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¿Cuál es el origen del número cero (0)?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en la red social Instagram me preguntan cuál es el origen del número cero.

¿Cuál es el origen del número cero (0)

El número cero es uno de los conceptos matemáticos más importantes de todos los tiempos. Aunque es difícil rastrear su origen exacto, se cree que los antiguos pueblos de la India fueron los primeros en desarrollarlo en torno al siglo V d.C.

Los hindúes usaban un sistema numérico decimal y utilizaban el cero para representar un valor nulo, algo que no tenía cantidad ni magnitud. Los indios llamaban a este concepto ‘shunya’, que significa ‘vacío’ o ‘ausencia de algo’. El cero se convirtió en una herramienta esencial en la aritmética y el álgebra, permitiendo a los matemáticos realizar cálculos complejos y precisos.

El cero fue adoptado por los árabes en el siglo VII, que lo llamaron ‘sifr’, lo que significa ‘vacío’ o ‘nada’. El término se adoptó en el árabe hispánico como ‘ṣífr’, y fue de ahí que se derivó la palabra del latín medieval ‘zephirum’, pasando al italiano ‘zero’ y de éste al castellano ‘cero’.

 

 

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Media docena de términos relacionados con el cabello y que quizás no conocías

El diccionario de la RAE recoge infinidad de términos que están relacionados con el cabello, muchos de ellos prácticamente desconocidos e incluso en desuso. En este post os traigo media docena:

Media docena de términos relacionados con el cabello y que quizás no conocías

Tufo: Tenemos asociado este vocablo con el hedor o peste que desprende alguna cosa o alguien, pero también hace referencia a cada una de las dos porciones de pelo, por lo común peinado o rizado, que caen por delante de las orejas. Etimológicamente proviene del francés ‘touffe’, que significa literalmente ‘mechón’.

Aladar: Es el mechón de pelo que cae sobre la sien. Etimológicamente proviene del árabe hispánico ‘al‘aḏár’ y su significado es ‘el mechón’.

Chingua: Forma coloquial para referirse a la trenza de pelo, cuyo origen etimológico proviene del quechua ‘chihua’, con idéntico significado.

Rufo: Forma en la que antiguamente se denominaba a la persona que tenía el cabello pelirrojo. Apareció recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1737, donde también se le daba la acepción de ‘el que tiene el pelo ensortijado’ (rizado). El término proviene del latín ‘rufus’, con el mismo significado y que además también dio origen al vocablo ‘rufián’, ya que antiguamente se tenía el convencimiento de que las personas de ‘mal vivir’ tenían el cabello de color encarnado (o usaban pelucas de ese color).

Hirsuto: Cabello áspero, disperso y duro. Proviene del latín ‘hirsūtus’ de exacto significado. Aparece por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1734 con la acepción ‘Velloso, áspero y duro, como es la piel del macho cabrío’.

Chicho: Rizo pequeño de cabello que cae sobre la frente y es propio del peinado de mujeres y niños. Fue recogido por primera vez en el diccionario de la RAE en su edición de 1954 con la misma definición que se le da actualmente y sin indicar cuál es su posible etimología (la cual dan como desconocida).

 

 

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El curioso origen del término ‘algarabía’

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en la red social Instagram me preguntan sobre el origen del término ‘algarabía’.

El curioso origen del término ‘algarabía’

Se define como ‘algarabía’ al bullicio o follón que se forma por el gentío, así como aquellas situaciones en las que se produce un griterío generalizado (varias personas hablando a la misma vez), aunque no significa que necesariamente de esté levantando la voz. También podemos encontrar que es utilizado el término para señalar aquello que es ininteligible (una lengua mal hablada o hablar rápida y atropelladamente).

El origen del término ‘algarabía’ lo encontramos en el árabe hispánico ‘al‘arabíyya’ y cuyo significado literal era ‘el árabe’, en relación a la lengua hablada y no a las personas.

Y es que durante los años en los que duró la conquista musulmana de la Península Ibérica muchos fueron quienes no llegaron a aprender o entender el idioma hablado por los árabes, pasando a significar el vocablo ‘al‘arabíyya’ (ya en su evolución españolizada de algarabía) ‘lengua ininteligible’ y, con el tiempo ser sinónima de bullicio, griterío, follón, jaleo o alboroto entre otros.

