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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Notición: ¡Han llegado las golondrinas y los primeros vencejos!

Golondrina común. Foto: Pixabay

Ya nos lo anunció el inmortal Antonio Machado: «La primavera ha venido / nadie sabe cómo ha sido». Decía el poeta que ha despertado la rama y el almendro ha florecido; que ya cantan los primeros grillos. Pero se olvidó de una de las más bellas anunciadoras de la nueva y hermosa estación, nuestras queridas golondrinas. Y ya están aquí, puntuales, cantarinas.

Esta semana he visto dos, las primeras del año. Sorprendentemente estaban peleándose en el aire, gritándose de todo. Vamos a ver, queridas amigas. ¿Os parece normal que os hayáis metido entre pechuga y ala un viaje de 3.000 o 4.000 kilómetros, hayáis atravesado el desierto del Sáhara y cruzado el Mediterráneo para llegar a mi calle birriosa en Quartu de Sant’Elena, donde no hay más golondrinas que vosotras dos, y os pongáis a arrancaros las plumas como quien se tira de los pelos por un triste mosquito, con todos los que tenemos en las salinas?

Claro que quizá yo lo he interpretado mal, y esos golpeteos y gritos en el aire eran un entrechocar feliz de plumas, en plan ¡Hey colega, qué bueno que estés otra vez por aquí!

Me faltan datos para saber qué versión es la buena. Pero lo que sí sé es que me da una alegría inmensa escuchar sus triseos, esos fraseos cantarines de vecino charlatán que tanto nos gusta oír en las tardes veraniegas de pueblo y siesta.

Vencejo en vuelo. Foto: Javier Milla

También llegan los primeros vencejos

En realidad no son ni siquiera primos lejanos de las golondrinas, pero se nos parecen algo y nos dan semejantes alegrías cuando regresan anunciando el fin del invierno. Son los vencejos. Aparecen ahora gracias a un increíble viaje sincronizado durante miles de años para que su llegada coincida con el momento climático adecuado. De ello depende en gran medida encontrar el alimento suficiente para criar con éxito a sus polluelos y garantizar su supervivencia.

El vencejo común, especie declarada ‘Ave del Año 2021’ por SEO/BirdLife para llamar la atención sobre su estado de conservación, es una de las aves migratorias que llegan este mes tras pasar el invierno en África. Algunos ejemplares, por desgracia, cuando alcanzan sus lugares de cría no los encuentran; han sido desahuciados.

Los datos del Programa Sacre, programa de seguimiento de aves comunes en primavera de SEO/BirdLife, evidencian que el vencejo común ha experimentado en España un declive del 27,2% en los últimos 22 años (1998-2020). Una de las principales amenazas para la especie es la destrucción de sus lugares de cría. En muchas ocasiones, los vencejos se encuentran con sus zonas de cría desaparecidas a causa de obras de rehabilitación. Incluso con frecuencia, las obras comienzan durante el periodo de nidificación, emparedando vivos a adultos y pollos.

Hay que recordar a los enemigos de las aves que el vencejo es una especie protegida, al igual que sus nidos, pollos y huevos, estando incluida en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial. También está protegida a escala internacional por la Directiva de Aves y el convenio de Berna.

Así que ya lo sabes: se disfrutan sus vuelos locos, pero ni se les molesta ni se les mata.

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