un triángulo), normalmente éste se interpreta como un gesto positivo, de confianza, seguridad y buena recepción de la conversación, pero no es un gesto ejecutado de forma relajada, aprieta los dedos, incluso a veces rompe el triángulo para entrecruzarlos, por tanto también nos vuelve a remarcar la falta de confort, nerviosismo y rigidez de la situación por su parte.

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Comparecencias 26J: la elocuencia corporal de Errejón, la culpa de Sánchez, la conformidad de Rivera y la euforia de Rajoy

Los líderes de los principales partidos políticos comparecen tras una nueva campaña electoral y después de unos nuevos resultados electorales. Se trata de un momento interesante para el análisis de conducta puesto que es un instante que aunque ‘preparen’, todo lo que puedan y más, la situación posee un impacto emocional muy intenso, difícil de controlar. En este enlace también os dejo el análisis de las comparecencias tras los resultados de las pasadas elecciones para establecer diferencias y evolución (pinche aquí).

(Foto EFE)

Alberto Garzón, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en su comparecencia tras los resultados del 26J. (Foto EFE)

En Unidos Podemos desaparecen las sonrisas por las que abogaban, rostros serios, muy serios; regresa el ceño fruncido en Pablo Iglesias, fruto de la carga cognitiva (concentración y esfuerzo por declarar) y también por la ira producto de la decepción y el abatimiento. Alberto Garzón, aparece con cara de circunstancia, inquieto, aunque intentando mantener la compostura. Pero si hay que destacar una comunicación no verbal muy elocuente, esa es la de Íñigo Errejón, y no ha sido la primera vez, ya hemos visto en momentos anteriores cómo su expresión le da significados interesantes a ocasiones importantes. En la noche de ayer apareció visiblemente afligido, y mientras posa ante los medios su rostro expresa un abanico de emociones muy amplio, aunque todas apuntan en la misma dirección: mirada perdida, suspirando profunda y frecuentemente, tragando saliva con dificultad, con el ceño fruncido por momentos en señal de enfado, con tristeza y decepción en otros y apretando la mandíbula en señal de tensión contenida.

Lo relevante en este sentido además no es que detectemos con dificultad todos estos elementos, es que se ven superficialmente a la perfección. Nos encontramos expresiones faciales completas, auténticas, bien ejecutadas, duraderas, repetidas, intensas, no son breves ni se intentan reprimir, es decir, Errejón está muy enfadado, triste y tenso con la situación, y lo más importante, quiere expresarlo, transmitirlo a conciencia, que todos lo sepamos.

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¿Preparado para las elecciones? Conoce más sobre los candidatos por sus firmas

En el último post analizamos qué podemos descubrir a través de la Grafología. Hoy lo ponemos en práctica con nuestros líderes políticos; para ello cuento con la colaboración de Esther Gómez (@peritocat en Twitter), experta en análisis grafológico, perito calígrafo y detección de falsificaciones.

Si todavía está indeciso sobre qué partido votar el próximo 26J, este post, a través del análisis grafológico de las firmas públicas de los secretarios generales de los cuatro partidos políticos con mayor intención de voto, le proporciona una descripción detallada sobre el carácter de cada uno de ellos, su manera de afrontar sus proyectos y sus métodos de trabajo.

iglesias firmaPABLO IGLESIAS: Es una persona prudente, reflexiva, equilibrada, perfeccionista, organizada y que no se precipita al tomar decisiones ya que piensa muy bien sus pros y contras, lo que se observa en la letra clara y separada. Siente un fuerte compromiso y vínculo con las responsabilidades que acepta y las afronta cuidando el más mínimo detalle. Posee facilidad para comprender, asimilar y sintetizar conceptos e ideas así como para analizar de manera acertada distinta situaciones. El cabeza de lista de la coalición Unidos Podemos es una persona firme en sus ideas, confía en las personas que lo rodean y cuenta con su criterio si le ofrecen argumentos sólidos. Este carácter le permite establecer relaciones sinceras, flexibles y leales.

