Preparamos el viaje a Pahara y Dakura a conciencia. Compramos un contenedor de plástico para que no se mojen los equipos en caso de que llueva. Ponemos varias mudas de ropa y toallas en bolsas impermeables. Conseguimos una garrafa con 25 litros de agua. Y nos hacemos – con el jamón ibérico que mi buen amigo Sergio Carmona suele traer desde Madrid a cada viaje que compartimos -, una docena de bocadillos para aguantar durante los dos días que tenemos pensado internarnos en la zona asolada por el epicentro del huracán Félix. Una zona de por sí aislada del mundo, a la que sólo se puede acceder a través de canales de agua flanqueados por manglares.
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Dejamos el coche en la orilla de la aldea de Krukira y avanzamos por el muelle al final del cual nos esperaba Durán, el pescador, padre de 13 hijos, que nos va a conducir en su panga primero a Pahara y luego a Dakura. Sorprendidos por nuestra presencia, los miskitos nos siguen con curiosidad, observando las bolsas que no paran de salir del todoterreno, el contenedor estanco con los equipos, ellos que viajan durante días sin más que lo puesto.
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Sergio Ruíz, el conductor, parte de regreso hacia la ciudad de Puerto Cabezas. No pierde tiempo ya que está constantemente preocupado por los “bandoleros” – como los suele llamar – que pululan por esta zona sin ley, y mucho más aún desde el paso del huracán Félix. En la panga vienen también Alberto Martín, otro buen amigo que nos da una mano con los equipos y el sonido, y Avelino Cox, profesor universitario, autor de varios libros sobre la cultura miskita, que nos hace de guía e intérprete. Desde la parte trasera de la panga, el hijo mayor de Durán se hace cargo de gobernar el motor fuera de borda.
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Aunque mientras hacíamos los bocadillos y esperábamos a que amaneciera deseamos una y otra vez que la lluvia nos perdonase al menos durante las dos horas de viaje, lo cierto es que apenas abandonamos el muelle comienza a diluviar. Una tormenta implacable, que sacude la panga de un lado a otro, que nos hace imaginar cómo podría llegar a ser vivir un huracán. Sergio sale con su cámara a captar imágenes que formarán parte de futuros capítulos de Un día más con vida, al tiempo en que el resto aguantamos valientemente debajo de un plástico a que remita el temporal.
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El camino se hace eterno. Y en los momentos en que la panga sale al mar las olas la sacuden como si fuera una cáscara de nueces. Literalmente pasados por agua, tras tres horas de vaivenes, llegamos a Pahara. Adolfo Pineda Davis, líder de esta comunidad de dos mil habitantes, nos da la bienvenida. “Son los primeros periodistas que vienen a vernos, muchas gracias amigos, muchas gracias”, nos dice bajo la lluvia. Se lo ve notablemente emocionado. Junto a él se ha acercado al muelle una comitiva con la gente más influyente de Pahara, el consejo de ancianos y el juez, además de numerosos niños que observan con fascinación los equipos que rápidamente bajamos de la panga.
Como estamos calados hasta los huesos y llevamos en pie desde el alba, comentamos con Sergio, cuando aún no nos hemos adentrado en el pueblo que, una vez terminadas las presentaciones, deberíamos tomar algo caliente, comer y cambiarnos, para luego ponernos a trabajar.
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Pero el estado en que ha quedado Pahara tras el paso del huracán Félix nos hace desistir. Supera con creces los peores escenarios que hasta ahora hemos visto. Nada permanece en pie. Dos iglesias, una escuela y 160 viviendas de familias se colapsaron bajo la fuerza del viento. Seis personas murieron, dos desaparecieron y al menos una docena se encuentra en el hospital. Como si hubiese leído nuestras inteciones, Adolfo nos dice: “Me gustaría invitaros una taza de café pero no sólo no tenemos café sino que el viento se ha llevado hasta nuestros utensilios para cocinar”.
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En una suerte de tienda que han improvisado con plásticos y maderas, me siento a conversar primero con Adolfo y luego con los miembros del consejo de ancianos. Avelino traduce del mizkito. Sergio y Alberto, que han colocado el equipaje en una mesa, preparan los equipos.
