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Alfred López 28 de julio de 2021
El diccionario de la RAE recoge infinidad de términos que están relacionados con el cabello, muchos de ellos prácticamente desconocidos e incluso en desuso. En este post os traigo media docena:

Tufo: Tenemos asociado este vocablo con el hedor o peste que desprende alguna cosa o alguien, pero también hace referencia a cada una de las dos porciones de pelo, por lo común peinado o rizado, que caen por delante de las orejas. Etimológicamente proviene del francés ‘touffe’, que significa literalmente ‘mechón’.
Aladar: Es el mechón de pelo que cae sobre la sien. Etimológicamente proviene del árabe hispánico ‘al‘aḏár’ y su significado es ‘el mechón’.
Chingua: Forma coloquial para referirse a la trenza de pelo, cuyo origen etimológico proviene del quechua ‘chihua’, con idéntico significado.
Rufo: Forma en la que antiguamente se denominaba a la persona que tenía el cabello pelirrojo. Apareció recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1737, donde también se le daba la acepción de ‘el que tiene el pelo ensortijado’ (rizado). El término proviene del latín ‘rufus’, con el mismo significado y que además también dio origen al vocablo ‘rufián’, ya que antiguamente se tenía el convencimiento de que las personas de ‘mal vivir’ tenían el cabello de color encarnado (o usaban pelucas de ese color).
Hirsuto: Cabello áspero, disperso y duro. Proviene del latín ‘hirsūtus’ de exacto significado. Aparece por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1734 con la acepción ‘Velloso, áspero y duro, como es la piel del macho cabrío’.
Chicho: Rizo pequeño de cabello que cae sobre la frente y es propio del peinado de mujeres y niños. Fue recogido por primera vez en el diccionario de la RAE en su edición de 1954 con la misma definición que se le da actualmente y sin indicar cuál es su posible etimología (la cual dan como desconocida).
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Tags: al‘aḏár, Aladar, árabe hispánico, cabello, cabello áspero, cabello disperso, cabello pelirrojo, chicho, chihua, Chingua, Diccionario de Autoridades, Diccionario de la RAE, hirsuto, hirsūtus, mechón de cabello, mechón de pelo, Media docena de términos relacionados con el cabello y que quizás no conocías, Pelirrojo, pelo, pelo rojo, quechua, rizo, rizo pequeño, Rufián, rufo, rufus, touffe, trenza, trenza de pelo, tufo | Almacenado en: El origen de..., Miscelanea de Curiosidades
Alfred López 31 de julio de 2017

A través de Twitter, Pablo Bach @bachneuman me realiza una consulta en la que me comenta que ha escuchado en un programa de deportes radiofónico decir al locutor (en relación al Tour de Francia) que este año ‘no hemos tocado pelo’ y me pregunta si dicha expresión tiene algún origen machista.
Muchas son las personas que creen que la expresión ‘tocar pelo’ proviene del contacto cuerpo a cuerpo entre dos personas en el momento de mantener una relación sexual (tocar el vello púbico) y de hecho ha generado que haya quien la utilice para indicar que ha tenido sexo con alguien (‘he tocado pelo’).
Pero la expresión en su origen no proviene de entornos sexuales sino del mundo de la tauromaquia.
Tocar pelo (tal y como se refería el locutor al que alude Pablo Bach) se utiliza para indicar que un trabajo se ha realizado correctamente o se ha obtenido un éxito.
Ello se debe a que el torero que realiza una buena faena es recompensado con unos trofeos conocidos como ‘las orejas y el rabo’. El tocar pelo hace referencia precisamente al pelo de esos apéndices que le han sido cortados al astado y se los han entregado como premio al matador, de ahí que se utilice la expresión como sinónimo de obtener un éxito.
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Nota importante:
Tanto este blog, su autor, como la web en la que se encuentra alojado (20minutos.es) mantienen por convicción propia y como línea editorial el no fomentar ni apoyar la tauromaquia. Ello no exime, al mal llamado ‘arte’, de haber proporcionado un sinfín de interesantes anécdotas y/o curiosidades a lo largo de la historia siendo dignas de su publicación en esta página, sin que esto pueda representar un cambio de actitud hacia la misma.
Tags: ¿De dónde proviene la expresión ‘tocar pelo’?, acto sexual, cabello, corrida de toros, he tocado pelo, mantener relaciones, matador, matador de toros, origen de la expresión ‘tocar pelo’, pelo, sexo, sexualidad, tauromaquia, tocar pelo, torero, toro, Tour de Francia, vello púbico | Almacenado en: Curiosidades con animales, El origen de..., Miscelanea de Curiosidades, Preguntas con respuesta
Alfred López 26 de septiembre de 2016
Séptima entrega de la serie de post dedicados a traer al blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.
Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.

