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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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La poesía también sueña con golondrinas heroicas

La reciente visita a Fuerteventura del escritor Óscar Esquivias tuvo premio doble. Disfrutar en casa de tan maravillosa persona y hacernos intercambio de libros. Uno es una joyita, el regalo perfecto para un enamorado de la poesía y la ornitología como yo. Balada de las golondrinas, de Eduardo Fraile (Editorial Pre-Textos, 2009). Qué gozada. Mínimo, casi artesano. Un libro dedicado en su integridad a las golondrinas.

Son versos tan sonoros como ellas, brindado a ellas, a sus vuelos pero especialmente a sus cantos, esa algarabía atropellada, charlatana, que tanto me ha maravillado siempre y veo con placer que igualmente enamora a Eduardo Fraile. «Lenguaje indescifrable, prodigioso y meridional», lo define el poeta. Sus golondrinas son muy especiales, las de Castrodeza, el pueblecito vallisoletano (160 habitantes) de sus abuelos maternos donde ha pasado veranos infantiles e imagino que algún que otro retiro adulto. Lee el resto de la entrada »

Un bar en el interior de un árbol

El baobab es el árbol mágico de África. En El Principito, su autor, el francés Antoine de Saint-Exupéry, asegura que fue plantado al revés, con las raíces como copa. Según una vieja superstición, si una persona bebe agua en la que se han mojado semillas de baobab quedará protegido del ataque de los cocodrilos. Pero si osa arrancarle una flor morirá devorado por un león.

En la granja Sunland en Modjadjiskloof, a 350 km de Johanesburgo (Sudáfrica), hay un baobab gigante (Adansonia digitata) al que algunos le calculan 6.000 años de edad, considerándole de esta forma el ser vivo más viejo del planeta. Tiene una altura de 22 metros y hacen falta 40 hombres para poder abrazarlo, los mismos que caben cómodamente en su espectacular interior hueco.

Hacia 1989, el señor y la señora Van Heerden compraron la granja Sunland donde se encuentra el gigantesco árbol y decidieron hacer «algo original con él». El DailyMail le dedicó hace tres años un gran reportaje bajo el titular ¿Te apetece una cerveza en el único bar del mundo que está dentro de un árbol?

Efectivamente. A sus propietarios no se les ocurrió otra tontería que abrir un bar en el interior del baobab. El árbol tiene incluso su propia bodega, con ventilación natural para mantener fría la cerveza. Y por supuesto un tablero de dardos. Cada año recibe más de 7.000 visitantes, ajenos al maltrato dispensado a esta auténtica reliquia viva.

El baobab está considerado en Sudáfrica símbolo de resistencia y tolerancia pero, qué queréis que os diga, esto de abrir una cantina dentro de un árbol venerable me parece una salvajada. Es el grave problema al que se enfrentan los árboles singulares de todo el mundo: la ignorancia. En lugar de cuidarlos como lo que son, ancianos tremendamente frágiles y únicos, nos dedicamos a maltratarlos de mil maneras.

¿Qué pasará cuando se muera-matemos este gran baobab? No habrá recambio posible. Sólo nos quedarán unas pocas fotos y algo de resaca de la última juerga cervecera organizada junto al árbol antes de que se los comiera a todos el león.


Fuente y fotos: DailyMail.

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Una foca viola a un pingüino durante casi una hora

Se le echó encima y el pobre pájaro apenas podía mover sus alas para intentar zafarse del angustioso abrazo.

Una foca peletera antártica (Arctocephalus gazella) de unos 100 kilos de peso intentó violar durante más de 45 minutos a un ejemplar de pingüino rey (Aptenodytes patagonicus), de apenas 15 kilos, algo absolutamente inusual en el Reino Animal. De hecho, sus asombrados observadores, un grupo de científicos sudafricanos que lograron filmar el extraño comportamiento, acaban de publicar la noticia en la revista especializada Journal of Ethology.

En un reportaje de la BBC World, el periodista Matt Walker relata con todo detalle el incidente, registrado en una playa subantártica de la Isla Marion, en Sudáfrica.

No está claro por qué un animal intentó tener relaciones sexuales con el otro, pero los especialistas especulan que puede haberse debido a la inexperiencia o frustración sexual del joven ejemplar de foca. Un acto agresivo, depredador, o quizás simplemente un juego (¡durante casi una hora!) que terminó convirtiéndose en sexual.

