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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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El río Guadiana entreabre un ojo

La noticia es buena, esperanzadora. Después de tantos años de pertinaz sequía, las lluvias generosas de este año han logrado lo que parecía imposible, devolver a la vida el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Olvidado el incendio de turba y más olvidada aún la sobrexplotación del acuífero que originó ése y otros desastres, pero no resueltos los graves problemas que los han ocasionado, pocos confiaban en que el río Guadiana resucitara en la Mancha Húmeda. Por suerte nos hemos equivocado.

El durante muchos años agónico río empieza a dar sus primeras muestras de vida. De regreso a la vida. Como el enfermo dado por muerto que milagrosamente empieza a respirar, el Guadiana ha empezado a abrir los ojos. Los Ojos del Guadiana, claro está. Esos charcos casi míticos por donde el río reaparecía 35 kilómetros después de sumergirse bajo tierra una vez abandonadas las Lagunas de Ruidera.

Según informa Europa Press, un ‘ojo’ de agua ha asomado estos días a la superficie en el entorno del Molino de Griñón, en el término municipal de Daimiel (Ciudad Real). A unos 10 kilómetros de allí se encuentran todavía secos los más famosos Ojos del Guadiana, donde el agua está todavía en una cota a 21 metros de profundidad, mientras en otros lugares, como en ‘Escopillo’, se sitúa a 8 metros de profundidad. Pero aún falta todo el invierno y la primavera para seguir acumulando agua.

De acuerdo con los expertos, el surgimiento de un brote de agua en la superficie es un hecho que no se había producido en la zona desde hace tres décadas. Un halo de esperanza a la recuperación del ecosistema, aunque si cuando llegue el verano seguimos regando cebadas y viñedos a pleno sol servirá para poco. El río volverá a cerrar el ojo.

Daimiel no se salvará con agua del Tajo

Las organizaciones ecologistas SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción, WWF y Greenpeace han manifestado su rotunda oposición a que se trasvase agua del Tajo a las Tablas de Daimiel por considerarlo contraproducente para el futuro del Parque Nacional, y por existir alternativas viables en la propia cuenca del Guadiana.

Los ecologistas han hecho saber al Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino que consideran una obligación y una necesidad que sea la propia cuenca del Guadiana la que aporte los recursos hídricos que precisa Daimiel. De esta manera rechazan la propuesta del Ministerio de llevar agua del Tajo a través de la “tubería manchega”, como solución para resucitar el moribundo Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

¿Por qué se oponen al trasvase entre cuencas? Os incluyo aquí las razones expresadas por las cuatro asociaciones en un comunicado conjunto:

1).- Como principio global, los trasvases son incompatibles con la condición de Parque Nacional y en cualquier caso deberían ser cuidadosamente evaluados bajo el Art. 6 de la Directiva Hábitat en el caso de espacios ZEPA y LIC.

2).- La aportación de agua a través de la tubería de abastecimiento a La Llanura Manchega generaría una expectativa futura de aportación de agua al humedal desde el Tajo, y separaría definitivamente la solución a la degradación del Parque Nacional de la recuperación del sobreexplotado acuífero 23 debido a una agricultura insostenible de regadío. Esta desvinculación entre el Parque Nacional y su sistema hídrico supondría firmar el certificado de defunción del propio Parque Nacional.

3).- La propuesta de trasvase es contraria y contradictoria a los objetivos del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG) y presenta una importante incertidumbre, ya que en la actualidad no existen recursos suficientes en los embalses de Entrepeñas y Buendía, ni existen garantías de que este invierno los haya. Actualmente apenas hay un 15 % de agua almacenada en la cabecera del Tajo.

4).- El trasvase de agua del Tajo supondrá un perjuicio añadido a los que ya sufre este río a causa del Acueducto Tajo-Segura. De hecho, el río Tajo se encuentra en la actualidad en mal estado de conservación, por lo que el Gobierno debería no trasvasar más agua en ninguna circunstancia y debe de fijar de una vez los caudales medioambientales que aseguren su buen estado ecológico.

5).- En la actualidad, la política de aguas y agricultura de la Junta de Castilla-La Mancha camina en dirección contraria a la recuperación de los niveles freáticos y a la disminución de la agricultura de regadío en el Alto Guadiana. [De poco sirve llevar agua del Tajo al acuífero, si luego los regantes de Daimiel van a seguir sacándola de sus pozos para derrocharla regando cebollas y viñedos]

6).- La Confederación Hidrográfica del Guadiana ha gastado una importante cantidad de dinero público del PEAG para adquirir derechos de agua que alcanza sobre el papel un volumen de 24 Hm3 de derechos, 8 Hm3 netos. Por esta razón no es aceptable que en las circunstancias actuales toda esa agua se dedique a regularizar pozos ilegales, mientras el Parque Nacional se mantiene seco. [Y en imparable combustión subterránea]

Beber tequila es malo para la Naturaleza

Cada vez se bebe más tequila, ese contundente destilado alcohólico elaborado a partir del agave azul (Agave tequilana), una pita que ya era aprovechada por los mexicanos hace 9.000 años. Principal producto económico del estado de Jalisco, su popularidad mundial, en aumento imparable desde hace 15 años, está provocando cada vez mayores problemas medioambientales y sociales.