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Tomo apuntes en medio de la multitud. Me cuentan cómo sucedió la tragedia. Me dan los nombres de los muertos. Me relatan de forma pormenorizada lo que han perdido: el ganado, las barcas, las redes, las armas.
Cuando estamos por terminar, Franklin, uno de los ancianos de la comunidad me dice: “Nos trajeron unos plásticos y un poco de arroz durante los primeros días. Después no han vuelto a venir. La situación es desesperada. Hace dos días que los niños no comen”. Con Sergio y Alberto nos miramos durante unos instantes. Observamos a las decenas de pequeños que se han congregado, bajo la lluvia, en torno a la tienda. Sus rostros mojados, sus grandes ojos negros. Los bocadillos de jamón ibérico abandonan la bolsa y pasan de mano en mano.
siempre leo tu blog aunque nunca escribo comentarios, lo que escribes se comentá por si mismo.Solo un saludo y felicitarte por tu trabajo y el de tu equipo.
30 noviembre -0001 | 00:00
Hernán, de nuevo conseguiste sorprendernos…eres un campeón!.Felicidades por tu trabajo y por ser de los primeros periodistas que transmitís la realidad agobiante de estas personas.Por favor,avisanos cuando haya alguna manera de mandarles algo!.Si habeis llegado ya vosotros, supongo que ya se habrá abierto un canal de ayuda,no?.Cómo no les enviaron lo básico para sobrevivir?.No me entra en la cabeza.Un abrazo fuerte y gracias!!
30 noviembre -0001 | 00:00
Buenas noches a todos. Las 10:59 de la noche en Puerto Cabezas.No suelo abusar de las anécdotas personales en el blog, pero en esta ocasión me parece que me sirve para hablar de las diferencias del mundo. La suerte que unos y otros hemos tenido.Abrazos!!
26 septiembre 2007 | 07:02
Creo que las tragedias, las guerras o cualquier mal imaginable; siempre se reflejan con notable demostración, en los niños. También creo que a través de ellos, y con ellos, debemos generar una ola de consciencia que no pueda ni surfear el mismísimo bush (sí, con minúsculas). Es precisamente esto lo que me alienta a detenerme a ver todos los días los trabajos de Hernán y tratar de aprender para que todos podamos hacer algo por ellos. No importa lo que hagamos, siempre hay algo que podamos hacer, para que de una vez por todas no nos queden los bocadillos en la mochila.Un abrazo, Javier
26 septiembre 2007 | 07:45
Estoy de acuerdo con Javier, creo que los niños siempre se llevan la peor parte en todas las tragedias que ocurren en la tierra. Ellos serán el futuro de nuestra sociedad y por lo tanto tenemos que cuidarlos y educarlos para que todo lo que está ocurriendo en este siglo no vuelva a ocurrir en un futuro.Un abrazo desde Barcelona
26 septiembre 2007 | 08:45
Hernán, las anécdotas personales nos dicen a veces mucho más en pocas palabras q cualquier discurso magistral q casi nadie entiende… yo agradezco no sólo las historias q nos cuentas, sino también la forma en q lo haces… personalmente estoy cansada y aburrida de ese periodismo frío y distante q abunda en muchos medios y q dejan indiferente a la mayoría… creo q necesitamos q este tipo de cosas se cuenten así, desde la cercanía, desde la implicación, ellos lo merecen y nosotros también…No sé si tus relatos los leerá mucha gente, pero a los q los leemos nos llegan muy profundamente… quédate con eso… ;-)Y siéntete orgulloso de q dónde no ha llegado aún quien debería haberlo hecho (la ayuda oficial), ya habéis llegado vosotros…Esperanzador relato… gracias…Besos.
