Un tendido eléctrico en medio del campo puede convertirse en una trampa mortal para las aves. Dependiendo de la luz, tiempo atmosférico y su localización, algunos de los cables de alta y baja tensión se hacen invisibles. El choque contra ellos a la velocidad a la que se mueven los pájaros es brutal. Suelen morir en el acto o sufrir gravísimas heridas en cabeza y alas.
Las colisiones con líneas eléctricas de transporte y de distribución podrían estar causando la muerte de alrededor de mil millones de aves al año en todo el mundo, más de 5 millones solo en España, según un estudio de SEO/BirdLife, que analiza el impacto de las infraestructuras de transporte eléctrico en las rutas migratorias de las aves. A ello habría que añadir las muchas que mueren electrocutadas.
Un problema en aumento
La red de transporte de energía no para de crecer. Se estima que habrá un crecimiento del 30% de la demanda energética mundial entre 2016 y 2040 y esta expansión requerirá la construcción de miles de kilómetros de nuevas líneas eléctricas aéreas. A estos miles de kilómetros se debe añadir en torno a 1 millón de kilómetros de cables ya instalados en España.
La organización ecologista considera que la colisión de aves contra líneas eléctricas es «un problema de primera magnitud» y que supone «una de las principales causas de mortalidad de un buen número de especies de aves» detalla en un comunicado el responsable del programa de Especies Amenazadas de SEO/BirdLife, Nicolás López.
Impacto global
En otros países donde se han realizado estudios similares los datos son también muy alarmantes. En Holanda se ha estimado que las colisiones contra líneas eléctricas podrían causar la muerte de entre 500.000-1.000.000 de aves anualmente. Y en los Estados Unidos se estableció que las líneas eléctricas podrían estar matando decenas de millones de aves cada año.
El informe constata que las especies más propensas a sufrir este tipo de mortalidad son las grandes planeadoras, avutardas y sisones, y en general especies migratorias cuyas rutas están atravesadas por un gran número de cables.
Por otra parte, este grave problema resulta especialmente preocupante en áreas de dispersión y migración de aves tan importantes para Europa como el Estrecho de Gibraltar, el paso de los Pirineos o las principales zonas húmedas españolas.
Modificación y señalización
El estudio preliminar realizado por SEO/BirdLife, dentro del plan de acción Safe Flyways – Reducing energy infrastructure related bird mortality in the Mediterranean, de la Fundación MAVA y BirdLife International, incluye un ensayo de modelo predictivo multicriterio para contar con información sobre el terreno de las zonas más peligrosas para las aves en cuanto al riesgo de colisión.
Como solución, la asociación conservacionista propone evitar áreas importantes para las aves y rutas de vuelo habituales. Por otro lado, las líneas eléctricas deberán modificarse eligiendo diseños de menor riesgo y aumentando la visibilidad de los cables conductores mediante la instalación de una señalización adecuada del tipo de espirales y balizas.
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Nadie obliga a los pájaros posarse en los cables de alta tensión.
11 agosto 2020 | 14:04
¡Qué nivel ignotus, qué nivel! Nadie te obliga a escribir comentarios idiotas, y lo haces.
12 agosto 2020 | 17:25