Entradas etiquetadas como ‘dependencia emocional’

Love bombing, la técnica que utiliza «El estafador de Tinder»

El estafador de Tinder es un documental de Netflix que relata el caso real de Shimon Hayut, quien robó alrededor de 10 millones de dólares a diferentes mujeres utilizando la popular aplicación de citas.

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La estrategia de manipulación que utilizaba está bien clara, el love bombing. Pero este concepto no es nada novedoso, se acuñó por diferentes psicólogos y antropólogos en los años 70 para describir cómo los líderes de una secta enganchaban a sus seguidores a través de bombas de amor o sobredosis de afecto.

Así, se captan nuevos adeptos a través de la parte más débil de una persona, por ejemplo, alimentando su baja autoestima o autoconcepto con continuos halagos y bonitas palabras, de esta forma les hacen dependientes, agradecidos de forma infinita y se sentirán mal y culpables si abandonan el culto.

Años después se ha aplicado el love bombing al ámbito de las relaciones de pareja, esta técnica es aplicada normalmente por perfiles de personalidad muy inseguros, hombres o mujeres tóxicos, narcisistas, dependientes, celosos, o que no saben amar de forma libre y necesitan ‘enganchar’ a otros para engordar su propia valía personal y sentirse alguien.

Estas personas te lo dan todo para simplemente ‘tenerte ahí’. Al principio todo parece idílico, te bombardean de ‘amor’, de halagos, de interés, de cariño, de regalos, de afecto desmedido, e incluso de relaciones sexuales constantes, pero con una clara intención: generar en la otra persona un enganche emocional (tenerla ‘comiendo de la palma de su mano’).

Y lo peor es que con el tiempo se cansan y desaparecen de repente, lo que genera en su víctima una sensación horrible de culpabilidad, confusión y tristeza, pensando que ha hecho algo mal, cuando nada tiene que ver su comportamiento.

Puede pasar de pedirte matrimonio, vivir juntos, tener hijos, etc, a desaparecer directamente, o a ponerte excusas absurdas para ya no hacerlo, o decirte por un simple mensaje que ya no siente nada por ti, todo ello en muy poco tiempo.

Simplemente el ‘abusón emocional’ se cansa y encuentra a otra víctima, probablemente porque es adicto a la sensación del enamoramiento inicial y cuando este ‘subidón’ pasa en unas semanas o meses, en lugar de establecer una relación duradera y responsable, vuelve a querer la novedad de la fase inicial.

No desean ninguna responsabilidad o compromiso afectivo a largo plazo, solo sienten la necesidad de sentirse deseados y adorados, pero ellos sí que controlan de forma insana la relación.

Suelen ser excesivamente exigentes en el tiempo de dedicación hacia ellos e intentarán apartar al otro del resto de relaciones, familia, amigos, salidas nocturnas, aficiones individuales, y todo ello lo enmascaran a través del romanticismo (es que te quiero todo para mí, no me gusta compartirte con nadie, te necesito siempre conmigo, nadie te cuida como yo… y un largo etc).

Es muy difícil identificar el love bombing porque al inicio de una relación amorosa es verdad que todo es muy intenso y pasional, pero el perpetrador realmente no lo vive desde el vínculo afectivo, sino desde la necesidad. Ahí está el problema. Juegan con las emociones de los demás para conseguir un beneficio propio.

Al final, solo nos queda estar alerta con ciertas ‘banderas rojas’.

Debemos analizar la coherencia (sus palabras, actitud, opiniones, valores, intenciones, comportamientos, coinciden), las sensaciones sanas que nos proporciona (calma, tranquilidad, estabilidad, libertad, generosidad, comprensión, respeto), desconfiar de conductas fuera de contexto, tiempos demasiado acelerados a pesar de nuestra necesidad de prudencia y motivos por los que discutís y cómo gestionáis esas diferencias.

 

*Fuentes:

@María_Esclapez

Psicología y Mente

La mente es maravillosa

 

¿Cuánto menos caso te hace, más te atrae?

Este es un buen ejemplo de masoquismo y dependencia emocional y la oxitocina (o la hormona del amor) es la culpable de ello y de que idealicemos más de la cuenta a aquel que nos ignora o rechaza.

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No es tan raro, a todos seguramente nos ha pasado en cierta medida, nos ha gustado alguien que no nos correspondía, nos hemos enamorado de un imposible o incluso nos sentimos más atraídos por nuestra pareja cuando percibimos en el otro cierto desinterés.

Realmente este comportamiento es un acto involuntario, los estudios más recientes advierten que la oxitocina no solo aparece en situaciones de enamoramiento ideal o correspondido, sino que también se segrega en situaciones de crisis o conflictos con la pareja.

En este sentido, la hormona nos despierta la atención y la motivación hacia la relación cuando percibimos que hay una amenaza. Nos gusta más y hacemos un esfuerzo extra para no perder el vínculo con el otro.

Hasta aquí, todo correcto, pero es preciso aclarar que a pesar de lo involuntario del proceso, sí que tenemos el control sobre nuestros impulsos y la voluntad de racionalizar nuestros deseos y conductas, encajar el rechazo o la frustración y no insistir prolongadamente en afectos no correspondidos.

Porque realmente el no saber gestionar estas emociones y sentimientos pueden encubrir otras problemáticas individuales, como una baja autoestima, pensando que no somos merecedores de una entrega al 100% y que hay que ganarse el cariño de los demás para ganar valía personal (sin ti no soy nada).

También puede surgir por traumas de la infancia no resueltos, ya que parece ser que las personas que no hayan tenido cubiertas sus necesidades de afecto, seguridad y valoración en su infancia, serán más propensas a buscar y permanecer en relaciones adultas tóxicas o insatisfactorias.

