Imagínate un gran mejillón tan grande como un niño, 1,20 metros de altura, que puede vivir hasta 50 años, que es exclusivo del Mediterráneo, a profundidades de hasta 60 metros. Imagínatelo porque no lo verás nunca. Está en las últimas. En una situación que hasta el Ministerio de Medio Ambiente ha calificado como «catastrófica«. En octubre de 2017 declaró el estado de emergencia, la primera vez en la historia que algo así se hace con una especie española.
Por una vez la culpa no la tiene el ser humano. Al menos directamente. El culpable es un protozoo misterioso que los infecta mortalmente. El 100 % de los contagiados muere irreversiblemente. En apenas un año el mar se está llenando de sus gigantescos cadáveres.
El Gobierno español ha puesto en marcha una serie de actuaciones de emergencia para evitar la que ya se ve como extinción inminente de la nacra (Pinna nobilis), el mayor molusco endémico del Mediterráneo y el más amenazado.
Rescate desesperado
Las medidas prevén el rescate de 215 ejemplares de las costas catalanas, en concreto del delta del Ebro, el único lugar en el que este molusco todavía no ha sido infectado por el protozoo esporulado que le ha puesto al borde de la extinción. Estos ejemplares serán después trasladados a instalaciones especializadas en Alicante, Barcelona, Huelva, Murcia y Valencia con el fin de evitar el contagio y para disponer de un reservorio genético para cría en cautividad. Si mueren todos los salvajes, al menos quedarán estos pocos como única población con la que tratar de desarrollar algún plan de recuperación futuro.
En el Mediterráneo español apenas quedan unos pocos supervivientes de cientos de miles de ejemplares. Solo las poblaciones aún sanas del norte de Cataluña resisten el azote de este letal parásito y mantienen la esperanza de recuperar la especie.
Ayuda ciudadana
Ante un panorama tan desolador, los científicos buscan en los ciudadanos un apoyo para la conservación de la especie. Al ser necesario poner todos sus esfuerzos en localizar a los últimos ejemplares vivos, han solicitado también ayuda a los ciudadanos ante la necesidad de «multiplicar sus ojos y expandir sus tentáculos en busca de esos ejemplares resistentes que arrojen un estrecho, pero ilusionante mensaje de esperanza para conservación de este molusco endémico del Mediterráneo».
Al poco de detectarse el primer evento masivo de mortalidad se creó el proyecto Nacras dentro de la plataforma Observadores del Mar, promovido por los grupos de investigación del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA (UIB-CSIC)) y el Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (COB-IEO). Los resultados han sido sorprendentes. Alrededor de 250 observaciones en todo el Mediterráneo de unos ciudadanos comprometidos en la salvación de la nacra permitirán ampliar las bases de datos de los científicos para intentar esclarecer fenómenos claves como la expansión del parásito y así poder ofrecer herramientas esenciales para su conservación.
Reto Nacra
A pesar de la más que demostrada ayuda ciudadana, se insta a todos aquellos ciudadanos con posibilidad de sumergirse en estos meses de invierno a intensificar la búsqueda de ejemplares supervivientes, puesto que el principal ecosistema de la nacra se encuentra en excelentes condiciones para su identificación (hoja corta de Posidonia oceanica). De hecho, recientemente se ha recibido la sorprendente noticia de un Observador del Mar que ha identificado en la costa de Portopetro (Mallorca) un superviviente (pendiente de confirmar por el equipo científico). Por tanto, ahora es el momento ideal para encontrarlas, únete al #retonacra.
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Para la paella. Sin piedad.
09 marzo 2018 | 09:59
Soy buceador en la zona de Alicante y de un año para aquí dejé de ver Nacras vivas a ver solo la concha todas muertas te deja impactado.
El otro día en Calpe encontraro miles de larvas en unos cabos que creo que han sido recogidas para conservación e intentar la reintroducción, esperemos que pueda conseguirse
09 marzo 2018 | 10:00