26 septiembre 2007 | 09:59
Hola HernánUna vez más me ha encantado tu relato. Transmite información y sentimiento a la vez. Cosa que no es muy fácil que digamos.Así podemos imaginarnos mejor lo que hay más allá de las imágenes que vemos a diario en la tele. Podemos vivir lo cotidiano de situaciones dramáticas.La anécdota de Adolfo sin café y, sobre todo, sin cafetera que ofreceros por que se la ha llevado el huracán nos hace (o al menos a mi) más fácil meternos en el pellejo de los que sufren aquella tragedia.Dices que no te gusta abusar de anécdotas personales en el blog. Evidentemente cada uno escribe su blog como le parece, pero, desde mi punto de vista, has convertido lo personal en colectivo. Es cómo si todos viajáramos contigo.Desde Madrid me encantaría enviar unos cuantos bocadillos de jamón ibérico para todos, pero como eso no parece sencillo os envío un montón de abrazos.Javier
26 septiembre 2007 | 10:05
Los niños están creciendo y tú te estabas poniendo demasiado gordo, Hernán 😉 … No, ahora en serio, en realidad es indignante que no tengan nada para comer. Cuídate y sigue informando.
26 septiembre 2007 | 13:25
Hola,La verdad que es muy duro tanto para los mayores de sentir esa impotencia de no saber que hacer y de no poder dar de comer a sus hijos como el mal sentir de los niños de no entender nada, con la sola esperanza de que alguien les tiendan una mano…Pero que con todo eso siguen teniendo una sonrisa y un recibimiento muy grato para los «extrangeros».A uno se le encoje el alma leer,oír o como tú Hernán vivirlo en persona toda esa desgracia que se nos escapa de las manos…Pero tus estas allí,con ellos.Un poco de anecdotas en estas situaciones viene bien y de acuerdo con Carmen F,lo más importante no es la cantidad sino la calidad,eso viene en todos los casos,sean actos,gestos o palabras.Espero subirte el animo con esto que voy a decir.Muchos de nosotros hemos leído otros blog y un día entramos aquí,y volvimos a entrar al otro,al otro y al otro día.Por algo sera.Cada día que entramos,estrenamos contigo sentimientos,a veces silenciosas,compartidos entre líneas.Tus actos,tus palabras,tu mirada nos regalan el viento de allí a donde vas, al igual que las gotas de esperanza que aportas para otros.Así que te mando al igual que todos los de aquí,1 suspiro,1 abrazo y 1 sonrisa, y esperamos seguir paseando contigo en esa aventura que es la vida.Besos.Ra
26 septiembre 2007 | 14:50
Hernán !!!Me das una tremenda alegría que compartas la mesa con los demas, eso no tiene precio. Y en cuanto a tus anécdotas personales, eso nos muestra cada día más que faltan personas sensibles como tú.Un gran abrazo y muchos saluditos.** Alma **
26 septiembre 2007 | 15:42
Que tremendo. Pobres niños y pobres gentes. Olvidados e invisibles.Esta es la realidad que no sale en los medios.
26 septiembre 2007 | 16:27
Cuando hay un desatre natural, la ayuda es enviada al inicio, posteriormente nos olvidamos de ellos y la penurias que pasan. Teniendo en nuestros hogares una cama tibia en la cual cobijarnos, y el alimento sagrado que nos espera cada día. La falta de solidaridad, en todo el planeta se ha convertido lamentablemente en un algo que prima. Somos seres humanos, y cuando personas de nuestra misma especie sufren estas desaveniencias deberíamos de ocuparnos un poquito de ellos e ir en su ayuda.Saludos de Perú.
26 septiembre 2007 | 16:29
Observo, que cuando hay un reportaje morboso e inmhumano, los comentarios no se dejan esperar, en cambio cuando surge un escrito reflexivo, son pocas las personas que se atraven a opinar. ¿Hacia dónde vamos?, ¿cual es la verdad?.Saludos de Perú.
26 septiembre 2007 | 16:32
Hola Hernán,Como muchas otras veces, me he quedado sin palabras y con muchos sentimientos encontrados.Gracias y más gracias, por compartir tus vivencias con todos nosotros y por dejarnos acompañarte en éste y tantos otros viajes.Cuidate, un beso.Fabiana.