El atacante era una foca macho, de eso no hay duda. Pero los científicos no han podido determinar el sexo del pingüino víctima. Lo que sí corroboraron es que finalmente no hubo cópula, a pesar de los compulsivos movimientos pélvicos del mamífero durante todo el tiempo. También comprobaron que el pájaro bobo logró salir vivo de la agresión, aunque se supone que con la moral mancillada por tamaña agresión sexual. Que dicho sea de paso, es la primera vez que se documenta entre un ave y un mamífero.

Condenados a muerte miles de elefantes

A partir del 1 de mayo Sudáfrica volverá a matar elefantes para hacer frente al aumento poblacional experimentado por esta especie y reducir así sus daños en cultivos y ecosistemas. Lo denominan “sacrificio selectivo” y supondrá la muerte de miles paquidermos, aunque como ha indicado a los periodistas el ministro de Medio Ambiente de ese país, Marthinus van Schalkwyk, “no hay intención de que se convierta en un matanza a gran escala”.

Desde 1967 y hasta 1994 en que se acordó una moratoria se mataron en Sudáfrica 14.562 ejemplares y 2.175 más fueron trasladados a otros lugares. Este hecho, unido a la desaparición del furtivismo tras la prohibición del tráfico internacional de marfil, ha permitido la recuperación de las poblaciones de elefantes por encima de lo que los ecosistemas pueden soportar. En total se calcula que en el país hay cerca de 20.000, de los cuales 14.000 están en el Parque Nacional Kruger, donde un censo equilibrado debería de ser la mitad, unos 7.000. Y que de mantener su actual tasa de crecimiento podrían llegar en 10 años a 34.000 ejemplares, algo insostenible para el espacio natural.

La decisión se ha tomado tras comprobar que otras medidas, como la esterilización de estos animales o su traslado a otros lugares, no ha dado los resultados esperados. Por eso volverán los rifles, aunque no de los cazadores, pues la explotación cinegética de estos descastes no se contempla.

Lógicamente, los grupos proteccionistas han protestado por esta drástica decisión. Como Michelle Pickover, del Centro Africano Xwe de Investigación sobre la Vida Salvaje de Johannesburgo, para quien

“el sacrificio es un eufemismo para referirse al asesinato masivo de elefantes. Nunca puede ser justificado y nunca ha de ser visto como una opción humana”.

Pero no nos escandalicemos. Aquí hacemos lo mismo con el lobo.

Prohibida la caza de leones en Sudáfrica y Botswana

El Gobierno de Botswana ha prohibido la caza del león. “De forma unilateral, por sorpresa y por un periodo indefinido”, añaden los cazadores españoles de alto estanding. Las autoridades sudafricanas prácticamente han decidido lo mismo este verano. Allí tampoco se permitirá cazar más de 10 leones al año.

Terrible noticia. ¿Dónde van a ir ahora estos ilustres matarifes para poder derribar leones? ¿Se quedarán sin su preciada alfombra de león “de verdad”? Por suerte para estos emuladores de Clark Gable en Mogambo, todavía hay posibilidades en África de cazar leones a tutiplén, enlatados en fincas privadas convenientemente valladas para evitar escapes al terreno de la competencia. El cadáver de un melenudo macho matado por uno mismo viene a costar unos 22.000 euros, aunque con esto de las prohibiciones su precio puede disparase en un futuro cercano, nunca mejor empleado el verbo. Y si el aguerrido cazador falla el tiro no debe preocuparse por la integridad de su trasero, pues el guía acompañante lo abatirá por él pero no se lo dirá a nadie.

En África viven en libertad unos 40.000 leones, aproximadamente la mitad de los que había hace 25 años. Frente a ello, las divisas generadas por el turismo cinegético de este animal generan unos 146 millones de euros al año y mantienen 6.000 puestos de trabajo.

El negocio podría reconvertirse en safari fotográficos, pero no interesa tanto. El cazador llega, mata, paga y se va. El turista pacífico es más tranquilo, quiere conocer, ver, pasear. Además no se hace fotos con los cadáveres, le gustan los animales vivos. Gente rara.