Está claro que la reciprocidad en el amor no siempre está al mismo nivel, pero el interés, el respeto, o el cuidado siempre deben ser mutuos para no dañar nuestro amor propio, el más importante.

 

 

 

¿Las relaciones de pareja a distancia funcionan? Aquí unos consejos para que sea posible

Como casi todo en la vida… Depende.

De entrada es complicado. El contacto físico entre dos personas que se aman es fundamental, necesitamos besarla, tocarla, acariciarla y, por supuesto, mantener la intimidad. Pero en la mayoría de ocasiones, la distancia no se elige, por tanto, lo primero de todo ante esta circunstancia es tomar una decisión.

Si aceptamos mantener una relación en estas condiciones hay que aceptarlo con todas las consecuencias y adaptarse. Hay que tomar medidas importantes para que la lucha por la pareja dé sus frutos y quedéis reforzados.

En primer lugar, es imprescindible marcar fechas de reencuentro y que sean realistas para que éstas se cumplan, si no, generarán frustración. Da igual que sea dentro de un mes o dentro de un año, hay que marcar un día en el calendario que os genere motivación, ganas, esperanza, deseo, emociones que mantendrán viva vuestra conexión.

Cuando estéis separados, solos, queda terminante prohibido el lamento continuo en bucle y el encierro. Está bien que os echéis de menos, la tristeza es necesaria en algún momento del día pero no os quedéis atrapados ahí. Aprovechad para estar con los amigos, realiza actividades que te gusten a ti, disfruta de la familia.

De esta manera no construiréis una relación insana, basada en la dependencia emocional. Seréis felices siempre, solos y más aún juntos.

Compartid vuestro día a día, tened siempre cosas que contaros, haced partícipe al otro de vuestra rutina, de vuestras historias, de vuestra evolución en el trabajo o en ciertas actividades. Las emociones positivas entre ambos y el entusiasmo mantendrá la ilusión y asentará unas bases sólidas en la relación.

Incluso hay resultados de investigaciones sociológicas que van más allá.

Un estudio publicado en la revista ‘Journal of Communication‘ y elaborado por la investigadora Crystal Jiang de la Universidad de Hong Kong y el profesor Jeffrey Hancock de Universidad Cornell (EEUU), las relaciones a distancia pueden ser incluso más exitosas que las convencionales. «No tenemos que pensar que estas relaciones están abocadas al fracaso».

Durante una semana, estudiaron los diferentes tipos de relación (grado de intimidad, forma de comunicación, etc.) y al compararlas, los autores encontraron que en las parejas a distancia había un grado mayor de intimidad.

«Te esfuerzas más por conocer a tu pareja e idealizas sus conductas al no tenerla cerca, dos tendencias que se manifiestan cuando se comunican en medios basados en mensajes de texto o correos electrónicos, ya que intentas superar las barreras de estos medios».

En definitiva, las parejas se esfuerzan por comunicarse más y conseguir así, un mayor ‘efecto de intimidad’.

¡Todo es posible! Que el coronavirus y el confinamiento no sea más fuerte que vosotros. Solo tenéis que poner un poquito más de vuestra parte… Cuando volváis a encontraros será pura magia… 😉

Así es la mujer de un psicópata

Tras publicar el análisis sobre el perfil de José Enrique Abuín, el presunto asesino de Diana Quer, muchos os habéis interesado no sólo por la inquietante conducta de este personaje sino por la de su mujer. Si efectivamente resulta que Abuín se perfila definitivamente como una personalidad psicopática, ¿cómo es posible que alguien se haya enamorado de él?

Puede parecernos imposible enamorarnos de alguien con estos rasgos perversos, pero la realidad es bien contraria. Ya hablamos en este blog sobre el ‘irresistible atractivo del psicópata‘, a priori son personas integradas que, por supuesto, no todas llegan a delinquir, aunque sí que coinciden en que al principio de la relación son encantadoras, educadas, sofisticadas… y sólo cuando pasa el tiempo saldrán a la luz sus comportamientos más perversos.

Esta progresión es muy sutil, seducen de una forma rápida e intensa para pronto enganchar al otro, se involucran inmediatamente en la red familiar, amistades, etc, para evaluar las características de su entorno y ‘estudiar’ sus debilidades, carencias y ambiciones, para más adelante aprovecharlas en su contra. Cualquier persona puede enamorarse de un psicópata, si bien es cierto que estos ‘depredadores’ tienen cierta predilección por la vulnerabilidad.

De este modo, suele ser habitual que las parejas que elijan provengan de familias desestructuradas, con carencias afectivas familiares, que ven en ellos una ‘salvación’ a su situación, alguien que de repente les promete cuidado eterno y les hace sentir únicas.

Con el tiempo es cuando su verdadero rostro sale a reducir, entonces, se vuelven egoístas, dominantes, fríos y manipuladores. Provocan así una relación tóxica basada en la dependencia emocional. Se convierte en un experto en ‘gestionar’ los puntos débiles de su pareja y a ésta solo le queda luchar constantemente por su atención y su afecto, hasta que finalmente se entregan a su entera disposición, esperando algo de agradecimiento o aprobación.

Las parejas del psicópata quedan bastante aisladas, llegan a pensar que sólo lo tienen a él y que por ello deben ayudarles y cuidarles, incluso protegerles, justificarles ante los demás. Se sienten en deuda con ellos, esto es muy frecuente entre los dependientes emocionales y no es de extrañar que los psicópatas exijan el pago constante de la deuda sin límite alguno…