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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

El nivel del mar ya ha subido 21 centímetros en Canarias ¿Hacemos algo?

Olas junto al auditorio Alfredo Kraus, en Las Palmas de Gran Canaria

El nivel del mar de la Cuenca Oceánica de Canarias ha subido 21 centímetros en el último siglo, un dato muy preocupante difundido por el proyecto europeo Mac-Clima que demuestra la fragilidad del archipiélago ante una crisis climática que pone en peligro el futuro de sus habitantes.

Mares más altos significan más inundaciones y menos playas; por lo mismo, una grave amenaza para esa industria turística sobre la que se basa el 35% de su Producto Interior Bruto (PIB) y el 40% del empleo.

Todos los estudios científicos predicen un futuro entre malo y muy malo. Pero a pesar de haberse decretado la emergencia climática en la región, las propuestas de los políticos para salir de la crisis siguen apostando por un turismo masivo y una activación de la construcción que acelerará el temido cambio climático.

¿No sería mejor buscar alguna alternativa?

Por mucho que cerremos los ojos el monstruo sigue enfrente de nosotros. Según Dolores Pérez, investigadora del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la temperatura del agua ha subido en Canarias 0,3 grados en los últimos 60 años, a razón de 0,07 grados por década desde los noventa, lo que ha tenido como consecuencia la elevación del mar en 21 centímetros.

Los datos obtenidos por satélite reflejan que ese aumento ha sido desigual. En zonas de mar abierto fue de 0,03 a 0,21 grados por década, mientras que en las áreas más cercanas a África no ha aumentado la temperatura gracias al afloramiento de aguas profundas más frías.

Menos ciencia y poca conciencia

Nada debería de ser más importante que dedicar medios y recursos a las investigaciones sobre cambio climático, pero la realidad contradice esta lógica.

Para conocer con más detalle estas tendencias climáticas se hace necesario intensificar el muestreo de las aguas de Canarias, lo que no se hace. Actualmente las islas carecen de un buque oceanográfico y solo pueden realizar mediciones una vez al año, denunció Pérez.

¿Hacemos algo?

Respondiendo a la pregunta de este titular ¿hacemos algo?, la respuesta es tan directa como desoladora: no hacemos nada.

El Titanic se está hundiendo. Esta pandemia de la covid-19 es un aviso de lo mal que estamos gestionando nuestra relación con esa naturaleza de la, no lo olvidemos, formamos parte.

Pero mientras el barco empieza a escorarse peligrosamente, nuestros responsables siguen amontonados en la orquesta, dándose con los violines en la cabeza.

Y nosotros, entretenidos con el soniquete, nos vamos de compras al centro comercial al grito de «gastemos, gastemos, que el mundo va a acabar».

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