Escusón: Normalmente decimos que una moneda tiene ‘cara y cruz’ y se dice de esta manera porque antiguamente era común que en las mismas apareciera por un lado la cara del rey o emperador y por el reverso una cruz (normalmente cristiana). Pues bien, se le llama ‘escusón’ al reverso de la moneda cuando en ésta lo que aparece representado es un escudo.

Mador: Se conoce como ‘mador’ a aquella fina capa de humedad que en ocasiones cubre parte de nuestro cuerpo (proveniente por ejemplo del rocío de la noche), pero que no proviene de nuestras glándulas sudoríparas y por tanto no puede ser considerado como sudor.

Lanugo: El lanugo es el vello fino y casi imperceptible, parecido a la pelusilla, que cubre parte del cuerpo de los recién nacidos o que incluso algunas personas (ya adultas) tienen en algunas partes del cuerpo.

Beborrotear: Es el acto de ir bebiendo a pequeños sorbos y de manera continuada.

Vedija: Se le llama vedija a aquel mechón de pelo que está enredado y encrespado.

Lauto: Prácticamente en desuso, el término ‘lauto’ se ha utilizado durante mucho tiempo para referirse a alguien o algo que era ‘rico, espléndido, opulento’. Proviene de la palabra en latín ‘lautus’ que significaba ‘lavado’, en clara referencia a los baños (e higiene personal) que en la antigüedad solo podían ser privilegio de personas ricas.

Adiar: Fijar una fecha (día) para realizar cualquier asunto. Por ejemplo, quedar con antelación para verse con alguien en un día concreto.

Pegotear: Lo que hace el típico gorrón que se autoinvita a casa de los demás y siempre aparece justo a la hora de comer/cenar. A este tipo de personas se les suele llamar también ‘pegote’, debido a la acción de pegarse al prójimo con la intención de ser invitada o se le pague la consumición. Muy típico son aquellos que se presentan (sin haber sido invitados) a cualquier tipo de evento (por ejemplo una fiesta de cumpleaños, banquete de una boda…).

Escamondar: Se trata de la acción de limpiar algo a lo que se le quita lo superfluo o aquello que no le sirve, por ejemplo las ramas y hojas secas de un árbol.

Faetón: Un faetón es el carruaje de paseo, con cuatro ruedas, descubierto (aunque con una capota que se puede subir y bajar) y tirado por uno o dos caballos, muy típico en algunas ciudades con el que se pasea a los turistas.

Sangradura: Así es como se le llama a la parte del brazo que se encuentra opuesta al codo (la que queda hundida al doblarse). Se le denomina de ese modo porque es por donde se hace la incisión para extraer sangre (antiguamente las famosas ‘sangrías’ y en la actualidad donde se pincha la aguja para las donaciones o análisis).

Conticinio: Momento de silencio absoluto durante la noche, cuando todos duermen y no se escucha ni un solo sonido. Proviene del latín ‘conticinium’ el cual se utilizaba antiguamente para señalar el cese total de todos los sonidos debido a que era el momento de descansar.
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Alfred López 22 de septiembre de 2015

A lo largo de nuestra vida nos cortamos el cabello infinidad de veces, se nos puede llegar a caer e incluso hay quien se afeita la cabeza por completo y ninguna de estas cosas causa el más mínimo dolor. Sin embargo si alguien nos da un tirón de pelo (por leve que sea) nos duele una barbaridad.
El motivo de que esto sea así es porque en la base de nuestra cabeza, por donde sale cada uno de nuestros cabellos, tenemos un sinfín de folículos pilosos rodeados de terminaciones nerviosas e infinidad de células que empujan el cabello hacia fuera. Cada pelo que crece y sale hacia el exterior no deja de ser células muertas que son empujadas afuera por otras aún vivas que se encuentran en la base.
Por tanto el pelo es una secreción de células muertas carentes de sensibilidad alguna que produce nuestro organismo, motivo por el que no nos duele a la hora de cortarlo. Pero como cada uno de esos pelos siguen unidos a nuestra cabeza, el tirar de ellos es lo que hace que las terminaciones nerviosas nos manden esa señal de dolor.
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Alfred López 26 de mayo de 2015

