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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

La muerte del mundo rural acaba con las calandrias, alondras y sisones del campo ibérico

Sisón común, ave ibérica muy amenazada. Foto: J.M. Simón

El abandono del mundo rural tradicional y la intensificación de la agroindustria con la conversión de cultivos de secano en regadío y el uso abusivo de herbicidas y pesticidas está detrás de la desaparición de aves comunes del campo ibérico que cada día son menos comunes. La situación de la calandria, alondra, collalba rubia, sisón común, codorniz y perdiz común es cada día mas preocupante en España, según demuestra el recién presentado III Atlas de las Aves en Época de Reproducción en España, una publicación clave para conocer la distribución, tendencias y poblaciones de las 450 especies que se detectan en España en primavera.

Los resultados de este importante esfuerzo científico desvelan el impacto que ha supuesto la transformación del campo por actividades humanas como la industrialización de la agricultura y ganadería. También certifica el desastre del despliegue desordenado de las energías renovables, con proyectos planteados directamente sobre los escasos territorios donde sobreviven algunas de las especies más amenazadas de España.

El grave declive de las aves esteparias

Esta tercera edición del Atlas de las Aves en Época de Reproducción en España de SEO/BirdLife ofrece nueva (y preocupante) información sobre la precaria situación de aves esteparias como las perdices, codornices o sisones, al que los expertos califican como «el grupo de aves terrestres más amenazado de la península ibérica».

El mundo rural se ha industrializado, simplificado y contaminado, alertan los científicos. Por esta causa el sisón, que próximamente verá elevada su categoría de amenaza a En Peligro, ha perdido un 15% de su área de distribución en los últimos 20 años. En el caso de la codorniz ha desparecido de 14% de las áreas que ocupaba hace 20 años.

El cambio climático ya cambia a las aves

Los datos del atlas corroboran una tendencia que la comunidad científica viene observando en los últimos 20 años: los cambios en las áreas que ocupan las aves representan uno de los primeros y más evidentes impactos del cambio climático. Esta subida de la temperatura global genera en la avifauna ibérica ganadores y perdedores.

Un ejemplo de los ganadores con el cambio (climático) sería la curruca cabecinegra. Hace 20 años este pajarito típico de los espacios arbustivos del sur peninsular se concentraba en la mitad sur y la costa mediterránea, pero en los últimos 20 años ha ganado nada menos que 400 cuadrículas, la mayoría de ellas en el norte, donde hasta ahora no era habitual por la gran diferencia térmica. En este escaso periodo de tiempo se ha extendido especialmente en Galicia y en la franja cantábrica, pero también en Soria, Ávila, Zamora o al sur del Pirineo.

Por el contrario, el gorrión alpino, muy vinculado a la alta montaña y que nada tiene que ver con nuestros gorriones urbanos, ha perdido 29% de su área de distribución. Porque las zonas frías cada vez lo son menos.

Al contrario, los análisis del atlas podrían estar reflejando también el impacto de la desertificación en el sur de la península Ibérica. Así se explicaría que aves africanas, habituadas a las altas temperaturas del desierto, no solo hayan alcanzado el territorio de España y Portugal, sino que han podido reproducirse y expandirse con éxito.

Es el caso del vencejo moro, sin presencia hace dos décadas y que ahora ha ganado un 1.800% de ocupación. O el vencejo cafre, que gana un 132% en áreas de ocupación. El avance de otras especies como el bulbul naranjero o el buitre moteado certifican esta tendencia.

Distribución de la alondra ricotí en España (y en Europa)

Otras especies que se van a la porra

Ocurre, por ejemplo, con la cerceta pardilla. Esta especie catalogada en peligro crítico desparece en el 52% de las cuadrículas del Atlas de SEO/BirdLife en las que anteriormente tenía presencia, y que no puede compensar con las nuevas áreas de ocupación, un 19% del total analizado. En apenas 20 años, esta ave, con una presencia habitual en humedales como Doñana, ha contraído su área de distribución en nuestro país en un 40%. Así por ejemplo, el nuevo atlas certifica su desaparición en la Región de Murcia.

