
Ejemplar de lince ibérico. Foto: Europa Press
Al menos un lince ibérico muere tiroteado, envenenado o víctima de cepos ilegales cada semana, denuncia WWF. Un goteo incesante que, en opinión de la asociación conservacionista, «amenaza con dinamitar los esfuerzos para recuperar la especie».
Según un análisis realizado en el marco del proyecto LIFE SWiPE, la ONG conservacionista estima que 68 linces murieron en 2021 a manos de furtivos, un 5% de la población total.
El último en entrar en esta triste lista ha sido Tejo, uno de los ocho linces ibéricos reintroducidos en la Región de Murcia, localizado el 28 de agosto en Lorca con un disparo en la cabeza.