El origen del término ‘alopecia’ encontramos que fue acuñado a principios del siglo XX, cuando el prestigioso dermatólogo francés Raymond Sabouraud se puso a buscar un vocablo adecuado con el que describir la pérdida anormal de cabello que padecían algunos de los pacientes a los que visitaba y fue a fijarse en la palabra en latín ‘alopecĭa’ (que a su vez provenía del griego ‘alopekía’) con el que en la antigüedad se referían al curioso proceso por el que a los zorros (alopex) se les caía/cambiaba el pelo dos veces al año (sin que por entonces tuvieran una explicación del porqué les sucedía).
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Alfred López 16 de marzo de 2015

Estoy seguro de que si hicieran una encuesta en la que preguntasen cuál es el origen etimológico de la palabra ‘peluca’ la mayoría de las personas responderían (y con cierta lógica) que proviene de la palabra ‘pelo’.
Pero no, ese no es su origen y, aunque parezca sorprendente, los términos peluca y pelo no tienen la misma procedencia etimológica.
En castellano recibimos la palabra ‘peluca’ desde el francés medieval ‘perruquet’ y este era el modo por el que se llamaba a los loros (actualmente ‘perroquet’). En el siglo XV muchos fueron los miembros de la judicatura francesa que destacaban por la verborrea que tenían a la hora de exponer sus argumentos, por lo que comenzaron a recibir el apelativo de loros (perruquets). Al ir provistos de unas vistosas pelucas hizo que el conjunto en si tomase ese nombre.
Del francés ‘perruquet’ llegó al catalán ‘perruca’ y de éste al castellano como ‘peluca’, perdiendo rápidamente las erres y sustituyéndose por una ele gracias a la clara influencia del término ‘pelo’ (debido a que una peluca estaba hecha de pelo postizo).
Por su parte, el término ‘pelo’ proviene del latín ‘pilus’ de idéntico significado.
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Alfred López 23 de febrero de 2015
Atendiendo a varias peticiones que me han hecho llegar, durante las últimas semanas, varios lectores del blog, aquí tenéis una nueva entrega (la tercera) con ‘una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban’.
Espero que, al igual que las otras dos anteriores, este post sea de vuestro agrado y os sorprenda descubrir nuevos vocablos para cosas muy cotidianas.

Cutí: Tela que se utiliza para hacer la cubierta de los colchones. Antiguamente era muy común que fuera a rayas (sobre todo rojas y blancas) lo que originó el mote de ‘colchoneros’ al Atlético de Madrid.

Escabel: Tarima, normalmente de madera, que se coloca frete a la silla para que descansen los pies (reposapiés). En las iglesias tienen una doble función, ya que es utilizada por los feligreses para arrodillarse y rezar.

Alfeñique: Persona enclenque, de complexión débil.

Borborigmo: Es el característico ruido que hace nuestro estómago cuando nos rugen las tripas.

Probóscide: Trompa (por ejemplo de elefante) y por donde algunos insectos dípteros succionan.

Pabilo: La mecha que hay en las velas de cera.

Acerico: Se trata de la almohadilla que se utiliza en costura donde se clavan los alfileres y las agujas.

Chirlo: Herida cicatrizada en la cara (la típica cicatriz en la mejilla de los gansters y piratas)

Herrete: Pieza de plástico o alambre que lleva la punta de los cordones y que facilita que puedan ser introducidos fácilmente por los ojetes (agujeros) del calzado.

Carmenar: Acto de desenredar o desenmarañar el cabello.

Maca: Señal que hay en la fruta tras recibir un golpe.

