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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

El bosque más amenazado de Europa está en Cartagena

Tetraclinis

La semana pasada tuve la suerte de conocer sobre el terreno el bosque más amenazado del continente europeo, el de la sabina o ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata). Tan en peligro de extinción que casi resulta imposible distinguirlo aunque lo tengas justo enfrente, pues ya no hablamos de hectáreas; apenas ejemplares dispersos. Exactamente, y según el último y triste censo europeo, 8.455 árboles individuales, repartidos en cuatro áreas a lo largo de una extensión máxima de 557 hectáreas.

Son los supervivientes de un patrimonio forestal aprovechado ya por fenicios, cartagineses y romanos hasta llevarlo a la extenuación, cuyos últimos reductos se reducen a unas pocas laderas de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión, Parque Natural de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, en la Región de Murcia.

Endemismo iberoafricano, también hay algunos ejemplares en Melilla, Parque Nacional de Doñana y Malta. Pero donde se encuentran las mayores densidades de este peculiar bosque es al otro lado del Mediterráneo, en el norte de África, en Marruecos, Argelia y Túnez, donde hay aproximadamente un millón de hectáreas.

Los bosques de Tetraclinis están catalogados por la Unión Europea como hábitat prioritario de interés europeo y por eso la mayor parte de sus poblaciones (96%) están dentro de la Red Natura 2000. Tetraclinis_articulata_-_Köhler–s_Medizinal-Pflanzen-270Pero tantas protecciones siguen siendo insuficientes.

La recuperación natural de este hábitat se enfrenta a varias amenazas, empezando por la intensa competencia con el pino carrasco (Pinus halepensis) para recolonizar el espacio, dificultades de individuos más jóvenes para brotar, el sobrepastoreo de la zona, la fragmentación y el aislamiento de las poblaciones, la presión urbanística pero, sobre todo, los incendios forestales. El último, ocurrido en el año 2011, afectó gravemente al 65% del hábitat de la especie. Todavía hoy son visibles los efectos de ese fuego en los árboles, a pesar de que son capaces de rebrotar tras el paso de las llamas.

Para tratar de revertir el desastre, la Consejería de Medio Ambiente de la Región de Murcia ha puesto en marcha el proyecto europeo LIFE+ Tetraclinis cuyo objetivo es preservar, mejorar y ampliar el área de estos bosques relícticos. Entre 2014 y 2018 prevé plantar 25.000 árboles de Tetraclinis articulata, más del doble de los que hay ahora mismo en el campo. También se hará una entresaca selectiva de pino carrasco (Pinus halepensis), la especie competidora. Además se firmarán acuerdos de custodia del territorio con los propietarios de los principales terrenos donde sobrevive la especie, se vallarán zonas para controlar el pastoreo y cerrarán caminos, a la vez que se mejorarán senderos y caminos oficiales.

Mi visita a este bosque ausente la realicé en compañía de tres grandes expertos: Rafael Díaz García, técnico responsable del proyecto LIFE Tetraclinis y Félix Carrillo López, su coordinador, junto con Lola Almagro Pérez, del Área de Biodiversidad, Flora y Fauna Protegida de la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente.Life Tetraclinis

Todavía en la zona llaman a este monte asipresal, uno de esos últimos reductos léxicos del catalán que se hablaba hace siglos en estas tierras costeras para referirse a un árbol también relíctico, pero que en la antigüedad era muy apreciado por la dureza y aroma de su madera. Ahora resulta muy difícil encontrarlo, apenas unos pocos ejemplares dispersos, entremezclados en un pinar axfisiante para la especie.

«Tarda 20 años en fructificar frente a los apenas 5 de los pinos carrascos», explica Félix Carrillo. Y después de un incendio nacen más de 3.000 pinos por hectárea que con el tiempo impiden crecer a la Tetraclinis. Así es difícil levantar cabeza.

Uno de los mayores retos técnicos tratará de restaurar viejas balsas mineras donde se acumulan ingentes cantidades de venenosos minerales. Éste y otros árboles sorprendentes son capaces de prosperar en ellas y, con tiempo botánico (varios siglos) lograrán consolidarlos bajo sus raíces protectoras. Hasta entonces podrán ser zonas de gran atractivo turístico, a las que llegar a través de sosegantes senderos boscosos.

Otro reto, éste entre pedagógico y periodístico, consiste en poder comunicar a la ciudadanía la importancia de una especie, de un bosque, prácticamente invisible. El único bosque que ahora se ve es el maltrecho pinar, introducido en repoblaciones recientes y al que poco a poco habrá que sustituir por unos árboles dispersos, con pinta de raros, no muy altos y poco amigos de juntarse demasiado para hacer grupo. Reconocer su importancia ecológica, paisajística y hasta cultural. Ahí está lo difícil. Sentirse orgulloso de esta reliquia murciana, plantarla en los jardines aprovechando su resistencia a la sequía y a crecer en suelos muy pobres, respetarla y salvarla de locos proyectos urbanísticos o de insensatos incendios.

«Es difícil», admite Rafael Díaz, «pero debemos intentarlo».

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3 comentarios

  1. Dice ser PreocupadoMarMenor

    Es una zona magnífica para caminar y hacer deporte.
    Pero no sólo está mal el bosque, incluso el Mar Menor está más muerto que vivo. Concretamente esta semana santa, estuvimos navegando a vela y toda la orilla estaba llena de miles de pececitos muertos, de unos 4-5 cm de largo. Entiendo que esto NO es normal y que habrá que hacer lo que determinen los expertos. Tantos años vertiendo residuales y restos mineros al Mar Menor y cada vez peor. Si no es una plaga de medusas son los peces muertos. Recuerdo hace años (cada vez mas tiempo) cuando estar aquí era un placer completo…

    29 marzo 2016 | 09:29

  2. Dice ser Domi

    Soy dueño de unas cien hectareas de bosque en esa zona. Tengo cientos de esos 8000 arboles, y no tenia constancia de ningun acuerdo. Es mas te aseguro que la comunidad autonoma gasta mas en balas para matar arruits, que en ayudas a bosques privados. El parque de calblanque es en su mayoria de propiedad privada. Tenemos prohibida la corta de arboles de cualquier clase, tambien la caza, la ganaderia es inexistente, en mi finca, que es la que estaba propuesta para reserva de la biosfera. Asi que no hay ningun ingreso para mantener el bosque. Que no te engañen, no quieren cuidar los bosques, ni proteger el medio. Ellos va a otras cosas, los arboles les dan igual. Espero que pudieras admirar las orquideas, es de lo mejor.

    30 marzo 2016 | 09:22

  3. Dice ser Pilar Ramos

    Menudo ecologista que no para de viajar utilizando combustibles fósiles…menuda coherencia…
    si todos hiciéramos como tu acabábamos con el planeta en un año.
    Los ecologistas (con carnet) sois las personas más falsas que he conocido, quereis que los
    demás hagan lo que vosotros deseáis pero no conozco ni uno que de ejemplo de nada.
    Para mi sois una farsa.

    30 marzo 2016 | 09:25

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