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¿De dónde surge el refrán ‘Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo’?

A través de mi cuenta de Twitter, @jmcruz40 me pregunta sobre el origen del refrán ‘Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo’ y en qué día cae (9 o 10 de junio).

¿De dónde surge el refrán ‘Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo’?

Se trata de uno de los dichos populares que, posiblemente más pronunciados y repetidos son durante el mes de mayo, sobre todo por las generaciones más mayores. Con él se quiere advertir que el tiempo frío y las temperaturas inestables de la primavera se alarga hasta pasada la primera semana de junio, aconsejando no desprenderse ni guardar todavía las ropas de abrigo (lo que comúnmente se llama ‘cambio de armario’) debido a que, a pesar de que parezca que ya ha llegado el buen tiempo y los días de calor, todavía tienen que venir jornadas en las que refrescará (sobre todo por la noche y primera horas del día).

El cuarenta de mayo cae en el 9 de junio (teniendo en cuenta que el mes de mayo tiene 31 días). Pero, evidentemente, esa advertencia meteorológica no es exacta y no quiere decir que a partir del día 10 de junio entre el calor y ya se pueda ir desabrigado. Hay que tomarlo como un consejo el cual, dependiendo de muchos factores, puede no acertar y más en los últimos años en los que el cambio climático ha provocado que hayan aumentado varios grados las temperaturas y se produzcan ‘olas de calor’ en épocas del año en las que no les corresponde.

Sobre el origen del refrán, cabe destacar que éste ya se pronunciaba oralmente hace varios siglos atrás. La primera referencia escrita aparece en 1896 en el libro «Los refranes del almanaque» (página 108) del folclorista sevillano Francisco Rodríguez Marín, en la siguiente forma:

“Hasta el cuarenta de mayo
no te quites el sayo;
Y si vuelve a llover,
vuélvetelo a poner”

 

 

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Fuente de la imagen: pixabay

¿Sabías que una manta, en realidad, no calienta?

¿Sabías que una manta, en realidad, no calienta?

El motivo principal por el que una persona tiene frío es porque su organismo pierde calor, un hecho que hace que nos abriguemos con más ropa o nos echemos una manta por encima. Pero abrigándonos lo que en realidad conseguimos es conservar el calor para que así no se escape de nuestro cuerpo.

Como ya os he comentado en otros posts, somos seres homeotermos o, lo que es lo mismo, nuestro organismo se ocupa de regular nuestra temperatura con el fin de que nuestros órganos internos y vitales se mantengan a una temperatura constante de, aproximadamente, 37 grados centígrados.

Si esa temperatura es superior nuestro organismo se refresca a través del sudor que produce. Por el contrario, si hace frío extrae el calor de nuestras extremidades a través de un proceso que se conoce como vasoconstricción (de ahí que lo primero que se nos enfría cuando bajan las temperaturas son las manos y los pies) o bien se pone a tiritar para hacernos entrar en calor.

Pero todo ese proceso para conservar el calor corporal no puede hacerlo nuestro organismo solo, por lo que debemos echar una mano y abrigarnos con alguna pieza más de abrigo o resguardarnos bajo una manta (además de encender algún calefactor o estufa) con ello conseguimos no seguir perdiendo más de ese vital calor corporal.

Pero, al contrario de lo que algunas personas piensan, esa ropa de abrigo o la mencionada manta no nos calientan (a no ser que sea eléctrica, evidentemente), sino que la función de éstas es la de conservar y hacer de aislante para que el calor no se escape y el frío no penetre.

El no dejar que el frío entre proporcionará que, cuando nuestros órganos estén en la temperatura idónea, expulse el exceso de calor que tenga hacia nuestro exterior, dándonos la sensación de haber entrado en calor (algunas veces hasta con un exceso del mismo).

 

 

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Fuente de la imagen: mattiasjohansson (Flickr)

¿De dónde surge llamar ‘jersey’ al suéter?

¿De dónde surge llamar ‘jersey’ al suéter?A través del apartado de contacto, Maribel Núñez me hace llegar un correo en el que me pregunta sobre el origen del nombre de dos prendas de vestir: la rebeca y el jersey.

Para el origen de la chaqueta de punto conocida como rebeca ya escribí un post en los inicios de este blog (en el año 2006) pudiendo encontrar en el siguiente enlace el porqué se le llama así: ¿Cuál es el origen de la ‘rebeca’ y el ‘cárdigan’?

Sobre la segunda prenda por la que pregunta en su email: el jersey (prenda de vestir de punto, cerrada y con mangas, que cubre desde el cuello hasta la cintura aproximadamente, según encontramos en el Diccionario de la RAE) hay que buscar el origen de su nombre en las islas de Jersey y Guernsey,  dependencias de la Corona Británica, situadas en el canal de la Mancha.

Se dice que los pescadores y campesinos de la zona usaban una prenda de vestir pensada para combatir las inclemencias temporales del agua y viento, la cual cubría la parte superior de su cuerpo y brazos. Según algunas fuentes la lana para confeccionar estas prendas provenía de la lana de ovejas merinas de estas mismas islas, sin embargo otras fuentes indican que la lana se comenzó a importar aproximadamente alrededor del siglo XVI desde el Reino Unido, y que se utilizó para  fabricar y proveer a los miembros de la realeza con dichos jerséis.

Tanto una como la otra hipótesis lo que dejan claro es que el nombre de la prenda proviene de la mencionadas islas.

Hacia finales del siglo XIX empezó a popularizarse su uso dentro del ámbito deportivo, pasando entonces a llamarse suéter (derivador de sweater– en inglés – que significa el que suda).

 

Fuente de la imagen: jgglover