Himeneo: Casamiento, contraer matrimonio (Realmente a lo que nosotros llamamos ‘boda’ originariamente era solo el acto de los votos que se hacían los contrayentes durante la ceremonia).
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Alfred López 30 de octubre de 2012

Seguro que en más de una ocasión habrás dicho eso de que conoces tu cuerpo como la palma de tu mano. Pero no siempre uno sabe todo lo que esconde su organismo. En el post de hoy os traigo algunas curiosidades sobre el cuerpo humano que quizás no sabías.
Si deseas ocultar tu identidad no enseñes demasiado la lengua. Del mismo modo que ocurre con las huellas digitales, cada persona tiene también una impresión (huella) única en la lengua. Algunas empresas de seguridad están trabajando en crear lectores que sean capaces de identificar cada huella lingual, tal y como pasa con las de nuestros dedos.
No solo las mascotas mudan su pelo. Los seres humanos arrojamos unas 600.000 partículas de piel cada hora que pasa. Eso equivale a alrededor de unos 700 gramos al año, por lo que la persona promedio ha perdido alrededor de 49 kilos de piel al llegar a los 70 años.
- El cómputo total de huesos
De mayores tenemos menos huesos que cuando somos bebés. Comenzamos la vida con un total de 350 huesos, pero, a raíz que vamos creciendo, éstos se van fusionando y/o soldando entre si y acabamos con tan sólo 206 al alcanzar la edad adulta.
- Continuo cambio de revestimiento estomacal
Cada tres o cuatros días en nuestro estómago se forma un nuevo revestimiento. Su función es para evitar que los fuertes ácidos que hay en el interior para digerir los alimentos no digieran también las paredes de nuestro estómago.
Evidentemente, nuestra nariz no es tan sensible ni está tan desarrollada como la de un perro o la mayoría de los animales, pero puede llegar a recordar la friolera de 50.000 olores diferentes.
- La longitud de los intestinos
El intestino delgado es, por norma general, cuatro veces más largo que la altura de un adulto (teniendo en cuenta una altura promedia de 1,70 m). Si el intestino no estuviera doblado hacia atrás y adelante sobre sí mismo, su longitud, que alcanza en muchos casos los 7 metros de largo aproximadamente, no cabría dentro de la cavidad abdominal.
Esto posiblemente te haga estremecer: En cada centímetro cuadrado de piel del cuerpo humano hay unos 32 millones de bacterias. Pero para tu tranquilidad has de saber que, afortunadamente, la mayoría de esas bacterias son inofensivas.
- La fuente del olor corporal
La fuente del mal olor de pies así como de las axilas malolientes es el sudor. Esto es conocido por todos, pero ¿sabes cuanta cantidad de sudor pueden llegar a desprender tus pies? Un par de pies tiene medio millón de glándulas sudoríparas, pudiendo llegar a producir más de medio litro de sudor al día. Evidentemente hay que tener en cuenta factores climatológicos en los que dependiendo de la época del año en la que nos encontremos esa cantidad variará considerablemente.
El aire de un estornudo humano puede viajar a una velocidad de 160 kilómetros por hora (e incluso más). Esta es una buena razón para cubrirse la nariz y la boca al estornudar o esquivar la cabeza, cuando oyes uno viniendo hacia ti.
- La distancia que recorre la sangre
La sangre tiene un largo camino por recorrer: “estirados”, de extremo a extremo, hay cerca de cien mil kilómetros de vasos sanguíneos en el cuerpo humano. El duro trabajado del corazón es bombear unos 7.500 litros de sangre a través de los vasos todos los días.
A lo largo de nuestra vida, cada persona produce un promedio de entre 25.000 y 35.000 litros de saliva, la cantidad suficiente como para llenar dos piscinas.
- Los decibelios de un ronquido
Para muchas personas que lo tiene que soportar cada noche, el sonido de un ronquido les puede parecer ensordecedor. El promedio de un ronquido está en 60 decibelios (los mismos que una conversación en voz alta), pero puede llegar a alcanzar los 80dB. convirtiéndose en insoportable, si tenemos en cuenta que esos son los decibelios que produce un taladro eléctrico.
- El color del cabello y densidad
Dependiendo el color (natural) de pelo que tengas en la cabeza tendrás una mayor o menor densidad. La cabeza humana media tiene 100.000 folículos pilosos, cada uno de los cuales es capaz de producir 20 pelos individuales durante la vida de una persona. Las personas rubias tienen un promedio de 146.000 folículos. Las de cabello negro tienden a tener unos 110.000 folículos, mientras que aquellos con el pelo castaño están justo en el promedio con 100.000 folículos. Los pelirrojos tienen el pelo menos denso, con un promedio alrededor de 86.000 folículos.
Cuando somos bebés el tamaño de nuestra cabeza supone un cuarto de la longitud total de nuestro cuerpo, motivo por el que pesa y es difícil poder mantenerla erguida. Al hacernos adultos nuestra cabeza es una octava parte de nuestra longitud.
Nuestro organismo está preparado para estar varias semanas sin comer, pero no lo está para no dormir. El tope de tiempo que puede estar (por promedio) una persona sin dormir es de once días. Transcurrido este tiempo difícilmente se puede sobrevivir.
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Fuente de consulta: howstuffworks
Fuente de la imagen: Free Stock (Flickr)
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Alfred López 13 de noviembre de 2008

