Fritos, en salsa o en bocata, tanto calamar en las cocinas de todo el mundo se nos está indigestando. Porque tal y como señala Greenpeace en su informe El calamar en el punto de mira: Receta para el desastre, la pesca de estos populares cefalópodos se ha multiplicado por 10 desde 1950 a casi 5 millones de toneladas anuales en la última década. Según los ecologistas, este aumento «pone en peligro los ecosistemas marinos de todo el mundo».
Según revela este estudio, un porcentaje muy alto de la pesca del calamar opera sin control en aguas internacionales, con algunas áreas experimentando un aumento de más del 800 % en el número de barcos en los últimos cinco años. De acuerdo con este trabajo, «flotas de más de 500 embarcaciones han accedido a las aguas internacionales para saquear el océano, con sus lámparas encendidas para faenar visibles desde el espacio.
Greenpeace pide un Tratado Global de los Océanos ambicioso, que podría haber evitado esta situación y que será crucial para detener la futura expansión de las pesquerías sin restricciones.
Mares iluminados como polígonos industriales
«He visto algunas de estas flotas de calamares en mar abierto; por la noche, los barcos están iluminados como estadios de fútbol y parece que el mar es un polígono industrial», ha declarado Pilar Marcos, responsable de Océanos de Greenpeace España.
“Nuestros océanos se están industrializando: más allá de las aguas nacionales, a menudo es una batalla campal. La falta de control sobre las enormes y crecientes pesquerías de calamar en todo el mundo es un claro ejemplo de por qué están fallando las normas actuales para proteger los océanos. Es una visión inquietante que nunca voy a olvidar. Pero aunque esto esté sucediendo fuera del punto de mira no significa que deba estar fuera de nuestro conocimiento”, asegura Marcos.
Los calamares son una especie vital para mantener el equilibrio en los mares. Su sobrepesca, advierte Greenpeace, «representa una seria amenaza para todo el ecosistema, incluidas las poblaciones vulnerables de ballenas y delfines».
El mar se empobrece
Como depredador y presa, los calamares sustentan redes alimentarias completas, lo que significa que la disminución de las poblaciones de calamar tendría consecuencias catastróficas para la vida marina y las comunidades costeras que dependen de la pesca para su sustento y seguridad alimentaria.
Dado que la mayoría de las pesquerías de calamar siguen sin estar reguladas casi en su totalidad, los barcos pesqueros pueden operar sin apenas escrutinio o seguimiento de sus capturas. «Actualmente no existen sistemas regulatorios y de monitoreo específicos para seguir el comercio global de calamar», denuncian los ecologistas.
En 2019, sólo tres naciones pesqueras fueron responsables de casi el 60% de la captura mundial de calamar, China, Perú e Indonesia. Y solo tres mercados (China, España y Japón) lideraron la mayoría de los movimientos del mercado global entre 2000 y 2019.
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Ahora Greenpeace ha declarado la guerra al consumo de calamares y el Pacma al de pulpo con su lucha contra la nueva granja de pulpo en Canarias…..
Camarero!!!!: doble ración de pulpo a la gallega y calamares a la romanaaaaa
03 abril 2022 | 11:00