La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

El picudo amenaza de muerte al palmeral de Elche

Palmeral Elche

El palmeral de Elche (Alicante), el más grande y bello de Europa, se muere. Un terrible escarabajo asiático lo está devorando sin que hagamos otra cosa que contabilizar sus víctimas. La plaga del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) avanza imparable a un ritmo cada vez más vertiginoso. 50 árboles al mes sólo en el palmeral histórico, plantado por los árabes hace doce siglos y declarado por la Unesco ¿inútilmente? Patrimonio de la Humanidad. El desastre es total. En todo el municipio llevan taladas este año 27.816 palmeras. 165.000 desde 2010.

Una sola hembra del voraz insecto vive hasta tres meses, tiene puestas de 300 a 500 huevos y es capaz de volar decenas de kilómetros en busca de nuevos árboles.

Se ha probado toda clase de técnicas de eliminación, desde insecticidas inyectados o aplicados en duchas hasta nemátodos, hongos e incluso microondas, pero de momento lo único efectivo es avisar si se ve alguna afectada, talar e incinerar todos los ejemplares contaminados, prohibir las podas, controlar su venta. Lo que no se hace.

No sólo perdemos palmeras. No sólo las de Elche. Nos estamos quedando sin paisaje levantino, ya no somos capaces de entender los versos de Miguel Hernández o las luminosas pinturas de Joaquín Sorolla.

Esqueléticos troncos sombrean ahora las barracas valencianas, amenazan paseantes en los jardines de Sevilla, Málaga o Murcia.

El palmito (Chamaerops humilis), la humilde palmera europea, corre idéntico peligro. Como los bosques isleños de palmera canaria (Phoenix canariensis), únicos en el mundo y por ello insustituibles, pero igualmente infectados.

La plaga llegó con ejemplares importados de Egipto. Los queríamos tan grandes como los egos de nuestros sueños de ladrillo especulativo. Y ahora pagamos el pecado perdiendo lo que más deberíamos amar. El dulce balanceo de esa palmera acariciada por un levante otoñal.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interesen estas otras:

Los comentarios están cerrados.