Según la historia, María Antonieta, en el momento de ser llevada a la guillotina, apareció con una cabellera blanca.
Días atrás, cuando fue encerrada en la Bastilla lucía una precioso cabello oscuro. Allí, a través de un ventanuco, podía observar como preparaban la guillotina que le tenía que cortar la cabeza.
La verdad es que a María Antonieta no se le volvió, de la noche a la mañana, el cabello completamente blanco, sino que debido a la situación de nervios y estrés que padeció durante ese cautiverio sufrió una Alopecia Areata difusa.
Las defensas en la alopecia areata atacan la parte de la raíz donde está el pigmento y por lo tanto los cabellos blancos no quedan afectados por esta dolencia.
María Antonieta perdió todos sus cabellos oscuros y le quedaron los cabellos blancos, cosa que hacía que diese la sensación que le había cambiado el color del pelo de golpe.
En realidad, su cabellera inicial era ya un poco grisácea, es decir, tenía mucho pelo oscuro y unos cuantos blancos: pelos grises no hay, es la mezcla de los oscuros y los claros el que da a la cabellera la tonalidad grisácea.
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Fuente: Salvem la Pell (Salvemos la piel) de Dr. Francesc Grimalt y Dr. Ramón Grimalt
Tags: ¿Por qué se volvió de color blanco el cabello de María Antonieta antes de ser guillotinada?, alopecia areata, Alopecia Areata difusa, cabello, cabello blanco, Dr. Francesc Grimalt, Dr. Ramón Grimalt, la cabellera blanca de María Antonieta, María Antonieta, pelo blanco, Salvem la pell | Almacenado en: Curiosidades Científicas, Curiosidades Históricas, Curiosos Personajes, Preguntas con respuesta
Alfred López 04 de noviembre de 2008
Edu Casado me envía un correo en el que me plantea la siguiente pregunta:
¿Por qué el pelo de la cabeza y de la barba crece indefinidamente y el pelo de los brazos, del pecho, de las piernas o de las axilas no?
La complejidad de la cuestión me hace consultar a un experto en dermatología.
Esta es la respuesta que amablemente me envía el Doctor Enrique Martín Pascual:
La pregunta está mal planteada, porque parte de una premisa falsa: En condiciones normales, el pelo de la cabeza, de la barba y el de cualquier parte del cuerpo tienen un tiempo limitado de crecimiento y luego caen. Por ejemplo, el pelo de la cabeza crece durante un tiempo muy variable, dependiendo que sea una mujer (más tiempo) o un hombre (menos tiempo); de que padezcan o no una alopecia androgenética o cualquier otra enfermedad y según el grado de esa enfermedad. Se conoce, como algo excepcional, a una japonesa que el pelo del cuero cabelludo llegó a ser tan largo que alcanzó varios metros de longitud. También puede pasar lo mismo con la barba, pero no es habitual.
El pelo de las cejas, como todo el pelo del cuerpo, está creciendo y cayendo constantemente. Normalmente, está saliendo (fase de crecimiento anagen) durante unos 2 meses y luego cae. Si no fuese así (y quizás sea esa la razón de que sea lo que pase), las cejas nos llegarían al suelo.
El pelo de cada zona tiene un tiempo distinto de crecimiento y reposo, y luego cae. Normalmente sólo asoma alrededor de un tercio del total del pelo, el resto está esperando a que llegue su fase de crecimiento para que aparezca.
No sé si he respondido a la pregunta que me hace.
Un cordial saludo
Dr. Enrique Martín Pascual (Dermatólogo)
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