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¿Sabes a qué hacía referencia el término ‘barbilindo’?

El término ‘barbilindo’ está prácticamente en desuso y podríamos englobarlo dentro de los que se conoce como ‘palabras viejunas’, aunque todavía sigue apareciendo recogido en el diccionario de la RAE.

¿Sabes a qué hacía referencia el término ‘barbilindo’?

Siglos atrás se utilizaba el vocablo para hacer referencia al joven de buena apariencia y galán que se distinguía por ir inmaculadamente vestido, con la barba arreglada o perfectamente afeitado. Francisco de Quevedo utilizó en alguna ocasión este término para referirse a los hombres de poco valor, inmaduros e incluso de ademanes afeminados.

Hoy en día en la rae se le da la acepción de ‘Galancete, preciado de lindo y bien parecido’ y fue recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1726 como ‘En lo literal significa pulido de barba; pero se toma por pisaverde, galancete, muy preciado de lindo, de galán y hermoso. Es compuesta de las voces Barba y Lindo’.

 

 

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¿De dónde proviene el famoso refrán ‘Dime con quién andas, y te diré quién eres’?

A través del perfil en Instagram de este blog (@yaestaellistoquetodolosabe2) recibo un mensaje en el que me consultan de dónde proviene el famoso refrán ‘Dime con quién andas, y te diré quién eres’.

¿De dónde proviene el famoso refrán ‘Dime con quién andas, y te diré quién eres’?

Posiblemente el refrán ‘Dime con quién andas, y te diré quién eres’ es uno de los más conocidos y repetidos del idioma español. Se trata de un dicho, en forma de advertencia, con el que se indica al interlocutor que todas las personas somos predecibles hasta el punto de que a través de nuestra compañía, vestimenta, lugares que frecuentamos o cómo nos desenvolvemos se puede averiguar la personalidad de alguien y su forma de pensar y proceder.

No se conoce con exactitud el momento ni lugar en el que se originó dicho refrán pero sí que hay constancia de su popularidad por la transmisión oral entre el vulgo durante la segunda mitad del siglo XVI. De hecho, varias son las obras literarias, de gran relevancia, publicadas en el siglo XVII, en las que aparece citado. Algunos ejemplos son:

En la forma «Dime con quién andas, decirte he quién eres» aparece en la ‘Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha’ de Miguel de Cervantes (1615) y  ‘Cartas en refranes’ de Blasco de Garay (1632). Como «Dime con quién andas, hijo, y diréte quién eres» en la obra ‘La vida del Buscón llamado don Pablos’ de Francisco de Quevedo (1622).

 

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘¡Voto a Bríos!’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘¡Voto a Bríos!’?

La famosa y antiquísima expresión «¡Voto a Bríos!» no proviene de ninguna intención de votar, con intención de dar apoyo a un candidato político, que se denomine Bríos. En realidad se trata de un eufemismo con que se expresaba la intención de rogar o jurar por Dios sin nombrarlo y, por tanto, no blasfemar. Debemos tener en cuenta que, durante gran parte de la Historia, todo aquello que pronunciar el nombre de Dios en vano estaba considerado pecado, siendo perseguido por la justicia; por lo que, gracias al ingenio de la época, se buscó una fórmula en la que se enmascaraba el nombre del Creador de una forma en la que no pudiesen acusarles de herejía al pronunciarla.

Algo muy similar ocurrió por la misma época con el otro famoso eufemismo «¡pardiez!» (¡Por Dios!). Podemos encontrar ambas formas ampliamente referenciadas en textos del Siglo de Oro español por autores como Cervantes, Lope de Vega o Quevedo y posteriormente en obras de Zorrilla, Jovellanos o Bretón de los Herreros.

Ya en el siglo XX, el eufemismo ¡Voto a Bríos! apareció con frecuencia en las aventuras de ‘El Guerrero del Antifaz’, unas historias ilustradas (lo que conocíamos como tebeos y que actualmente se denomina cómic) sobre un heroico batallador de la época de la Reconquista Española que lo exclamaba mientras luchaba contra los llamados ‘infieles’. Fue creado en 1943 y se publicó ininterrumpidamente a lo largo de dos décadas (posteriormente se realizaron nuevas reediciones).

 

 

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¿De dónde surge la exclamación ‘¡pardiez!’?

¿De dónde surge la exclamación ‘¡pardiez!’?A través de la página en Facebook de este blog Mónica Carrasco me escribe explicándome que recuerda que su abuelo utilizaba a menudo la exclamación ‘¡pardiez!’, la cual hace años que no la ha vuelto a escuchar decir a nadie, y le gustaría saber de dónde surgió dicho término.

La exclamación ‘¡pardiez!’ está en desuso (como bien apunta la lectora), pero durante varios siglos fue un término ampliamente utilizado como eufemismo (forma de aludir a algo sin necesidad de decir una grosería o blasfemar) por aquellos que querían realizar un juramento o exclamar algo en nombre de Dios. Debemos tener en cuenta que durante gran parte de la Historia todo aquello que era blasfemar o decir el nombre de Dios en vano estaba considerado pecado y era perseguido por la justicia; por lo que, gracias al ingenio de la época, se buscó una fórmula en la que se enmascaraba el nombre del llamado Creador de una forma en la que no pudiesen acusarles de herejía al pronunciarla.

Podemos encontrar el término pardiez ampliamente referenciado en textos del Siglo de Oro español por autores como Cervantes, Lope de Vega o Quevedo.

Esta fórmula de juramento y/o exclamación suele ser contundente y viene a sustituir a ‘Por Dios’: ¡Pardiez! ¿has visto cómo me has puesto?, Deja ya de dar el coñazo, ¡pardiez!.

 

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