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Algunas etimologías de términos relacionados con ‘estar de juerga’ (I)

Al hecho de celebrar, estar o ir de fiesta se le conoce por un gran número de términos, como  jolgorio,  jarana,  parranda,  farra o  cachondeo, siendo el de  juerga el que se utiliza de un modo más común para hacer referencia a ello. Este vocablo tiene un curioso origen etimológico ya que proviene del término  huelga, que hoy en día usamos para referirnos a la interrupción unitaria o colectiva de una actividad laboral por parte del trabajador con el fin de demandar alguna mejora laboral o salarial. Pero originalmente el vocablo huelga no solo era para referirse únicamente al paro reivindicativo sino también al periodo en el que la tierra estaba sin labrar y los agricultores o jornaleros aprovechaban para recrearse y divertirse, con cantos, bailes y algún festín.

Algunas etimologías de términos relacionados con ‘estar de juerga’ (I)

Jolgorio:

Proviene del castellano antiguo  holgorio, estar  holgado, sin nada que hacer. Su raíz etimológica nos lleva hasta  holgar, la misma que dio origen a  huelga y posteriormente a  juerga. El término  holgorio aparece recogido en el Diccionario de Autoridades de 1734 y la forma  jolgorio a partir de la edición de 1914 del diccionario de la RAE, ese mismo año también se recogió por primera vez, en el mismo volumen, el término juerga.

Jarana:

Fiesta bulliciosa y alborotada. Según la Real Academia es de origen incierto, pero un gran número de etimólogos apuntan a que proviene del quechua (lengua indígena de ciertos pueblos nativos de Sudamérica) y que hacía referencia a una celebración que duraba varias jornadas, en las que se comía, bebía y bailaba.

Sarao:

Fiesta o reunión informal donde varias personas pasan una velada distendida y se divierten mientras escuchan música y bailan. El término llegó al castellano del gallego ‘serao’ (atardecer) y a este desde el portugués  sarão de exacto significado, proviniendo del latín vulgar  serānum (la tarde). Y es que un sarao era un tipo de fiesta que se celebraba al atardecer.

Cachondeo:

Además de ser sinónima de juerga, entre las muchas acepciones que se le da a este término también está la de burlarse o echarse unas risas a costa de algo o alguien. Su etimología es algo discutida, debido a que el diccionario de la RAE tampoco sabe a ciencia cierta su procedencia y los diferentes expertos se dividen en dos posibles orígenes. Por una parte, hay quienes señalan que procede del río Cachón, cuyo cauce transcurre por la provincia de Cádiz y en sus orillas se reunían los almadraberos (pescadores de atún) para celebrar sus fiestas y jolgorios. Otros lingüistas se inclinan por la hipótesis apuntada por Joan Corominas, quien dice que proviene del ruido y alboroto que ocasiona una jauría de  cachorros de perro.

 

 

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Media docena de términos relacionados con el cabello y que quizás no conocías

El diccionario de la RAE recoge infinidad de términos que están relacionados con el cabello, muchos de ellos prácticamente desconocidos e incluso en desuso. En este post os traigo media docena:

Media docena de términos relacionados con el cabello y que quizás no conocías

Tufo: Tenemos asociado este vocablo con el hedor o peste que desprende alguna cosa o alguien, pero también hace referencia a cada una de las dos porciones de pelo, por lo común peinado o rizado, que caen por delante de las orejas. Etimológicamente proviene del francés ‘touffe’, que significa literalmente ‘mechón’.

Aladar: Es el mechón de pelo que cae sobre la sien. Etimológicamente proviene del árabe hispánico ‘al‘aḏár’ y su significado es ‘el mechón’.

Chingua: Forma coloquial para referirse a la trenza de pelo, cuyo origen etimológico proviene del quechua ‘chihua’, con idéntico significado.

Rufo: Forma en la que antiguamente se denominaba a la persona que tenía el cabello pelirrojo. Apareció recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1737, donde también se le daba la acepción de ‘el que tiene el pelo ensortijado’ (rizado). El término proviene del latín ‘rufus’, con el mismo significado y que además también dio origen al vocablo ‘rufián’, ya que antiguamente se tenía el convencimiento de que las personas de ‘mal vivir’ tenían el cabello de color encarnado (o usaban pelucas de ese color).

Hirsuto: Cabello áspero, disperso y duro. Proviene del latín ‘hirsūtus’ de exacto significado. Aparece por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1734 con la acepción ‘Velloso, áspero y duro, como es la piel del macho cabrío’.

Chicho: Rizo pequeño de cabello que cae sobre la frente y es propio del peinado de mujeres y niños. Fue recogido por primera vez en el diccionario de la RAE en su edición de 1954 con la misma definición que se le da actualmente y sin indicar cuál es su posible etimología (la cual dan como desconocida).

 

 

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