El águila perdicera, o de Bonelli, o águila-azor, o como queramos llamarla, es una de las aves de presa más hermosas de Europa. También una de las más amenazadas. No muy grande, pero espectacular cazadora, ágil y de una fiereza sin parangón. Es el águila mediterránea por antonomasia. Por eso sus poblaciones más importantes se encuentran acantonadas en Extremadura, en las sierras del Levante y en la región oriental andaluza. Cuanto más al norte más rara se hace y peor está, pues allí en pocas décadas ha desaparecido el 80 por ciento de todas ellas. En España apenas nos quedan unas 800 parejas.
Por esta preocupante razón, un proyecto avalado por la UE ha convertido en prioritaria su conservación. El proyecto LIFE Bonelli ha reintroducido casi un centenar de ejemplares para recuperar poblaciones precarias o extintas de la especie, y eso es una buena noticia. Porque el seguimiento por GPS de las águilas liberadas confirma la grave amenaza para estas aves que suponen algunos tendidos eléctricos y que las están diezmando.
En concreto, y según informa a través de un comunicado la asociación GREFA, más de veinte pollos de águila de Bonelli o perdicera han sido reintroducidos en 2017 en territorios que históricamente ocupó.
Esos pollos se han reintroducido en la Comunidad de Madrid (10 ejemplares), Navarra (8 ejemplares) y Álava (4 ejemplares) y tienen diferentes procedencias. La mayoría viene de la red de centros de cría en cautividad de la especie asociada a LIFE Bonelli, con implantación en Francia y España. Además de ser una de las entidades socias de LIFE Bonelli, GREFA forma parte de esa red de centros de cría, lo que le permite aportar pollos al proyecto. Sus instalaciones y personal experto hacen también posible que muchas otras aves destinadas a ser reintroducidas por LIFE Bonelli hagan escala en el centro de GREFA en Majadahonda (Madrid) para ser entrenadas para la vida en libertad.
Un porcentaje más reducido de esas aves que se reintroducen por LIFE Bonelli procede de extracciones de nidos salvajes, a menudo de pollos víctimas de infección de tricomonas, que en los casos más graves son sometidos a tratamiento veterinario para su cura en el hospital de fauna salvaje que gestiona GREFA.
Estas extracciones de pollos (ocho en 2017 y casi medio centenar desde el inicio del proyecto en 2013) reflejan la solidaridad de comunidades autónomas con poblaciones más boyantes de águila de Bonelli, como Andalucía, que ceden sus aves a otras regiones que tienen poblaciones precarias o incluso ya extinguidas.
“Vaya nuestro agradecimiento a la Junta de Andalucía, que además es una de las entidades socias de LIFE Bonelli, y a sus Agentes Forestales, incluidos los Agentes de la Unidad Vertical de Conservación Ambiental”, indica Ernesto Álvarez, presidente de GREFA.
LIFE Bonelli, con un presupuesto total que supera los dos millones de euros, concluirá a finales de este mismo año 2017 tras cinco de actividad. En todo ese tiempo se ha liberado casi un centenar de águilas de Bonelli en diferentes puntos de España, lo que ha permitido importantes logros, como el que desde hace cuatro años la especie haya vuelto a criar en libertad en la isla de Mallorca, donde había desaparecido hace décadas. En 2017 la “resucitada” población mallorquina de águila de Bonelli, formada actualmente por seis parejas, ha sacado adelante cuatro nuevos pollos. En total, desde que se inició el proyecto, han nacido diez águilas de Bonelli en libertad en Mallorca.
En el norte de la provincia de Burgos, en 2015, nació un pollo de una pareja cuya hembra era un ave liberada por LIFE Bonelli, mientras que en algunas zonas de reintroducción del proyecto, como Navarra o la Sierra Oeste de Madrid, se han formado ya parejas con ejemplares reintroducidos que se espera que críen cuando alcance la madurez sexual.
El azote de las electrocuciones
Uno de los mayores logros de LIFE Bonelli ha sido sacar del olvido al águila de Bonelli y convertirla en una prioridad de conservación en lo que se refiere a especies catalogadas en España como amenazadas. Este protagonismo ha servido para activar la alarma sobre lo que es la principal amenaza para esta rapaz: la electrocución en tendidos eléctricos.
Las gestiones de las entidades socias del LIFE Bonelli ante compañías eléctricas y administraciones públicas han hecho posible la corrección de un buen número de tendidos peligrosos para la especie.
“Más importante aún es el que hayamos transmitido a la sociedad la gravedad de este problema, reflejada en las águilas de Bonelli reintroducidas por el proyecto cuya muerte por electrocución ha podido ser demostrada gracias al seguimiento a través de emisores GPS que se hace sobre todos los ejemplares liberados”, explica Álvarez.
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Mas de 2 millones de euros de subvencion!!!
Sois unos cracs!!!
04 agosto 2017 | 09:42
con dos millones de subvención por 5 años, yo hasta le doy besos en la boca al águila. Y luego fardamos de amor a los animales.
04 agosto 2017 | 11:39
Una preciosidad.
Gran trabajo!
04 agosto 2017 | 11:59
Dos millones no,dice que superan los dos millones.Como se lo curran estos .»currantes»
jaja
04 agosto 2017 | 12:07
https://www.facebook.com/cosasdecazaypesca/videos/1375198685862602/
05 agosto 2017 | 11:40
Es el águila mediterránea por antonomasia, por eso sus poblaciones más importantes se encuentran acantonadas en Extremadura!!!
Para que luego digan que Cáceres no tiene playa!! 🤣🤣🤣
06 agosto 2017 | 00:24