La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘alimentos ecologicos’

Una granjera vestida de pollo recorre Europa

Rosa

El pollo Rosa, activista de gira por Europa. @39days4rosa

Tamsin French, la hija de una granjera de pollos ecológicos de Devon (Reino Unido), ha llegado a Madrid vestida de un pollo llamado Rosa. Su presencia en España forma parte de una peculiar gira de 39 días por la Unión Europea.  El recorrido 39Days4Rosa (39 días con Rosa) pasará por 21 estados miembros de la Unión Europea y acabará en el Parlamento Europeo de Bruselas el próximo 8 de septiembre.

«Rosa» exige que el etiquetado obligatorio de la carne de ave de corral sea claro con respecto al método de producción. Quiere que los consumidores puedan contestar a la sencilla pregunta de ¿cómo vivía este pollo? Una información muy importante para quienes nos consideramos consumidores responsables.

La esperanza de vida media de los pollos en granjas de producción intensiva es de 39 días. Alrededor del 90% de los pollos provienen de sistemas de explotación intensiva en recintos cerrados. No son animales felices.

A través de una nota de prensa remitida por la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA), French explica la diferencia entre esos pollos industriales y los que ella cría:

«Nuestros pollos de corral viven 56 días, y desde el momento en que son los suficientemente mayores para salir, pueden deambular por los campos llenos de árboles, desarrollando un comportamiento normal y natural. Es importante que los consumidores puedan identificar de una forma exacta y eficaz los sistemas que las granjas han usado para criar a sus pollos. El término «de corral» que aparece en las etiquetas describe exactamente la vida de nuestros pollos de corral».

Este verano, la Comisión Europea está revisando las etiquetas de la carne de ave de corral. Rosa quiere que se distribuya un etiquetado obligatorio veraz a los consumidores europeos. Según diversas encuestas, ocho de cada diez consumidores de la Unión Europea apoyan el etiquetado obligatorio de la carne de ave de corral con respecto al método de producción.

La propuesta no es tan extraña. De hecho, el etiquetado en el que aparece el método de producción ya existe en los huevos de gallina, pero no existe aún para la carne de pollo.

Como explica French, «la Comisión Europea ha reconocido que el etiquetado obligatorio le da a los productores la oportunidad de hacer una distinción de precio y ganarse la vida de una forma más justa y mejor».

En 2012, la Comisión Europea prometió a los consumidores mejorar la información sobre las granjas y el bienestar animal.  Con el etiquetado obligatorio de la carne de ave de corral sólo requiere un simple cambio de ley.

La verdad es que, metida en tan plumífero disfraz, por Madrid y en pleno verano, esta pobre chica va a acabar asada cual pollo. Pero sin duda su sacrificio redundará en beneficio de todos, consumidores, productores y, por supuesto, animales.

Puedes seguir el recorrido de Rosa por Twitter (https://twitter.com/39days4rosa) y Facebook (https://www.facebook.com/39Days4Rosa).

@39days4rosa

Rosa en Madrid, emulando a Don Quijote con un sorprendente activismo @39days4rosa

Si te ha gustado esta entrada quizá te interesen estas otras:

¿Son realmente más saludables los alimentos ecológicos?

¿Son los alimentos ecológicos más saludables que los convencionales? La pregunta nos la hacemos cada día más gente. Y la respuesta nos ha llegado de la mano de una profunda revisión científica dirigida por investigadores de la Universidad de Stanford (USA). Por desgracia, su difusión en la prensa se tergiversó, concluyendo que

“tanto gastar un poco más en alimentación, tanto esmerarse en acudir a tiendas con conciencia, en buscar productos «más naturales», y resulta que los alimentos orgánicos apenas son un poco más sanos”.

Extrañado, he acudido a la fuente original, el artículo publicado en Annals of Internal Medicine. Y lo que allí se dice es muy diferente.

Los científicos han analizado 17 estudios en humanos y 223 estudios en alimentos. Es cierto que no se han encontrando relaciones significativas entre alergias y tipo de comida. Que se han detectado niveles de pesticidas más bajos en la orina de los niños que consumen dietas orgánicas frente a las convencionales, pero no en los adultos. Se demuestra, sin embargo, que comer frutas y vegetales ecológicos reduce hasta un 30% la exposición a los plaguicidas. Respecto a las carnes, la contaminación bacteriana de pollo y cerdo es baja en ambos. Pero en la carne industrial la resistencia a los antibióticos es un peligroso 33% superior.

Concluye el estudio que los alimentos convencionales son tan nutritivos como los ecológicos aunque reconociendo que, sin sobrepasar los límites legales, nos aportan muchos más plaguicidas y bacterias resistentes. No estoy de acuerdo. En los orgánicos se aprovecha hasta la piel y se disfruta de unos sabores inigualables, por no hablar de su beneficio medioambiental en el agua, la fauna y la flora, además del apoyo a la producción local. ¿Son más saludables los alimentos ecológicos? Este estudio lo confirma ¿no te parece?

