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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

¡No mires arriba! Una de cada cuatro aves españolas está en peligro

Macho de urogallo. Foto: Karel Stepan / Shutterstock

Los campos españoles son cada día más silenciosos, más pobres en vida, más tristes. Lo confirman los pájaros, indicadores naturales de un cataclismo ambiental que va a peor. Y lo certifican los expertos, esos científicos que como en la famosa película “No mires arriba”, no paran de demostrarnos que este declive generalizado de vida es un auténtico cataclismo. Y que deberíamos actuar con urgencia o los siguientes en extinguirse seremos nosotros.

Pero como en la película de Leonardo Di Caprio, seguimos sin mirar arriba, a esos pájaros que ya no vuelan. Y nadie parece estar preocupado por ello. Primero aguardamos, luego evaluamos, volvemos a aguardar y a evaluar, pero no hacemos nada, no miramos arriba, con la que está cayendo,

La nueva revisión del Libro Rojo de las Aves de España no ofrece dudas. 17 años después de la anterior edición, clave para conocer el estado de conservación de las especies de aves españolas y sus amenazas, los resultados son terriblemente preocupantes: más del 50 % de las especies de aves evaluadas en España (el 56%) presentan problemas de conservación. Y todavía peor, el 25% (90 especies) de la avifauna española, una de cada cuatro, se encuentra amenazada e incluida en categorías de riesgo de extinción.

Demasiados problemas y pocas soluciones

Más de 150 especialistas han participado en la elaboración del nuevo Libro Rojo de acuerdo a los criterios de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN). Pero a pesar de haberse tenido en cuenta un número mayor de especies analizadas -un total de 359 frente a las 175 del anterior estudio-, las conclusiones son mucho peores que las extraídas en el análisis de 2004.

Entre las principales amenazas destacadas por este trabajo figura por primera vez el cambio climático. Su agravamiento está provocando cambios en los hábitats que reducen el acceso a comida, alteraciones en las migraciones y e incluso un aumento en la mortalidad de adultos y pollos por eventos climáticos extremos como sequías y altas temperaturas.

Otros problemas graves para las aves que van en aumento son la contaminación, la alteración de los ecosistemas, las prácticas agropecuarias intensivas y la presión de la caza.

Está claro: el meteorito somos nosotros.

La nueva publicación de SEO/BirdLife apunta a una insuficiente protección de la avifauna española: falta de planes adecuados de gestión y una urgente necesidad de adecuación del Catálogo Español de Especies Amenazadas y de los catálogos regionales.

El urogallo va de cráneo

Una de las especies que peor está ahora mismo es el urogallo, tanto el cantábrico como el pirenaico, cuyas poblaciones se han desplomado en apenas 15 años. De acuerdo con los últimos censos conocidos, la población global de urogallos en España se estima en apenas unos 700 individuos: 292 ejemplares en la población cantábrica y 404 ejemplares en la población pirenaica. Pero la sex-ratio complica aún más la grave situación en la cordillera Cantábrica, con una estimación de unos 200 machos y tan solo 92 hembras.

A ello se añade la drástica reducción en su área de distribución, con extinciones en algunas comunidades autónomas, como Galicia, Cantabria y muy posiblemente Navarra.

Faltan estrategias

De las 22 especies catalogadas actualmente como En Peligro de Extinción, solo siete de ellas tiene una estrategia de conservación aprobada a nivel estatal: el águila imperial ibérica, la cerceta pardilla, la focha moruna, la malvasía cabeciblanca, la pardela balear, el quebrantahuesos y el urogallo cantábrico. Pero estas estrategias requieren de una revisión y actualización periódica para dotarlas de validez, rigor y utilidad que no se suele hacer. Solo se ha revisado la del águila imperial ibérica, mientras que las otras seis están obsoletas, denuncia SEO/BirdLife.

Frente a ello, ninguna comunidad autónoma tiene aprobados todos los planes de recuperación o conservación para las especies en peligro de extinción o vulnerables que habitan es sus respectivos territorios.

“Lo peor es que desde el anterior Libro Rojo, hace 17 años, no ha habido una mejora de la situación general de las especies, y el incremento de especies evaluadas ha confirmado un mayor número de especies que se aproximan a las categorías de amenaza», critica Nicolás López-Jiménez, responsable del Programa de Conservación de Especies de SEO/BirdLife. Aunque el biólogo también reconoce que hay ejemplos de que cuando se ponen recursos y esfuerzos bien dirigidos se pueden conseguir buenos resultados, «como es el caso de algunas grandes rapaces que han mejorado su estado de conservación”, apunta.

Algunas de estas rapaces que van mejor serían el quebrantahuesos, el águila imperial ibérica, el águila perdicera, el buitre negro, el águila pescadora, el alimoche común o el milano negro.

En este enlace puedes descargarte gratis el Libro Rojo de las Aves de España 2021.

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