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Los dos grandes fallos al intentar detectar mentiras

Nos guste más o menos, el engaño es una característica central de nuestra vida social. La mayoría (si no todas) de las relaciones humanas involucran alguna forma de engaño, o al menos la posibilidad de que ocurra. Las mentiras existen entre aquellos a quienes amamos y confiamos tanto como entre aquellos que no nos agradan, e incluso ocurren entre completos desconocidos.

Fotografía de la representación de la ópera de Otelo

Fotografía de la representación de la ópera de Otelo – MusiTour

Nuestro afán por conocer la verdad a veces nos obsesiona pero hay una serie de errores con los que tenemos que contar si queremos ser justos. Los dos mayores fallos de juicio en la detección del engaño son: el «peligro de Brokaw» y el «error de Otelo».

El primero se refiere a no tener en cuenta las diferencias individuales y juzgar un mismo indicio de igual forma en diferentes personas. Es muy difícil intentar captar una mentira cuando no se conoce nada del otro y no estamos familiarizados con su comportamiento habitual.

Entonces, podemos no creer a alguien que dice la verdad por el simple hecho de que está nervioso, bueno, es que quizás tiene siempre una actitud similar porque puntúa muy alto en una escala de neuroticismo, por ejemplo.

La mejor premisa para ‘pillar’ una mentira es detectar cambios importantes en la conducta, observar alteraciones sospechosas que nos hagan inferir que la persona no se está comunicando de una manera ‘normal’ para él.

El error de Otelo tiene su origen en la famosa tragedia de William Shakespeare, Otelo asumió erróneamente que la expresión de miedo de Desdémona era la reacción propia de una mujer que le había traicionado. No entendió que el simple hecho de observar una emoción no te dice qué causó esa emoción. Desdémona temía por su vida, lloraba por la desconfianza de su esposo y no por la muerte de su supuesto amante.

El miedo a no ser creído cuando uno es inocente se ve igual que el miedo a ser atrapado cuando se es culpable; o, por ejemplo, la emoción de ira en un sospechoso de delito, solo profundizando es posible determinar si el enfado es el resultado de estar bajo sospecha injustamente o si siente rabia hacia el entrevistador por tratar de atraparle como el ejecutor de un delito que ha cometido.

Por tanto, el error de Otelo se trata de no reconocer que una persona sincera, pero sospechosa de mentir, puede mostrar los mismos signos emocionales que un mentiroso.

De este modo, comprobamos que los errores en la detección del engaño no solo implican creer a un mentiroso, sino también, y lo que puede ser peor, no creer en una persona sincera. Las consecuencias pueden ser desastrosas.

 

 

*Fuente: PaulEkmanGroup

 

 

 

Tu bebé sabe cuándo mientes

Si crees que puedes fingir emociones con tu bebé estás equivocado. Investigadores de la Universidad de Concordia descubrieron en el año 2013 que los bebés de 18 meses ya pueden darse cuenta de que algo no encaja cuando  los sentimientos y las reacciones no se alinean.

Las implicaciones de este estudio son significativas, especialmente para los cuidadores. «Nuestra investigación muestra que no se puede engañar a los bebés para que crean que, por ejemplo, algo que causa dolor resulta en placer. Los adultos a menudo tratan de proteger a los bebés de la angustia poniendo una cara feliz después de una experiencia negativa. Pero los bebés saben la verdad: desde los 18 meses, pueden entender implícitamente qué emociones van asociados con qué eventos «, declaró el profesor de psicología Poulin-Dubois.

Fotografía Pixabay

Para realizar el experimento, ella y su candidata al doctorado Sabrina Chiarella reclutaron a 92 bebés con 15 y 18 meses de edad. En un entorno de laboratorio, los bebés observaron cómo un actor pasaba por varios escenarios en los que las reacciones emocionales iban con o en contra de las experiencias. En un caso, el investigador expresó una emoción que no coincidía, estar triste cuando se le presenta un juguete deseado. En otra, ella expresó una emoción que acompañaba a la experiencia, reaccionando con dolor al fingir lastimarse el dedo.

A los 15 meses, los bebés no mostraron una diferencia significativa en las reacciones a estos eventos, mostrando empatía a través de sus expresiones faciales a todos los rostros tristes/de dolor. Esto indica que la comprensión del vínculo entre una expresión facial después de una experiencia emocional es una habilidad que aún no se ha desarrollado en esa etapa.

A los 18 meses, sin embargo, los bebés detectaron claramente cuando las expresiones faciales no coincidían con la experiencia. Pasaron más tiempo mirando la cara del investigador y se reunieron con el cuidador en la sala para que pudieran evaluar la reacción de una fuente confiable. También mostraron empatía hacia la persona solo cuando su rostro compungido estaba justificado.