26 septiembre 2007 | 16:35
Hola Hernan!Soy Begoña de Valencia (21 años)Encontre el blog hace poco,leí q partías a nicaragua,y ya no me he podido despegar de el. Yo fui este verano a León, a unas dos horas de Managua,(llena de miedo por ser la primera vez q me atrevía a hacer un viaje de este tipo, pero sobretodo con muchas ganas e ilusion)e iba todos los días con «el busito» a un poblado cercano, en el q se encuentran personas que sufrieron las consecuencias del famoso huracan Mitch.Al leerte, he vuelto a revivir muchas situaciones, por un momento he vuelto a estar alli: los carteles de Daniel Ortega, las esqueléticas vacas y caballos,nombres q oí mucho como Franklin… Pero si algo recuerdo perfectamente de Nicaragua, es la amabilidad y simpatia de su gente, su forma de recibirte y darte hasta lo q no tienen, sus miradas y palabras de agradecimiento…Yo traté sobretodo con los niños, y puedo asegurar q ellos son con diferencia las victimas,pero sobretodo la esperanza, ellos seran el país en un futuro.Espero, como otros muchos, q nos hagas viajar hasta alli con miles de anécodtas más.Gracias y un abrazo!Begoña
26 septiembre 2007 | 19:00
Es increíble Hernán, como a veces hay mucha gente que subestima este trabajo del periodismo, que lo primero que viene a la mente es una persona detrás de un escritorio escribiendo en un pc, con papeles en todas partes y fumando.Sin embargo, al leer tu blog, se puede ver la tremenda diferencia, lo arriesgado y nos convences de que la bondad humana aún existe y claro, algunos somos demasiado afortunados.Abrazos.
26 septiembre 2007 | 20:02
El mundo está lleno de preciosos detalles y este es uno de ellos.Imagino que en ese momento en el que decidisteis compartir los bocadillos, a uno le deben asaltar esas sensaciones de abandono, de carencias que estarán sufriendo todas estas gentes.No dejo de admirar vuestra valentía, la de esas personas que lo están pasando mal…En todas nuestras casas solemos tener duplicados no solo de las llaves, también de cafeteras, mantas, herramientas.Si fuera posible enviarlas a nadie de este mundo le faltaría nada.Si hay posibilidad de escribirle a algún político o quien sea para espabilarlos… por aquí me parece que saldrían algunas cartitas…Gracias a ti, a tus compañeros por compartir bocadillos y grandes y emotivas “anécdotas” como tú mal llamas.Esas anécdotas aliviaron el hambre ….Un abrazo grande
26 septiembre 2007 | 20:31
No debería leerte mucho. Siempre termino llena de impotencia y tristeza.En fin, buen regreso de viaje.
26 septiembre 2007 | 20:38
Hola Hernan, creo personalmente que las anécdotas personales si vienen bien..por donde vayas…y mas si son tuyas..Todas aquellas anécdotas qeu nos hacen diferentes, que nos recrean el alma,todas aquellas historias qeu develen lo que uno hace en favor del otro,sin recompensas a cambio, todo ese ir y venir, de uno por el otro..hace que a la hora de correrse el velo…» esas anécdotas» » tus anécdotas» sean SUFICIENTE MOTIVO..para querer copiarte…para contagiar ganas s, para tomar conciencia.Por los niños…qeu son los que mas nos pegan en el alma, por todos aquellos que cada uno desde su lugar a aprendido a ver con otros ojos, por todos esos niños que forman nuestras historias personales…hoy mas qeu nunca pido..a todos y a cada uno que No callemos la esperanza que hay detrás de unos ojitos chiquitos y una cara llena de mocos.Por ellos, por los que hoy nos esperan…y esperan de nosotros esa mano tibia que les saque una sonrisa…hoy tambien te doy gracias querido Hernán pòr permitirme formar parte de tu viaje.Y ojalá pudiera vaciar mi mochila también por allí.De corazón abierto a corazón.Alejandra de Argentina
26 septiembre 2007 | 20:55
Qué triste es que estas personas estén tan solas. Que la atención de la comunidad internacional se haya centrado en otros lugares y que estos niños estén tan olvidados.Ánimo Hernán!Un beso.