Su firma denota, también, que tiene un gran poder de convicción sobre los demás y que está capacitado para ostentar cargos de gran responsabilidad ya que posee una alta capacidad de trabajo. El número uno de Podemos también posee una gran capacidad de concentración y una acentuada necesidad de expansión, por lo que se adapta a cualquier entorno como puede extraerse de la proyección de la firma y las letras curvas. Pablo Iglesias se propone objetivos realistas y plausibles ya que, en el momento de fijarlos, ha tenido en cuenta sus aptitudes y las de su propio equipo afrontándolos con vitalidad, optimismo y un gran espíritu de superación, lo que se constata en las letras altas.

rajoy firmaMARIANO RAJOY: Es una persona activa, sobria, introvertida, emprendedora, tenaz, constante y con una personalidad fuerte, contundente, reservada, discreta y, en ocasiones, hasta inflexible y orgullosa tal como se refleja en la amplitud de las iniciales y la separación de letras. Tiene las ideas muy claras e intentará que sus interlocutores cambien de opinión siguiendo sus criterios como puede extraerse de las líneas rectas y firmes. El secretario general del Partido Popular le da mucha importancia a los procesos mentales y al razonamiento pero tiene tantas ideas que no puede llevarlas todas a la práctica. Eso sí, le gusta terminar todos los proyectos que ha comenzado con la esperanza de obtener un buen resultado fruto del esfuerzo invertido, criterios que se reflejan en la claridad de la escritura. Le gusta tenerlo todo controlado y calculado antes de actuar, por lo que tiene poca predisposición a la comunicación, reflejado en las letras separadas y la rúbrica recta.

La horizontalidad de la firma denota que, probablemente, en el entorno laboral ya haya alcanzado sus expectativas más altas. Tiene capacidad para ostentar cargos de gran responsabilidad ya que posee dotes de mando con gran autocontrol, razonamiento y organización. Posee una gran capacidad de concentración, es analítico y no se deja hundir ante las adversidades, ya que tiene mucha energía y firmeza. Mariano Rajoy es una persona independiente, con criterios muy sólidos, meditados y estructurados que pueden dar la sensación de una persona fría y de trato difícil, lo que se determina por la letra sobria, separada y recta. Es conveniente puntualizar que esta firma, aunque es la única que ha sido aportada por personal del Partido Popular, parece la más pensada y asesorada. Probablemente, está basada en la original pero la que aportamos es una firma digitalizada lo que hace que puedan existir incongruencias en el análisis.

rivera firmaALBERT RIVERA: Es una persona activa, dinámica, ambiciosa, culta, segura de sí misma, con rapidez mental, buena memoria y gran capacidad de síntesis y de concentración. También es algo impaciente, por lo que quiere conseguir sus propósitos en el menor tiempo posible, hecho que le convierte en una persona muy productiva pero que presenta una bajada de calidad en su trabajo si se le exige rapidez, inferencias que se extraen de la letra ilegible, unida y con trazo regresivo. Tiende a tratar de concretar de manera simultánea todos los proyectos que tiene en mente aunque en ocasiones le superen. Realiza sus proyectos de forma reflexiva, ecuánime y controlada y canaliza muy bien su energía poniéndole pasión a todo lo que hace, rasgos observados en la angulosidad de la letra y el trazo continuo. Tiene gran capacidad de autocontrol y en ambientes sociales suele ser abierto, amable, afectivo y agradable en el trato personal por lo que consigue con gran facilidad que las personas le presten atención y le escuchen.

Cuando las cosas no salen como el diputado espera, puede llegar a angustiarse debido, posiblemente, a una mala organización, rasgo determinado por la ilegibilidad de la letra y el trazo regresivo. Su firma denota que está capacitado para ostentar cargos de gran responsabilidad por lo que encajaría en puestos de liderazgo, pero, a su vez, también es capaz de adaptarse a puestos intermedios. En sus relaciones sociales no establecerá límites, será capaz de ceder a las presiones y hacer lo que los demás propongan, lo que se extrae del trazo final descendente y regresivo. Albert Rivera es una persona positiva, con carácter optimista que tiene deseos de superación y un gran interés por crecer profesionalmente como indican la letra inicial amplia, angulosa, y la dirección horizontal y ascendente de la firma.