Puedes seguirme (si quieres) en Twitter (@lacronicaverde) y en Facebook (www.facebook.com/lacronicaverde)

Comedores escolares ecológicos ¿Por qué no?

La mayoría de nuestros hijos come diariamente en los comedores escolares. Allí no sólo les deben enseñar a comer bien, sino que también les deben de dar de comer bien. Y si queremos una alimentación sana debemos exigir que en esos comedores escolares se apueste por los productos ecológicos y de proximidad, como ya se hace en varias escuelas públicas andaluzas.

Diferentes estudios científicos han demostrado los beneficios para la salud de una dieta basada en este tipo de alimentos, especialmente en grupos tan sensibles a las sustancias tóxicas como son los críos. Según estos trabajos, los niños con alimentación biológica tienen unos niveles de pesticidas hasta seis veces más bajos que los que consumen productos no biológicos. Los organofosforados utilizados en la agricultura aparecen en su orina, pero prácticamente desaparecen cuando pasan a comer productos orgánicos. Las concentraciones habituales son muy bajas, es verdad, pero hay dudas más que razonables de hasta qué punto no nos estamos envenenando todos poco a poco, los niños primero.

España es el primer productor europeo de productos ecológicos, pero el 98 por ciento de esa producción se destina a la exportación. Evidentemente tenemos capacidad para acometer el cambio en los comedores escolares. Casi ilimitada, pues cuanto mayor sea la demanda más serán los agricultores que abandonarán la producción tradicional para pasarse a la orgánica, de mayor rentabilidad, bajo impacto ambiental, alta calidad nutritiva, libre de residuos tóxicos y llena de aromas y sabores auténticos. Además fomentaríamos el desarrollo del mundo rural, manteniendo su cultura y paisaje ahora gravemente amenazada.

¿Por qué no se hace? Por ahorrar, aunque el pescado venga de Vietnam, las manzanas de Chile y el aceite (o algo así) de vaya usted a saber dónde.


**Comparte con tus amigos este post:

Bookmark and Share

Alimentos ecológicos: mejores y más sanos

No es por fardar (bueno, sí lo es), pero acabo de comerme una ensalada de tomates, pepinos y pimientos biológicos sensacionales producidos en la mejor denominación de origen posible. En mi huerta. Me dirán que es imposible, teniendo en cuenta lo intempestivo del calendario y las heladas otoñales de estos días, pero les recuerdo que vivo en Canarias, y a cambio de perderme el otoño disfruto de una primavera eterna.

A pesar de mi aislamiento, también aquí tenemos una incipiente agricultura biológica, la mayoría promovida por vecinos alemanes. Nada que ver con esos hipermercados orgánicos deliciosamente gigantes de Nueva York. Pero llegaremos a ellos pues, por suerte para todos, el mercado de los alimentos ecológicos aumenta en Europa entre un 20 por ciento y un 40 por ciento al año, consecuencia de nuestra mayor preocupación por lo que comemos y nuestra creciente sensibilización medioambiental.

A pesar de ello, todavía hay algunos que niegan el mayor sabor y más beneficios para la salud de este tipo de alimentos obtenidos sin pesticidas ni abonos químicos. Lo ven como una moda de nuevos ricos.

Pues están equivocados.

Los primeros resultados del proyecto Quality Low Input Food (QLIF) han demostrado que las frutas y las verduras orgánicas contienen hasta un 40 por ciento más de antioxidantes que otros cultivos no orgánicos. Y aún mayor son los contrastes hallados con respecto a la leche, con variedades orgánicas que contienen hasta un 60% más de antioxidantes y ácidos grasos beneficiosos para la salud, pues ayudan a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas e incluso cáncer.

El coordinador del proyecto, el profesor Carlo Leifert de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), ha anunciado a la prensa los hallazgos del proyecto de investigación más grande llevado a cabo jamás sobre los beneficios de los cultivos y los alimentos orgánicos. En opinión de Leifert, los resultados sugieren que comer alimentos ecológicos equivale a comer una porción extra de frutas y verduras al día.

Son más sabrosos, más sanos, más respetuosos con la naturaleza y además más beneficiosos para las economías locales. El sistema de producción orgánico genera más empleo, pues requiere de mucha mano de obra, y se basa en pequeñas explotaciones locales, la mayoría familiares, ayudando a sustentar economías rurales en lugares privilegiados donde es difícil vivir de la agricultura y la ganadería industrial. Lo más parecido al Comercio Justo.

España es el segundo país de Europa con mayor número de hectáreas dedicadas a la agricultura ecológica, más de 800.000, que crecen a un ritmo del 10 por ciento anual. A pesar de ello, sólo el 9 por ciento de los españoles compramos habitualmente este tipo de productos. Muchos porque son más caros, pero muchos más por no ser tan plásticamente atrayentes.

Qué quieren que les diga. Más caro es un televisor de plasma y se venden miles todos los días. Y en mi modesta opinión, el placer de saborear un buen tomate ecológico con una pizca de sal marina y un chorrito de aceite de oliva virgen supera con creces a la sensación de ver el Aquí hay tomate en 60 pulgadas.