Chiarella explica que la indiscriminada muestra de preocupación por los rostros tristes en los bebés más pequeños es un comportamiento adaptativo. «La capacidad de detectar la tristeza y luego reaccionar de inmediato tiene una implicación evolutiva. Sin embargo, para funcionar de manera efectiva en el mundo social, los niños necesitan desarrollar la capacidad de comprender los comportamientos de los demás al inferir lo que está sucediendo internamente para quienes los rodean».

Adorables… ¡Aquí tenéis la muestra! 🙂

 

*Fuentes de consulta:

Universidad de Concordia. «Los bebés saben cuando estás fingiendo, según muestran los investigadores de psicología». Ciencia diaria. ScienceDaily, 16 de octubre de 2013. <www.sciencedaily.com/releases/2013/10/131016145638.htm>.

https://www.sciencedaily.com/

Los peligros de aprender a detectar microexpresiones faciales

Por definición, las microexpresiones faciales filtran las emociones que las personas no quieren que los demás sepan que están sintiendo. A veces, incluso la persona que muestra esta reacción no es consciente de la emoción que se está filtrando. Si nos entrenamos en esta práctica de captar micreoexpresiones nos permitirá ‘aprovechar’ esta información oculta de los demás (y, en cierto sentido, la estaremos robando).

¿Quién tiene el derecho a hacerlo, a arrancar la máscara y desvelar el rostro real? Paul Ekman advierte que «Ciertamente, los agentes de la autoridad. Aunque he sostenido, de forma reiterada, que los agentes entrenados para detectar micros deben ofrecer a aquellos con los que hablan la posibilidad de usar una máscara facial». Es decir, respetar que los seres humanos mintamos, socialmente, por un bien mayor, por no dañar, por autodefensa, por minimizar o exagerar hechos o por lo que sea…

La Constitución nos protege de la autoincriminación, pero las microexpresiones pueden proporcionar al agente de la autoridad la posibilidad de descubrir tales detalles incriminatorios, simplemente con lo que la persona muestre involuntariamente. ¿Sería ético en personas entrenadas en detectar microexpresiones no informar a los interrogados de esta invasión en su privacidad? ¿Los presuntos delincuentes no tienen derecho a usar una ‘máscara’ para preservar su protección?

Lo que es más, son muchos los profesionales (abogados, negociadores, políticos, banqueros, operadores comerciales, vendedores, etc) cuyos intereses no siempre son los ideales, y ahora pueden, sin previo aviso, invadir la privacidad de sus interlocutores.

Los formadores en la materia no nos paramos a pensar en estas cuestiones cuando entrenamos en esta potente herramienta de comunicación no verbal, permitimos la invasión en un terreno muy privado de la vida de las personas: los sentimientos que no quieren que todo el mundo (y, a veces, nadie) sepan que están experimentando .

Y, sin embargo, la invasión de este tipo de privacidad puede servir, y mucho, al bien público. Los seguidores de este blog lo sabrán bien, la colaboración tan enorme que la lectura gestual aporta a áreas como la comunicación, educación, medicina, criminología, etc. Ayuda a sintonizar y conectar con nuestro interlocutor y encontrarnos, por tanto, en mejores condiciones para ayudar.

Todo lo que podemos esperar es que todo este conocimiento vaya a ser utilizado en mayor medida por lo que consideramos bueno, para ayudar a la gente, más que para dañar, engañar o explotar a la gente. Y vosotros… ¿qué pensáis?

*Referencia: PaulEkmanGroup

¿Psicópatas como detectores de mentiras?

Los rasgos psicopáticos no dejan de suscitar interés. Uno de los post más leídos de mi blog ha sido el de: ¿Conoces a algún psicópata? Doce señales no verbales para identificarlos. Es un tema apasionante y por suerte muy estudiado por la comunidad científica.

Kevin Dutton, doctorado en psicología y miembro de la Royal Society of Medicine, así como investigador en la Universidad de Oxford, propuso una nueva aproximación al estudio de la mente psicopática. La idea le surgió de una forma muy curiosa. Estando en un aeropuerto se encontró con un compañero suyo con el que comentó, de forma desenfadada, cuan nerviosa se pone la gente cuando debe pasar por los detectores aunque no escondan nada.

Fue aquí cuando Dutton se preguntó, si un psicópata podría hacer un bien a la sociedad, trabajando, por ejemplo, en aeropuertos para detectar personas que están intentando esconder algo y que por lo tanto su forma de caminar, moverse y comportarse no es la habitual por encontrarse en una situación de vulnerabilidad y peligro. Ya vimos anteriormente cómo los psicópatas son expertos en elegir a sus víctimas a través de la comunicación no verbal de éstas, señales que les hacen pensar que serán «presas» fáciles.