Otra especie que va de cráneo es el urogallo cantábrico, en peligro crítico. En los últimos 20 años se ha reducido en un 36% su territorio de cría, desapareciendo en el 38% de las escasas cuadrículas donde sobrevive esta emblemática especie de los bosques del norte de España.

En el caso del alcaudón chico, otra de las especies declaradas por el Gobierno de España en situación crítica, ha desaparecido en el 67% de las cuadrículas que antes ocupaba y, en los últimos 20 años, no ha logrado ocupar ninguna zona nueva. Desde 2010, todas las parejas han criado en un pequeño radio de apenas 10 kilómetros.

Aves únicas en el mundo

Otra de las aportaciones del III Atlas ha sido determinar que España cuenta con ocho especies endémicas, todas ellas exclusivas de los archipiélagos balear y canario: la curruca balear, el mosquitero canario, la paloma rabiche, la paloma turqué, la pardela balear, el pinzón azul de Gran Canaria, el pinzón azul de Tenerife y la tarabilla canaria. El atlas refleja, entre otras cuestiones, el avance de la paloma rabiche –que gana un 73% de distribución- o los pinzones azules de Gran Canaria (+50%) y del pinzón azul de Tenerife (+33%).

A pesar de expandir territorio, los problemas de conservación persisten en la mayor parte de los casos. Eso explica que cinco de estas especies, estén incluidas en el nuevo Libro Rojo de las Aves de España dentro de categorías de amenaza importantes. Concretamente, la paloma rabiche como Vulnerable; la pardela balear, En Peligro Crítico; el pinzón azul de Gran Canaria, En Peligro Crítico; el Pinzón azul de Tenerife, En Peligro; y la tarabilla canaria como En Peligro. Las amenazas más frecuentes que tienen son la depredación a causa de especies introducidas, una inadecuada gestión forestal, molestias humanas y la contaminación lumínica.

Otras 10 especies cuentan en España con las únicas poblaciones europeas, de las que siete presentan una categoría de amenaza importante según el Libro Rojo. Son la alondra ricotí, otro ave esteparia que pierde terreno, en este caso un 26%, y que está catalogada como En Peligro; la avutarda hubara, En Peligro, y que pierde un 19%; la focha moruna, En Peligro Crítico; la ganga ortega como Vulnerable; el herrerillo canario, En Peligro; el vencejo cafre, Vulnerable; y el corredor sahariano, En Peligro; además del zarcero bereber, el bulbul naranjero, y el vencejo moro, que no presentan amenaza grave.

No podemos permitirnos seguir perdiendo especies

Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife destaca que este nuevo trabajo «permite comprender cómo interactuamos con el medio. Estas distribuciones reflejan las transformaciones del territorio, el tipo de gestión que se realiza del medio agrícola, cómo se desempeña la gestión forestal o el desarrollo urbanístico, así como la explotación energética».

Y añade Ruiz: «Este atlas ofrece una valiosa información para que los usos del campo sean compatibles con la biodiversidad, sin la que no tendremos ni seguridad alimentaria ni podremos poner freno a la dependencia energética, dos cuestiones claves en el contexto actual. Hay una crisis económica y humanitaria que afrontar, y una de las herramientas para hacerlo es frenar la crisis de naturaleza que estamos atravesando. No podemos permitirnos seguir fotografiando la reducción de la biodiversidad”.

Novedades del III Atlas

Además de ser una publicación digital en formato web, el III Atlas de las Aves en Época de Reproducción en España ofrece un acceso rápido a la bibliografía de cada especie y cuenta con la posibilidad de llegar fácilmente a otras muchas fuentes de información de las especies tratadas como son los libros rojos español, europeo y mundial o la enciclopedia virtual del Museo Nacional de Ciencias Naturales, entre otros.

También es una publicación que incorpora el solapamiento del mapa de la distribución actual con la del atlas anterior. Y muestra el solapamiento de la distribución de cada especie en primavera con la de invierno del último atlas de invernantes de SEO/BirdLife. Otra de las novedades de esta edición son los mapas que predicen el área que podría ocupar una especie en España según variables geográficas y ambientales y que ahora no son ocupadas.

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