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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Bulgaria vende sus mejores cerezas a España

Los jóvenes búlgaros Plamen, Violetta y Stoyan posan orgullosos delante de su pequeño sueño empresarial, Cherry Dreams.

Plamen Mihaylov, empresario, 38 años, Stoyan Mandzukov, agrónomo, 32 años, y Violetta Dimitrova, 23 años, experta en packaging, tienen un sueño de color picota: Cherry Dreams. Una empresa agrícola búlgara creada por ellos en 2008, apenas un año después de que su país entrara en la Unión Europea. Y donde las mejores cerezas, las de Calidad I, se envían directamente a España. «Allí es donde nos las pagan mejor», justifica Plamen. A un euro el kilo. Un precio estratosférico en un país donde el sueldo medio está en los 250 ó 300 euros.

Las cerezas buenas, pero no tanto, se envían a Italia. Quizá por esa razón Plamen, hombre fornido, muy moreno, jovial, habla un italiano fluido, mejor incluso que su buen inglés.

Lo que motivó a estos jóvenes a meterse en el negocio de la producción de cerezas fue su deseo de crear una granja agrícola moderna, pero enraizada en las tradiciones agrícolas búlgaras. Han elegido su pueblo, Shtarkovo, situado a 80 kilómetros de Sofia, la capital del país.

Estamos en el fértil valle de Tracia, cerca de la ciudad de Pazardzhik, a los pies de las Montañas Viejas, una muralla natural que protege sus árboles de fríos y heladas. Actualmente cultivan 40 hectáreas de cerezos en su mayoría casi recién plantados, pero su ilusión es aumentar la producción hasta las 78 hectáreas y entrar también en el cultivo de pimientos, brócolis y hasta kiwis. De momento la producción es modesta. Procesan al año 880 toneladas de fruta destinada a su consumo en fresco, que mayoritariamente se exporta.

Les va muy bien. Durante la época de la cosecha tienen 15 personas trabajando en el campo y hasta 25 en la planta de selección y empaquetado. Muchos trabajadores son mujeres, jóvenes y no tan jóvenes. También varios pertenecen a la etnia gitana, algo muy de agradecer en un país donde la integración de esta minoría sigue siendo una asignatura pendiente a pesar de su importancia: 650.000 personas según los últimos censos, alrededor del 8% de la población total, pero con una tasa de paro del 46%.

Antes de irnos los periodistas que visitamos esa explotación invitados por la Comisión Europea probamos las cerezas. Riquísimas. Dura competencia para las españolas del Jerte o del burgalés Valle de Las Caderechas.

En este vídeo subido a mi canal de YouTube resumo la visita. Y ya sabes, se agradecen likes y suscripciones entusiastas.

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2 comentarios

  1. Dice ser Oscar

    Pues nada, hagamos propaganda de cerezas foráneas y a las de aquí a menor precio.
    Con periodistas como vosotros vamos en caída libre y de culo….
    Por cierto ir por la vida de ecologista y estar constantemente de viaje por el mundo utilizando combustibles fósiles en tus viajes no cuadra……yo cuando sea mayor quiero ser como tu…..y vivir como tu dándomelas de ecologista….

    01 julio 2018 | 10:39

  2. Dice ser pim-pam-pum

    Y yo pregunto, ¿Habrá alguien que las venda como cerezas del Valle de Jerte? Porque igual que hacen pasar en Canarias naranjas de otro sitio por las de allí, bananas por plátanos , naranjas marroquíes por valencianas, igual ya hay algún listillo que está haciendo el negocio, si no del siglo, al menos redondo.

    02 julio 2018 | 18:29

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