sanchez firmaPEDRO SANCHEZ: Es una persona inquieta, impaciente, amable, abierta, sociable, resolutiva, prudente, reflexiva, orgullosa y vanidosa, características que resaltan de las iniciales amplias. Es un hombre dinámico que asimila bien los conceptos y posee una gran capacidad mental para la toma de decisiones. Junto a la claridad de ideas que tiene, es capaz de actuar sin pensar centrándose en lo fundamental de cada uno de sus proyectos. Rasgos determinados en la unión de las letras y en las simplificaciones. El diputado socialista le da gran importancia a su trabajo y al rol social que pueda adquirir con él como se observa en el hecho de que la firma está compuesta por el apellido y la rúbrica. El candidato socialista posee un gran dominio sobre sí mismo y es intuitivo a la hora de mostrar sus emociones, ya que suele hacerlo cuando considera oportuno. Su personalidad dura, constante y fuerte le conlleva a tener criterios muy rígidos que le impiden tener la capacidad de ponerse en la piel del otro. La forma en la que se muestra al mundo es de un autocontrol excesivo que puede resultar artificioso.

Suele encajar en cualquier ambiente social mostrándose abierto y desenfadado pero su excesivo autocontrol puede hacerle entrar en una actitud defensiva que dificulta su integración tal como se extrae de la angulosidad y semilegibilidad de la firma. Tiene gran capacidad de liderazgo por lo que encajaría en cargos de mando y a su vez también posee una excelente visión global que, junto con el gran concepto de sí mismo, le permiten ser una persona apta para puestos directivos. Las metas que se marca son realistas ya que es tenaz, constante, y posee gran capacidad de concentración. Tampoco sucumbe a los imprevistos, por lo que puede conseguir lo que se proponga. Sin embargo, la rutina y la monotonía pueden conseguir que termine haciendo las cosas de forma rápida y sin prestar mucha atención rasgos que se observan por la abreviación del apellido y la Z final. Pedro Sánchez es una persona firme que tiene un gran interés por mejorar su situación laboral actual y a la que le gusta sentirse valorada y reconocida por su entorno, rasgos característicos de las mayúsculas sobrealzadas y la ascendencia de la firma.

Finalmente, en el caso de que se necesitara un pacto entre partidos para formar gobierno, la compatibilidad de caracteres establecido por el análisis de las firmas concluye que las firmas más acordes y complementarias son las de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, ya que ambos autógrafos muestran rasgos muy similares como la semilegibilidad, la agrupación de las letras, la ascendencia, la rúbrica y los signos de puntuación. Todo ello denota que ambos comparten mismos intereses y aptitudes como la capacidad de liderazgo, la gran visión analítica y la gran capacidad de comprensión, y, a su vez, también presentan unos pensamientos complementarios. Así que, querido lector, espero que el domingo, gracias a este análisis, tenga las ideas más claras sobre el dirigente del partido que haya decido votar.

 

¿Qué proyectan las webs de los cuatro principales partidos políticos?

Hoy en día manejar todos los canales informativos se hace imprescindible para las formaciones políticas. Todas y cada una de ellas cuidan cada detalle de la imagen que pueden transmitir; esa gestión también es una conducta, y como decimos siempre, toda conducta comunica y es analizable. Lo que el equipo político decida o no plasmar en cada una de las vías de identidad del partido nos va a revelar información: actitudes, motivaciones, intenciones… Hace unos días analizábamos los eslóganes y carteles electorales elegidos para las nuevas elecciones del 26-J, hoy nos centraremos en sus páginas webs.

Es interesante, sobre todo, observar los cambios que se hacen en estos medios informativos, por ello comenzaré comentando la web de Ciudadanos, ya que es una de las que más ha llamado mi atención. Hace pocos días la imagen que ilustraba la página era la de Albert Rivera con Lilian Tintori en su visita a Venezuela, fue un hito importante que, supongo, el partido consideró como digno de destacar. En mi opinión, no fue nada acertado, vincular la imagen de partido con otro país que no sea España no tiene mucho sentido, denota que no tenían nada mejor a lo que aferrarse para destacar.

webciudadanos1Pero este diseño cambia a partir del único debate a cuatro que se organizará en esta campaña electoral, tal y como analizamos aquí, Rivera salió muy victorioso en lo que a comunicación se refiere, algo que también supieron reconocer en su organización, todos estaban contentos con su intervención y se sentían triunfantes ante la superación de los errores del líder de Ciudadanos en este tipo de enfrentamientos que siempre abordaba con nerviosismo, impaciencia y descontrol. Ahora sí pueden acudir a un hecho más relevante y del que realmente Rivera salió muy beneficiado, actualmente la imagen que protagoniza su web es la de un líder serio en su atril, afrontando una situación estresante, compleja pero de la que sale airoso y ¿cuál es el vídeo que encabeza la portada? Sí, su minuto de oro en el debate.