Entre 1995 y 2005 se ha doblado la producción de tequila, restringida por las leyes mexicanas a un «área geográfica de origen» que incluye a Jalisco y otros cuatro estados más, cercana a los 300 millones de litros anuales. El aumento imparable de la demanda y limitación del espacio está provocando la roturación de terrenos vírgenes y el abandono de cultivos tradicionales de interés alimenticio en favor del monocultivo del agave.

De acuerdo con un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (UNC), este «reemplazo de las prácticas tradicionales» de las granjas «están marginando a los productores independientes y trabajadores». Paralelamente a esta llegada de las grandes empresas, se ha disparado el uso de pesticidas y otros productos químicos.

Así que ya lo veis. Al popularizar el golpe de tequila también estamos dando un buen golpe al medio ambiente. Y es que donde ponemos la mano…

El Parque Nacional de Daimiel puede dejar hoy de ser Patrimonio de la Humanidad

El Consejo Científico de la Unesco debatirá hoy, 13 de junio, la posibilidad de retirar la catalogación como Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda y el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.

Esta decisión dará respuesta a la solicitud de revisión de su declaración, enviada el pasado mes de septiembre por las principales ONG ambientales españolas.

Todo indica que la Unesco finalmente optará por dar un varapalo de aviso al Gobierno de España, poniendo como fecha tope para mejorar la situación el año 2015, aunque tampoco se descarta una «reiterada cautelar» de la protección. Si para entonces la Mancha Húmeda no vuelve a ser húmeda, cerca de un millón de hectáreas de antiguas lagunas (como las cervantinas de Ruidera), lavajos y aguazales (en total más de 60) perderán la más alta distinción medioambiental.

La situación no es nueva. Hace dos años os lo contaba aquí mismo: Hemos perdido un Parque Nacional, el de las Tablas de Daimiel. Desde hace 30 años, la Mancha Húmeda es un desierto.

Estamos hablando de una serie de afloramientos al exterior de un gigantesco embalse subterráneo natural que llegó a almacenar 12.500 hectómetros cúbicos, los acuíferos 23 y 24, y que en las últimas décadas ha sido esquilmado hasta la extenuación por 70.000 pozos, un gran número de ellos ilegales. Su nivel está ahora mismo 25 metros por debajo de su antigua altura natural.

Todavía recuerdo con horror la primera vez que visité el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel en julio de 1979. Era medio día, caía el sol de forma implacable, y los sistemas de riego por aspersión literalmente inundaban los campos próximos de cebada. ¿Se habían vuelto locos los agricultores? Está claro que sí. Han malgastado toda esa inmensa riqueza hídrica y ahora ya no hay agua ni para ellos ni para los valiosos ecosistemas acuáticos. Hace 13 años el Parque Nacional se secó. Ahora además está seco el Guadiana, el Cigüela y el Záncara.

¿Y dónde están ahora los patos?

Pues pásmense ustedes. La mayoría ha desaparecido, pero una pequeña parte se ha ido a las depuradoras de aguas residuales de localidades como Daimiel o Alcázar de San Juan. Allí, en sus aguas ponzoñosas, se han refugiado las últimas malvasías y los espléndidos patos colorados. Porque estará sucia, pero es la única que queda aprovechable en La Mancha.

¿Tiran los ecologistas piedras contra su propio tejado pidiendo la retirada de la distinción de la Unesco?

En absoluto. Su petición es tan lógica como un puro ejercicio de sinceridad. ¿A quién engañamos cuando vendemos al mundo una de las zonas húmedas más importantes del mundo y, al llegar, sólo vemos una raquítica laguna alimentada por agua bombeada de pozos comprados a los agricultores? Y donde los guardas del Parque Nacional señalan al visitante que, si quiere ver patos, se vaya a la depuradora de Daimiel.

Recuperar el déficit hídrico perdido. Esa es la única solución. El Plan Especial del Alto Guadiana, 3.900 millones de euros, el presupuesto más elevado de toda la historia de España para un proyecto medioambiental, quiere lograrlo en los próximos 20 años.

Pero como han denunciado los ecologistas, mal empezamos si entre sus objetivos está el legalizar un gran número de extracciones ilegales, manteniendo una insostenible superficie de regadíos que hace imposible la recuperación de los humedales protegidos.