El experimento:
Dutton seleccionó a 30 estudiantes universitaros, la mitad de los cuales habían puntuado alto en la Escala Autoinformada de Psicopatía, y la otra mitad bajo. Por otro lado, había cinco personas (amigos del investigador) que debían entrar por una puerta, y salir por la otra, cruzando de este modo toda la clase. De estos cinco había siempre uno que llevaba un pañuelo rojo.

Para aumentar la motivación de los impostores (los que llevan el pañuelo rojo), y el esfuerzo por pasar desapercibidos, el investigador daba 100 libras a los propietarios del pañuelo. De este modo, si conseguía pasar sin ser detectado podría quedárselos.

El propio investigador quedó impresionado con los resultados: Más del 70% de la muestra que puntuaba muy alto en la Escala de psicopatía detectaron correctamente a la persona que escondía el pañuelo, frente al 30% de los que puntuaron bajo.

¿Creéis entonces que los psicópatas podrían ser seres realmente útiles para el bien social? ¿Son humanos con capacidades y habilidades superiores al resto?

 

Fuente de consulta: PsicoWisdom

7 claves para saber si te mienten en un whatsapp

whatsapp-adiccionCuando hablamos cara a cara con alguien podemos apreciar ciertos matices del mensaje a través de la expresión facial, los gestos, la mirada, incluso en la voz, que nos ayudan a interpretar si lo que dice la persona es coherente o no con su lenguaje corporal. Sin embargo, al leer solamente un texto escrito a través del whatsapp, o del correo electrónico, perdemos las pistas de los canales de comunicación no verbales, pero dispondremos de otros para valorar cierta credibilidad o no en lo que nos escriben.

A esta corriente se la conoce como análisis del testimonio, y más concretamente, indicadores estratégicos de la mentira. Aunque detectar a un mentiroso a través de un escrito es más complicado, según ha explicado al Wall Street Journal Tyler Cohen, oficial de inteligencia de la Agencia de Inteligencia de la Defensa estadounidense (una especie de CIA militar), “la mayor parte de las personas prefieren ser sinceras y, por ello, cuando mienten, la verdad se acaba filtrando”.

Para saber si alguien no está siendo del todo sincero con nosotros, Cohen sugiere utilizar una versión modificada de la técnica que utilizan la policía y los jueces para buscar el engaño analizando al detalle las palabras que ha utilizado un acusado. Ojo. No perdamos la cabeza con esto, y nos creamos un ‘detectores de mentiras con patas’. Incurrir en uno de estos tips no implica directamente que nos mientan. Debemos asegurarnos antes de cuál es la forma natural y recurrente que tiene nuestro interlocutor al escribir y detectar cambios, esto siempre será clave para realizar conclusiones más precisas.

  1. Utiliza un lenguaje enfático: Que nuestro interlocutor dé mucha importancia a algo no significa que nos esté mintiendo, pero sí que quiere que nos creamos lo que está diciendo, y esto puede indicar que se trata de un engaño. Si repite la misma idea una y otra vez, pero de distintas formas, también podemos empezar a desconfiar.
  2. Utiliza un lenguaje distante: Al mentir, inconscientemente tratamos de alejarnos de lo que estamos diciendo. Por ello, si estamos contando algo que es falso, preferimos omitir en la medida de lo posible los pronombres personales y hablar de terceras personas o cosas. Frases del tipo “hubo una fiesta después del trabajo y duró más de lo esperado”,  “el tren se retrasó”, “la reunión no acabó a tiempo”, pueden ser motivo de sospecha. Mantente alerta si alguien que suele hablar usando la primera persona deja de utilizarla.
  3. No te contesta a lo que preguntas: Mentir es incómodo, y si una respuesta a lo que preguntas implica tener que fingir o decir una verdad desagradable, tu interlocutor puede simplemente ignorarla, o contestar de forma muy escueta para cambiar de tema de inmediato.
  4. Utiliza expresiones exculpatorias: Las personas que mejor mienten son aquellas que se sienten cómodas en la mentira, y no tienen ningún conflicto moral al engañar a alguien. Pero la mayoría de la gente se siente mal cuando engaña a otra persona y, por eso, antes de soltar una mentira utiliza expresiones exculpatorias del tipo “para ser sincero”, “no hay nada de qué preocuparse”, “odio decirte esto pero…”.
  5. No escribe como suele hacerlo: Todos tenemos estilo propio a la hora de contestar un correo o mensaje, y si estamos mintiendo tendemos a cambiarlo. Si tu interlocutor no está escribiendo de la forma que suele hacerlo puedes empezar a desconfiar. La gente que se enrolla mucho cuando miente suele ser más escueta, y la gente poco habladora escribe más de la cuenta cuando lo que dice no es verdad. Es decir, actúa justo de forma contraria a su patrón base de conducta.
  6. Utiliza expresiones ambiguas: Por ejemplo, “casi seguro”, “probablemente”, “debería” o “quizás”, pueden ser un indicativo de que la persona te está ocultando algo. Para no mojarse se sale por la tangente: ocultar la verdad es mucho más sencillo que mentir.
  7. Cambia repentinamente de tiempo verbal: Cuando estamos describiendo un evento pasado solemos utilizar verbos en pasado. Pero si estamos mintiendo, y nos estamos inventando las cosas sobre la marcha, es sencillo que, sin darnos cuenta, empecemos a hablar en presente, o que los tiempos verbales no cuadren.