La web del Partido Popular representa a un Mariano Rajoy con una imagen casi divina, ese blanco deslumbrante de la web y el de su camisa impoluta sobre un cielo azul nos recuerda a la recreación de el Salvador. Aparece muy natural (para mi gusto en exceso) con el cabello despeinado por el viento y mirando al infinito, por supuesto, también sin corbata (ya analizamos el porqué de este cambio). En definitiva, da una sensación algo extraña, ya me diréis que os parece a vosotros.

En la página del PSOE nos encontramos a un Pedro Sánchez en pleno mitin electoral, con aspecto algo desaliñado, en mangas de camisa, sutilmente sudoroso por el brillo que podemos apreciar en su rostro sonriente. Todo ello refleja acción, trabajo, esfuerzo, actividad, obvian el decoro y el cuidado de la fotografía, pretenden proyectar al candidato en plena faena, aplicado y ocupado. No me parece mala táctica. Además encontramos constantes alusiones a la naturaleza, antes aparecía una amapola, ahora una margarita, al respecto, mi compañero Martín Ovejero escribió un artículo explicativo fantástico, titulado: Pedro Sánchez o el voto de las amapolas, en el que nos cuenta cómo la visión de la naturaleza, del campo verde, de las flores, nos transmite sensaciones positivas. «Nos da tranquilidad y confianza. La belleza de las flores o el verde la naturaleza consiguen que no podamos desconfiar ante su presencia, sino al contrario, a nivel subconsciente, por nuestra herencia genética, lo asociamos a lugares donde hay vida, agua y comida, en consecuencia, parecen querer decirnos: puedes confiar en nosotros».»Se puede desconfiar de una persona, de un partido, de la política, pero… ¿quién desconfía de la naturaleza?».

En el proyecto web de Unidos Podemos aparece exactamente la misma imagen del cartel electoral, por tanto remito a un post anterior para ilustrar el análisis.

Ni que decir tiene que las cuatro poseen un manejo muy intuitivo, claridad en el diseño y sencillez impresionantes, sobre todo, porque todas se han centrado en mucha imagen y poco texto. Tal y como señalan en el blog ‘Mentiras con trastadas’: «Lo que prima es la síntesis, ideas claras, eslóganes grandes y sin hay confusión. El internauta que llega a esta página ve una solidez y equilibro total. Aplican algo que ya aprendió el diario Marca hace muchos años. Antes, la portada del diario Marca tenía una foto y mucho texto. Hoy en día el diario abre con una gran imagen y un gran titular, luego tiene dos o tres titulares más. Se dieron cuenta, gracias a unos estudios que se hicieron en periódicos de EEUU que la gente prefería leer infografías sin texto que con texto, y las ideas calaban más. Aquí están aplicando todo esto.»

 

 

Análisis del debate a cuatro más allá de las palabras

debate para 16jPor primera vez los cuatro principales candidatos a la Moncloa debatieron anoche en un acalorado encuentro, repleto de momentos de tensión, impacto emocional y gestos significativos. Existieron notables diferencias con la comunicación no verbal del último debate a cuatro. La mayor novedad de esta nueva contienda es la participación de Mariano Rajoy, del que hemos comentado anteriormente que no es especialmente hábil en este tipo de situaciones de alto impacto, en esta ocasión, sorprendió tranquilo pese a ser la diana de todas las críticas y estar en la posición, sin duda, más difícil. Su lenguaje corporal ha fluido más y mejor que en anteriores ocasiones en las que su figura se paralizaba y exclusivamente leía sus apuntes, aun así, se percibe mucho más cómodo y con seguridad cuando se apoya en los datos.

En mi opinión, existen siempre tan bajas expectativas sobre su comunicación no verbal y verbal que por algo bien que lo haga ya resulta victorioso en su participación, quedando esa sensación de: «pues mira, al final, no lo ha hecho tan mal»Su expresión corporal más significativa: orgullo. Se mostraba altamente satisfecho con sus intervenciones, finalizaba su turno de palabra siempre con una sonrisa, postura erguida y cabeza alta. Sus palabras iban constantemente asociadas a conceptos como la sabiduría, experiencia y veteranía, menospreciando a los que todavía no han pasado por el gobierno.