26 septiembre 2007 | 21:55
Valor HZ Valor. Me enorgullece leerte todos los días.Suerte en tus travesías y un poco más de suerte a los menos afortunados.Saludos
27 septiembre 2007 | 01:11
Olá, Hernán;Estreou no Festival Internacional de Cinema do Rio o filme «Tropa de elite», sobre o Batalhão de Operações Especiais (Bope) da Polícia Militar:https://www.youtube.com/watch?v=RoxrdMukQu0O Bope é uma das instituições policiais mais violentas do país. Você deve ter convivido com eles em sua estadia no Rio.AbsSuzana
27 septiembre 2007 | 14:54
Los pueblos indigenas olvidados , me imagino los niños los ojos abiertos cuando les disteís los bocadillos.Los mizquitos olvidados en esas tierras sin llegar ni apenas su voz en los medios.Los niños la esperanza para un pueblo, el futuro de la humanidad.Gracias por compartir,muchas gracias.Un fuerte abrazo!!
27 septiembre 2007 | 18:27
Hola Hernán!Buenas Noches, no se que tan buenas sean en el lugar en que te encuentras, pero sin duda mejores para los habitantes de ahí ya que están ustedes con ellos, compartiendo su pan y su interés, algo que es invaluable, el saber que en medio de su desgracia existen personas que se preocupan por ellos y una vez mas tu les das voz a quienes no la tienen y nos compartes su día a día, y que decir de los niños, estarán encantados, seguro. Y no te límites en tus anécdotas, son excelentes.Un fuerte abrazo,Mayté
28 septiembre 2007 | 04:11
Tras un par de días, vuelvo a estar comunicado. Qué rabia me da. He releido el artículo y me acabo de dar cuenta de que había puesto dos de los últimos párrafos en el orden equivocado. Ya está subsanado.Me alegra Begoña haber podido traerte a la superficie tantos recuerdos de este maravilloso país.Sí Pablo, lo has visto bien, con tanto viaje y desajuste de horarios y comidas, un par de kilitos se han colado 🙂 pero ya me pondré con ello cuando me pueda sentar y pasar al menos un par de semanas en el mismo sitio.Abrazos a todos!!!
28 septiembre 2007 | 14:08
Increible, duro y a todas luces injusto, cuanta crueldad hemos creado entre todos.
29 septiembre 2007 | 02:38
Esta es mi segunda aportacion a este blog, creo que las anecdotas de las que hablas son las que mas humanizan tu trabajo, yo me siento transportado con tus historias, a pesar de la dureza de la gran mayoria de las cosas que escribes, debo reconocer que en el fondo es la mejor manera de estar realmente informado en este mundo el que vivimos, donde la informacion esta manipulada y controlada por unos cuantos. Gracias Zin.
29 septiembre 2007 | 04:38
Hay que explicar que esa zona de Nicaragua es la más pobre del país, ha sido la Africa nicaraguense, ya que todo el Mundo se ha aprovechado de las riquezas que hay ahí.También hay que decir que esa zona era colonia inglesa, y que los españoles la lucharon hasta unirla al Pacífico y centro nicaraguense, por eso es que nuestro amigo Hernan tuvo que hacer una travesía casi de Indiana Jones para llegar hasta ahí, ya que la capital Managua queda en la macro región del Pacífico donde vive casi el 80% de la población nika y se ubican las principales ciudades, incluso las coloniales.A mi lo que más me ha impactado son las fotos de la gente, y además el desastre ecológico en la selva. Quizás la gente dirá, ese huracán pasó en nicaragua y además en una zona remota del país, pero el golpe que ha recibido la selva lo va a pagar todo el mundo, ya que esa zona era una mini Amazonas.Gracias.
30 septiembre 2007 | 13:22
pobrecitos estos pequeños necesitan refugio y alimento adecuado para poder sobrevivir. estuve viendo los derechos del niño y me dí cuenta que alguien deve hacerse responsable de esto.cynthia navarrolicantén 2008
05 mayo 2008 | 03:59
pobrecitos todos los niños del mundo que no tienen que comer , y pobre de nosotro los que tenemos 3 comidas , la botamos en la basura y los demas niños deseando un poquito de comida y nosotro que la tenemos la botamos piensA esto un rato y veras que tengo toda la razon y si tienen dudas solo agregemed.bella01@hotmail.comcolombia . b/quilla _ atlanticosolo piensalo ………………………………………………………………..+
21 octubre 2008 | 22:03