Cabe destacar que hay quien señala que empezó a ser utilizado el término en ese sentido ya en el periodo de Reconquista, siendo el modo en el que los cristianos denominaban la forma de hablar no entendible que tenían los musulmanes y, posteriormente, algunos moriscos.

 

 

 

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El curioso origen etimológico del término ‘acelga’

Conocemos como acelga a un tipo de hortaliza de hoja verde y tallo comúnmente blanco (aunque se puede encontrar en otras tonalidades), considerada como una de las más saludables e idóneas para realizar dietas gracias a ser rica en vitaminas y fibra, su alto contenido de agua (aproximadamente el 48%) y su mínimo aporte calórico.

El curioso origen etimológico del término ‘acelga’

La etimología del término ‘acelga’ es la mar de curiosa ya que llegó al castellano a través del árabe hispánico ‘assílqa’ y a éste desde el árabe clásico ‘silqah’. Pero los árabes no fueron quienes acuñaron ese nombre para dicha hortaliza, sino que ellos la adaptaron desde el griego clásico ‘sikelḗ’ (σικελή) y cuyo significado literal era ‘la siciliana’.

Y es que en la Antigua Grecia se tenía el convencimiento de que esa verdura era originaria de la isla de Sicilia, motivo por el que se referían a la misma de ese modo.

También cabe destacar que los antiguos romanos tenían otro modo de referirse a las acelgas y era ‘Beta’ (su nombre científico es ‘Beta vulgaris var. Cicla’). El hecho de que en latín se le denominase de ese modo era porque cuando sus tallos crecían se doblaba las puntas y quedaba de forma que parecía la letra B (β beta).

El término acelga fue recogido en español, por primera vez, en 1494, en el diccionario ‘Vocabulario español-latino’ del famoso humanista y gramático Antonio de Nebrija. En 1726 aparece en el primer diccionario publicado por la Real Academia Española de la Lengua (conocido como ‘Diccionario de Autoridades’).

Durante el Siglo de Oro (siglos XVII y XVIII) se hizo inmensamente popular la expresión ‘Cara de acelga amarga’, con la que referirse al semblante pálido y macilento (flaco, descolorido) que presentaba una persona por el cansancio o tras haber trasnochado. Con los años la referencia ‘amarga’ desapareció’ de dicha locución y, todavía hoy, sigue siendo utilizada en el modo ‘Cara de acelga’.

 

 

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Fuentes de consulta: 300 historia de palabras de Juan Gil (Editorial Espasa) / RAE /  etimologias.dechile / Diccionario de Autoridades (1726)
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¿Cuál es el origen del término ‘almohada’?

¿Cuál es el origen del término ‘almohada’?

Sabido es que una almohada es un cojín rectangular relleno de un material blando (espuma, látex, plumas…) y que sirve para apoyar la cabeza, sobre todo a la hora de dormir.

El término ‘almohada’, como otros tantos vocablos que actualmente se utilizan en el idioma español, proviene del árabe hispánico ‘almuẖádda‘ (al muẖádda) y que procede del árabe clásico ‘miẖaddah’ cuya traducción literal es ‘mejilla’ pero se le dio el sentido de ‘donde se apoya la mejilla’.

Así pues, la almohada (también llamada comúnmente almohadón) es aquel colchoncillo que sirve para apoyar la mejilla cuando recostamos nuestra cabeza.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘gandul’?

¿Cuál es el origen del término ‘gandul’?

Conocemos como gandul a aquel sujeto al que no le gusta trabajar, suele holgazanear, dormir hasta tarde y no dar un palo al agua.

Para encontrar el origen etimológico de este término debemos ir hasta árabe clásico ‘ḡundar’ (mimado, cuidado) que hacía referencia a un joven mimado y elegante cuyo cometido era el de ser el acompañante de mujeres adineradas y vivir a expensas de éstas. Esto no quería decir que dicho muchacho fuese un holgazán, pero sí muchos de ellos acabaron siéndolo aprovechando que vieron la posibilidad de ser mantenidos sin tener que trabajar, por lo que algunos se convirtieron en auténticos truhanes, motivo por el que esa fuera la acepción cuando el término pasó al árabe hispánico ‘gandúr’ (truhan, pícaro, rufián) y de ahí al castellano gandul (vago, holgazán) tal y como lo conocemos y utilizamos en la actualidad.

 

 

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