En general, todos han dotado de demasiado protagonismo a los datos, apuntes, gráficos y encuestas. El discurso más emocional, natural, anecdótico y coherente con su corporalidad fue el de  Albert Rivera, que comienza, y se mantiene, más calmado de lo normal, ganó su comunicación no verbal por la ‘superación’ (por fin) de todos sus errores conductuales en este tipo de intervenciones. En esta ocasión, participaba con un ritmo lento, sin movimientos acelerados, ha trabajado sus tics nerviosos, no interrumpía, no se impacientaba y cambió la dominancia por el sosiego. Utilizó los gestos ilustradores con genialidad, uno de los mejores recursos en comunicación no verbal efectiva, ya que transmiten credibilidad y convicción. Demostró buena sintonía con Sánchez y cierta inquina hacia Iglesias.

Pedro Sánchez tenía muy claro su objetivo: fue a por Rajoy, a veces diera la sensación incluso de que fuera un cara a cara entre ambos. Sus expresiones de desprecio hacia el líder del Partido Popular eran incesantes. Utilizaba el gesto del dedo acusador, lo que denota la agresividad en el flujo de la conversación. La mirada del representante socialista era directa y penetrante, desafiante en sus reproches hacia Rajoy, quién no le devuelve la mirada, le resulta imposible sostener la abrumadora inspección de su contrincante más feroz. Su actitud fue especialmente provocadora con Rajoy e Iglesias, sin embargo menos beligerante y más comprensiva con Rivera.

Pablo Iglesias sigue fiel a su apariencia más informal y a su bolígrafo en mano para descargar tensión, pero también corrigió errores: usar camisa blanca en lugar de azul para controlar la visibilidad de la sudoración que enturbió su imagen en el debate a cuatro de las pasadas elecciones. Le faltó fuerza en su comunicación no verbal, era muy plano, sin fluctuaciones emocionales, pareciera cansado. Resultó llamativo el hecho de que sus expresiones emocionales más intensas fueran provocadas por Rivera, veíamos por ejemplo una profunda ira, sonrisas irónicas y desprecio, en numerosas ocasiones, mientras se dirigía al líder de Ciudadanos o le escuchaba. Sin embargo, se detecta tristeza y decepción cuando es atacado por Pedro Sánchez. Le enfada la postura combativa de Rivera, le duele la de Sánchez.

El minuto final, o minuto de oro, adquiere una relevancia importante, aunque se trate de un espacio totalmente preparado, ensayado y no dando lugar alguno a la improvisación, sí que la elección del mensaje y de las palabras empleadas también exhibe el concepto que subyace a cada posición política:

Pablo Iglesias repite varias veces en pocos segundos la palabra «miedo», anima a la superación de esta emoción que paraliza a quien la sufre, y alude a la alegría y las sonrisas. Su intención es la de provocar energía positiva que se asocie con el credo de su partido.

Albert Rivera, nombra a los sentimientos y se dirige a los ciudadanos: «si ustedes sienten como yo…» Con esta sentencia implica al publico y lo hace cómplice de su ideal, proyecta la sensación de que están en un mismo barco, acorta distancias.

Si en Mariano Rajoy decíamos que predominaban las emociones de orgullo, en este minuto final la nombra directamente, se centra en destacar lo bueno que ya tenemos, omite palabras como cambio o futuro, apuesta por la continuación. En esta intervención sí que se le aprecia más nervioso de lo que está en el debate.

Por último, Pedro Sánchez se dirige al público hablando de tú, se aleja de los protocolos y los formalismos para hablar de un modo más cercano con el votante. El líder del PSOE invita a la reflexión y al cambio.

