Todavía no me lo puedo creer. Estoy sola en casa por primera vez en muchos meses, en un silencio casi absoluto. No hay tele, ni radio, ni sonido en el ordenador. Es una noche libre de ruidos, de peleas adolescentes por quién recoge la mesa, de temazos bakalas y de pruebas de Supervivientes en la tele. ¡Qué paz!
-¿Puedo dormir en casa de M, que nos ha invitado a todos? Anda, di que sí, que mañana no hay clase, me ha pedido el pequeño a media tarde.
-¿Cómo que no hay clase?, he respondido sorprendida.
-Como que no, ya empezamos las vacaciones
Las vacaciones. Claro, ya están aquí sus días libres de Semana Santa, quién tuviera los de un estudiante. A mi, en mitad de una día complicado de trabajo, se me había olvidado totalmente.
Le he dejado quedarse en casa de su amigo y he seguido a lo mío. No había pasado ni un cuarto de hora cuando ha llamado el mayor para decir que salía a cenar con su padre y que dormiría con él.
Mis hijos no me habían dejado sola ni un solo día, ni una sola noche, desde hace meses. Y creo que me hacía mucha falta este pequeño descanso. Además, mañana no hay que despertar a nadie para que vaya a clase. ¡Voy a dormir como un bebé!
Diooosss, como te entiendo. Precisamente anoche sufrí una experiencia muy similar, salvando las distancias de los hijos, que no tengo.Esos momentitos para una sola, cuando tantos escasean, son un auténtico orgasmo. jejeje.
14 marzo 2008 | 11:11
eso eso… tu a dormir. ¡MARMOTA!
14 marzo 2008 | 11:15
La soledad de vez en cuando, no sabes la dosis de tranquilidad y gozo te encuentras. Yo, de vez en cuando lo experimento, y es en verdad orgásmico.
14 marzo 2008 | 13:29
Echaras de menos a la gente, ya lo veras, pero me parece muy bien los motivos por los que lo haces.
14 marzo 2008 | 13:46
La soledad siempre es buena en su justa medida. Vivimos en una sociedad atada al estres provocado por todo lo que tenemos que trabajar gracias a nuestros caprichos, aunque tambien por falta de planificación. Aprovéchate de esos momentos pero reza para que no sean demasiado largos ya que despues la ansiedad es el peor de los tormentos, mata por dentro y poco a poco al ser humano. Un saludo un beso y buena vida.
14 marzo 2008 | 15:17
Pues yo estoy esperando que sea el lunes por la mañana para poder levantarme y no tener que despertar a nadie, ir a mi ritmo y salir de casa sin prisas y con tiempo.
14 marzo 2008 | 15:46
Creo que es éste, el sitio idóneo para hacer esta pregunta. La cuestión es, que recibo en casa dos adolescentes(16 y 17 años y chicas) esta semana santa, yo no tengo hijos ¿que hacer con ellas?, me encantaría alguna que otra recomendación de gente con experiencia en divertir a adolescentes. Gracias de antemano.
14 marzo 2008 | 16:46
Amanda, tal vez deberías ponerte en contacto con Jana a ver si pueden quedar con sus hijos. Seguro que a ellos se les ocurren mil ideas para divertirse! Aunque no tengas hijos sabrás hacer que se lo pasen bien, seguro. Mientras no las lleves a ver procesiones!
14 marzo 2008 | 18:21
Yo lo que haría sería buscar a una amiga con hijos y planear días «libres de hijos» (o noches, vaya). Igual que mucha gente tiene la costumbre de turnarse para ir al trabajo en el mismo coche (cada día o semana en el de uno, ahorrando combustible, etc…) negociaría algún día a la semana o algunos al mes (o noches, o noches) para que ELLA se encargase de sus hijos… y de los míos. En justa contrapartida, otro día yo me encargaría de mis hijos.. y de los suyos.De este modo ella tendría días/noches libres garantizados. Y yo también. Y los niños encantados, en principio, supongo.:D
16 marzo 2008 | 4:49
Confiesa ahora cuánto les echaste de menos.Hay otra forma de «escaparse» de los hijos: te invito a cenar esta noche.
18 marzo 2008 | 15:07
Nunca os he entendido a los padres; en el fondo deseais estar solos.
23 marzo 2008 | 5:08
Hace unos 15 años tuve todo un mes de vacaciones para mí sola. Ya estaba divorciada, aquel año no pude tomar mis vacaciones en julio y mis hijos estuvieron con su padre todo el mes de agosto. No salí de casa y ¡qué gozada, todo un mes a reloj parado! Dormía cuando tenía sueño, comía cuando tenía hambre, salía cuando me apetecía, volvía a casa cuando me cansaba. Tuve tiempo para todo: para leer, para limpiar, para hacer labores, para ir al cine, a la piscina, con mis amigos. Un mes entero con la casa para mí sola. Un mes entero de silencio, sin tener que pelear por quién baja la basura o quién friega los platos o qué les habrá pasado que son las tantas y no han vuelto (aún no teníamos móviles). Un mes entero cocinando según mi capricho, sin tener en cuenta qué no le gusta a quién. Estoy deseando que el menor decida emanciparme para volver a tener mi casa, mi tiempo y mi vida para mí, que nunca la he tenido.
23 marzo 2008 | 22:20