¿Lo habéis notado alguna vez? 🙂

¿Detectar Mentiras? Mejor en grupo #estudiocientifico

interrogatorioUno de los retos más interesantes de la comunicación no verbal es analizarla para poder detectar mentiras. Es un área complicada, ya vimos la forma más eficaz de conseguirlo, según la ciencia, y los mitos que se han divulgado al respecto (pincha aquí para leer el artículo).

Ahora, una investigación liderada por Nadav Klein, de la Universidad de Chicago, nos revela novedosos resultados descubiertos por causalidad; y es que el objetivo real del estudio estaba dirigido a medir la habilidad real del ser humano para detectar mentiras. El grupo de expertos quedó decepcionado con los resultados originales, puesto que no arrojaron mayores luces sobre el proceso de descubrir un engaño a través de la conducta no verbal.

Pero este experimento tuvo una particularidad que resultó ser muy importante, no solo se realizaron pruebas a los participantes en solitario, sino que en el grupo control se aplicaron los ítems del estudio en equipos de al menos 3 personas. Pues bien, uno de los investigadores, al contrastar los datos con los de los grupos de control, descubrió una singularidad en el desempeño de éstos: sus aciertos eran más numerosos.

Al reenfocar el estudio concentrándose en los grupos, el equipo de Klein determinó que la discusión entre tres o más observadores aumentaba su eficiencia global al detectar mentiras. El investigador atribuyó este fenómeno, principalmente, a que todos observamos de manera distinta, y nuestras percepciones con frecuencia se ven matizadas por nuestros prejuicios y estilos de personalidad. Al discutir y comparar la observación de cada quien, es más fácil neutralizar los prejuicios individuales y llegar a una conclusión más clara y fidedigna.

La conclusión puede resumirse así: En grupos de 3, nuestra capacidad para detectar mentiras mejora en un 10%. Así que una de las condiciones que debes considerar para que te sea más fácil descubrir el engaño, es compartir tus impresiones con al menos dos personas más que también hayan presenciado el hecho (y mejor aún si han estudiado formalmente este conocimiento).

 

 

 

*Fuente de consulta: lenguajecorporal.org

Dime dónde miras y te diré si mientes, ¿es cierto?

Envidia_Envy_Eyes_dont_lie_(4254867826)Hay quienes defienden que es posible saber si una persona miente gracias a la dirección de su mirada mientras habla, de tal forma que si alguien orienta su mirada hacia la derecha no estará siendo sincero, pues visualiza un suceso ‘construido’ por su mente, o bien, imaginado. Por el contrario, si lo hace en dirección izquierda dice la verdad ya que, probablemente, visualiza un ‘recuerdo’ de su memoria. Bien, pues esto no es del todo cierto, otra mentira para detectar mentiras.

Una reciente investigación liderada por los británicos Richard Wiseman y Caroline Watt puso a prueba esta arraigada creencia popular. Los científicos analizaron a voluntarios cuyas imágenes fueron grabadas cuando mentían o decían algo cierto. A partir de estas imágenes, se codificaron cuidadosamente los movimientos oculares de todos los participantes. De acuerdo con Wiseman, “el análisis no reveló relación alguna entre la mentira y el movimiento ocular”. Otros investigadores han tratado de encontrar un procedimiento de detección de mentiras basado en la dilatación pupilar. Pero asociar la dilatación pupilar de forma inequívoca a la mentira llevaría a errores importantes, ya que esta respuesta psicofisiológica también está asociada a estados de alerta o miedo, entre otros.