 

 

 

Los eslogans extraños y el análisis de los carteles electorales para el 26-J

En las pasadas elecciones analizamos los carteles electorales utilizados, ahora todos los partidos políticos renuevan publicidad de cara a las segundas votaciones, pero ¿solo me parecen raros a mi los nuevos lemas y carteles? Voy a intentar analizarlos dejando atrás el asombro y la falta de entendimiento al respecto, desde luego, la primera sensación que me producen es que no saben ya ni qué decir ni qué hacer para intentar desmarcarse. La nueva propaganda no tiene chispa ni sustancia, provoca confusión, ambigüedad e incomprensión del mensaje. 

moragasEl más ‘inquietante’ de todos es el del Partido Popular, han eliminado la fotografía de su representante, Mariano Rajoy, por lo que la transmisión del mensaje es absolutamente impersonal. Nadie emite el mensaje, no hay imagen relacional, craso error. Lo que nos ofrecen es un fondo azul con unas letras en blanco, que dicen: «A favor». Pero ¿A favor de qué, de quién? «A favor» por sí mismo no significa nada, es una frase inconclusa. El cartel utilizado en la campaña de diciembre me pareció el más acertado de todos, muy trabajado, inteligente y con simbología estratégicamente diseñada para comunicar mucho en una sola imagen, en esta ocasión, sin duda, es el más deficiente.

img_druiz_20160610-162210_imagenes_lv_otras_fuentes_psoe-k60--656x911@LaVanguardia-WebEn el cartel del PSOE sí que aparece la imagen de su líder Pedro Sánchez, y esta fotografía suya me parece más adecuada que la anterior. Potencia su atractivo y su expresión facial en esta ocasión muestra una sonrisa, y además una sonrisa auténtica, producto de la sensación de alegría, ya que, (bien por ellos) no le han eliminado con photoshop las ‘patas de gallo’ que surjen naturalmente por la acción orbicular del ojo cuando la risa es sincera. Realmente proyecta felicidad, ilusión, ánimo, positivismo… todo ello lo intentan reforzar con el lema «vota sí», y añaden «un sí por el cambio», al menos aquí aclaran a que se refieren con el «sí» porque en principio queda algo raro la llamada a un voto en positivo, cuando no se puede hacer de otra forma. Resulta algo reiterativo, diluye la fuerza que pueden poseer las palabras como «cambio», yo me quedaría solo con la segunda parte, la primera no tiene sentido. La palabra «cambio» es la que tiene realmente valor, es un recurso indispensable en el marketing político, pues se asocia con evolución, transgresión, progreso, superación, etc.

img_snoguero_20160609-205553_imagenes_lv_otras_fuentes_cartel_podemos-339-k60--656x905@LaVanguardia-Web¿Y a qué os recuerda el cartel del partido Unidos Podemos? Porque a mi me parece el que colocan en los expositores de las salas de cine para anunciar una película. El papel protagonista lo obtiene Pablo Iglesias y los actores secundarios parecen ser Íñigo Errejón y Ada Colau, por el tamaño y la posición de la representación Alberto Garzón pierde relevancia, no me parece que beneficie la igualdad en la alianza. En total son 8 caras, sonrientes, las que se exhiben en la imagen, evocando un claro mensaje de grupo, un acuerdo entre la izquierda que muestra la pluralidad del proyecto. El lema elegido es: «La sonrisa de un país». Transmite positivismo de un modo más sutil y efectivo que el simple «sí» de la frase socialista, comunican emoción y optimismo.

img_druiz_20160610-162119_imagenes_lv_otras_fuentes_ciudadanos-k60--656x945@LaVanguardia-WebSi en la anterior campaña apuntaba como ejemplar el cartel del PP, en esta ocasión el que me parece más completo es la apuesta de Ciudadanos. La imagen y el eslogan son coherentes, claros y con fuerza. «Tiempo de acuerdo, tiempo de cambio», tiene gancho, tiene sentido y dan solución a la situación de bloqueo político actual. Este mensaje se refuerza con la ilustración, en la que se ve a Albert Rivera dando la mano, un gesto de alianza, pacto y resolución. Su expresión facial, al igual que la de Sánchez, expresa una emoción positiva de forma sincera, en esta ocasión (acertadamente) no le han corregido las ‘patas de gallo’.

Desaparecen las corbatas, las imágenes serias y protocolarias, las campañas electorales se enfrentan ahora con una importante renovación, un intento de acercamiento entre la clase política y el ciudadano, exhiben una apariencia de normalidad, de acciones, sonrisas, ilusión, esperanza y buenas intenciones. Al menos es lo que quieren proyectar, vamos a ver dónde queda todo…