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¿Cuál es el origen del término ‘moroso’?

Se conoce como ‘moroso’ a aquel individuo que no satisface la liquidación de sus deudas, es mal pagador (demorándose en el pago) e incluso quien se escabulle de dicha responsabilidad.

¿Cuál es el origen del término ‘moroso’?

Durante los tiempos de crisis económicas hay un repunte de ‘morosidad’, surgiendo numerosas empresas o profesionales que se dedican al cobro de deudas contraídas por alguien con un tercero (algunas célebremente famosas por el vestuario o métodos utilizados).

El término moroso procede del latín ‘morōsus’, que antiguamente se utilizaba para referirse a la ‘lentitud’, ‘tardanza’ o ‘calma’ en realizar algo (pero no concretamente un pago) y el significado original venía a ser ‘el que va lento’ (en referencia a la realización de alguna cosa). ‘Morōsus’ a su vez provenía del vocablo latino ‘mora’ (retraso), naciendo de ahí otros términos como ‘demora’ (tardanza en cumplir una obligación).

No fue hasta la edición de 1884 cuando el diccionario de la RAE añadió a la acepción de ‘moroso’ la de ‘acreedor’ y fue en la edición de 1925 cuando aparece por primera vez, vinculado a ese término, el concepto de ‘deudor’.

Cabe destacar que algunas son las páginas y fuentes que señalan erróneamente que el término ‘moroso’ proviene directamente del latín ‘mōrosus’ en lugar de morōsus (observar la diferencia en las oes), no teniendo nada que ver ese mōrosus  con la tardanza o lentitud y significando realmente ‘malhumorado o de carácter difícil’, un pequeñísimo detalle que puede cambiar por completo la etimología del vocablo.

 

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Fuente de imagen: pikrepo

¿Cuál es el origen de la famosa expresión ‘Lo prometido es deuda’?

La expresión Lo prometido es deuda’ es una locución ampliamente utilizada y una antigüedad de varios siglos.

¿Cuál es el origen de la famosa expresión ‘Lo prometido es deuda’?

Es utilizada para señalar el cumplimiento de alguna promesa o compromiso adquirido y se dice tanto para recordar a un deudor que debe cumplir con algo prometido como cuando ya se ha satisfecho dicho compromiso, como señal de que ha cumplido con su palabra. No solo hace referencia a una posible deuda económica sino que se utiliza dicho término como ‘obligación moral contraída con alguien’, tal y como recoge el Diccionario de la RAE.

La expresión fue ampliamente popularizada a través de diversas obras literarias de autores españoles del último tramo de periodo conocido como ‘Siglo de Oro’ (primera mitad del siglo XVII), entre ellos Francisco de Quevedo.

Podemos encontrarla en la forma ‘El que promete, en deuda se mete’ y recogida en el Diccionario de Autoridades de 1732 como ‘Quien fía o promete, en deuda se mete’.

Pero cabe destacar que no se trata una frase proverbial originaria del castellano, ya que nos llegó desde la forma italiana ‘Ogni promessa è debito’, de igual significado y de la que hay referencias en obras anteriores al siglo XVII (por ejemplo ‘Eptamerone ouero eptalogi della nobiltà mondana’ de Paolo Luchini publicada en el año 1599).

 

 

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