También es popular la creencia de que aquel que mantiene el contacto visual con el interlocutor es signo de que la persona está siendo sincera y que los individuos que desvían la mirada tenían la intención de engañar. Sin embargo, investigaciones actuales (DePaulo, Lindsay, Malone, Muhlenbruck, Charlton, & Cooper, 2003; Sporer & Schwandt, 2007; Vrij, 2008) han puesto de manifiesto que apenas existen indicadores espontáneos del engaño y que el contacto ocular precisamente no es uno de ellos.

En este sentido, Porter y Ten Brinke (2010), realizaron tres experimentos observando los movimientos oculares de individuos que mentían y de otros que decían la verdad y fueron analizados cuidadosamente, finalmente se determinó que “no existe ningún patrón de movimiento ocular asociado al engaño”, según los investigadores. En otro experimento realizado por los mismos autores, los científicos concretaron más, analizaron vídeos de mentirosos y de personas sinceras, en los que éstos hablaban de familiares desaparecidos o afirmaban haber sido víctimas de algún delito.

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¿Los policías detectan mentiras mejor que el resto de las personas?

interrogatorioEl trabajo de investigación policial se realiza de forma fundamental a través de una entrevista-interrogatorio con el sospechoso, víctima o testigo de un delito (y todos ellos pueden mentir). Esta fase del proceso de esclarecimiento del caso adquiere aun mayor relevancia cuando se carecen de evidencias físicas que se conviertan en pruebas decisivas para cerrar el asunto, entonces todo lo que tienen es extraer la mayor información posible a través de una entrevista policial, observar, analizar y tomar decisiones sobre si el testimonio es fiable o no, si es cierto, es una verdad a medias, o es falso.

Realmente, la investigación sobre la capacidad de las personas, en general, para detectar mentiras mediante la observación de la conducta no verbal ha arrojado resultados desalentadores. La habilidad de los seres humanos para discriminar entre verdades y mentiras es muy limitada pero cabe preguntarse si las personas que tienen trabajos en los cuales la detección de las mentiras es importante (como en la policía) también poseen niveles tan bajos de precisión.

Existen múltiples estudios que examinan la pericia de los policías para juzgar la veracidad de un conjunto de declaraciones. Sus niveles de precisión se compararon con los de personas cuya labor profesional no exige detectar el engaño; en ambos se detectaba la mentira a partir de la intuición y las creencias de cada cual. Pues bien, quizás sorprenda constatar que tales estudios no muestran ninguna superioridad entre los policías a la hora de discriminar entre declaraciones verdaderas y falsas.

Los agentes entrenan sobremanera el análisis de la conducta, día a día aciertan, se equivocan, y tienen la oportunidad de aprender constantemente de sus errores o éxitos, pero entonces ¿Por qué es tan baja en los policías la precisión para detectar mentiras? Según los investigadores su fracaso estriba en que:

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¿Nos enseña o nos miente sobre comunicación no verbal la serie de televisión ‘Miénteme’ (‘Lie to me’)?

Ciertamente la serie Lie to me disparó el boom de la Comunicación No Verbal y de la detección de la mentira a través del estudio de esta materia. Todos quedamos atrapados por el magnético y excéntrico Doctor Cal Lightman, interpretado magistralmente por el actor Tim Roth, y por su capacidad para captar al instante toda mentira que le pasara por delante a través meramente de indicadores gestuales de la persona. Pero ¿quién hay detrás de esta serie? ¿qué tanto de realidad o de show tiene su trama?

El asesor para la elaboración del guión fue, nada más y nada menos, que el psicólogo Paul Ekman, toda una eminencia en el ámbito científico de la psicología emocional, expresiones faciales, análisis de credibilidad, desarrollo de técnicas en detección del engaño, etc. Las contribuciones de sus estudios traspasaron el marco académico y llegó a instruir a cientos de agentes de la CIA y FBI en los avances y desarrollo de herramientas para detectar las señales ocultas en interrogatorios por ejemplo.

Paul Ekman

Paul Ekman/fotografía de wikipedia.org

El mismo Paul Ekman nos desvela el nivel de inspiración de Lightman en su vida y obra y su grado de implicación en la asesoría del argumento:

“En la serie, el ‘Equipo Lightman’ detecta las mentiras basándose principalmente en los descubrimientos de mis investigaciones, pero al ser un drama y no un documental, el Dr. Lightman no es tan cauteloso al interpretar el comportamiento como yo. Las mentiras son descubiertas mucho más rápido y con mayor certeza de lo que lo hacemos en la vida real, aunque cada técnica utilizada está basada en evidencias científicas. Por otra parte, cada episodio busca exponer los conflictos psicológicos y éticos implicados en la detección de las mentiras”

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